Isabel II y su gripe hacen temblar al Reino Unido

Aún no suenan las alarmas en Buckingham Palace, pero digamos que medio mundo tiene un ojo puesto en el real hogar de los Windsor desde que se supiera que la reina Isabel II, la soberana más longeva de la historia del Reino Unido, está enferma.

Una 'diplomática' gripe le impidió asistir a las tradicionales misas de Navidad y Año Nuevo, en las que fue representada por su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo, también aquejado por un fuerte catarro.

La noticia de una enfermedad de la Reina resulta tan extraordinaria, que en estos días se dispararon los rumores sobre su estado de salud: los 90 años de la monarca convierten cualquier percance de salud en un trance serio. Sin embargo, la princesa Ana confirmó durante el servicio de Año Nuevo que su madre se encontraba mejor, disipando cualquier duda acerca de la posible gravedad de su enfermedad.

Esta momentánea retirada del ojo público por parte de Isabel II coincide con su decisión de delegar algunos de sus patronazgos sobre otros miembros de su familia, con algunos de los más significativos como el del torneo de tenis de Wimbledon ya en manos de Kate Middleton.

La sucesión de la Reina sigue siendo un asunto delicado en Reino Unido, con parte de la población más inclinada a apoyar al príncipe Guillermo como nuevo rey que a su padre, Carlos de Inglaterra.