Nerea Pena, la rodillera de la discordia y la medalla que el balonmano le debe

Su paso por la cancha en la primera mitad del debut de las Guerreras Olímpicas -así se conoce desde hace cuatro años al equipo nacional femenino de balonmano- en estos Juegos Olímpicos contra Montenegro, fue arrollador. Balón que cogía en ataque Nerea Pena (Pamplona, Navarra, 13 de diciembre de 1989) era un misil que se colaba en la portería. Hasta cuatro veces lo hizo. Su ausencia en los segundos 30 minutos se debió a una surrealista decisión de la IHF de impedirle jugar con una rodillera que ha utilizado durante los dos últimos años...

Fantasmas y sospechas de manos negras al margen, es precisamente esa rodilla derecha de la que veníamos a hablar aquí. Porque culpa de una lesión fue que uno de los puntales del equipo dirigido por Jorge Dueñas tuvo que ver los Juegos Olímpicos de Londres 2012 desde su casa. Aquellos en los que España se colgó una medalla de bronce, la primera olímpica para la selección española femenina de este deporte.

En una entrevista con el portal especializado Handball 100x100, Nerea hablaba de esa lesión que le privó del sueño olímpico: "Todas las lesiones te hacen reflexionar y las mías no fueron menos. No sabría decir si ha sido el peor momento de mi carrera, probablemente sí. Sin embargo, yo de los peores momentos intento sacar lo más positivo y durante mis lesiones conseguí recuperar mucho tiempo perdido con los míos. Todo lado malo tiene su cara bonita".

Sin embargo, el paso mes de diciembre, en conversación con el diario 'El Mundo', confesaba que, se hundió tanto, que estuvo a punto de tirar la toalla. ¡A Dios gracias que recapacitó!

Nerea es una de los centenares de nombres de nuestro balonmano que han tenido que emigrar por los problemas económicos que, lejos de ir solucionándose en los últimos años, parecen haber estancado a nuestra liga, que no consigue volver a crecer. Su destino, uno de los más habituales junto a Francia, pero donde el idioma y las diferencias culturales pueden ser una barrera importante: Hungría.

Y así, hace cuatro temporadas, Pena hizo las maletas desde el Itxako con destino Estambul para continuar su carrera en el Ferencvárosi Rail Cargo. Una experiencia que le ha servido para crecer y para que su rol dentro del equipo nacional sea mayor. Tanto es así que ayer, a pesar de jugar solo una mitad, consiguió que no se notará que no fue la noche de una Marta Mangué desaparecida.

La pamplonica ha revelado que, la fiesta que vemos en las cuentas de Instagram de esta selección se debe a que entre ellas hay buen rollo y amistad. Como la mayoría está esparcida por las ligas europeas, cuando se ven están desénadolo. Y de ahí un cachondeo que, como es comprobable, no les resta ni un ápice de seriedad cuando saltan al 40x20.

Como la inmensa mayoría de los deportistas de disciplinas que no dan unos ingresos como para hacerse un plan de pensiones, compagina los entrenamientos con los estudios. En su caso, acaba de terminar un Master en Periodismo Deportivo. Pero ahí no queda la cosa, porque antes se licenció en Magisterio y se sacó otro Máster, en Alimentación. Como se observa, no le gusta perder el tiempo y su curiosidad por conocer es tal, que se mueve entre el balón y el libro.

Bueno o viendo series... Los que la conocen la consideran una auténtica adicta a la ficción, sobre todo a la estadounidense. Entre los títulos que lleva al día, Scandal, Walking Dead, Z Nation, Homeland, American Horror Story, Crónicas Vampíricas...

Solo un apunte más: bendito el día en el que decidió dejar a un lado el oboe y se dejó llevar por la magia del balonmano. Ella repite una y otra vez que en este bloque todas son igual de importantes. De entre ellas, nosotros convenimos que algunas han nacido para liderar al grupo. Pena es, sin duda, una de ellas.