Nubarrones para la idílica pareja Ivanka Trump-Jared Kushner

Cada foto del matrimonio Trump-Kushner exuda perfección. Ambos lucen impecablemente vestidos sus sonrisas de diseño con la confianza de quien se sabe respaldado por el poder. Sin embargo, la eterna luna de miel de este matrimonio con tres hijos podría cambiar de la noche a la mañana, tan rápidamente como cambia de opinión el Presidente Trump. El padre de la novia no está nada contento con su yerno después de que este decidiera irse a esquiar con su familia en vez de acompañarle en su gran derrota ante el Congreso, en la votación de su reforma de la sanidad.

Pero no solo el Presidente amenaza a la idílica pareja. Tampoco están nada contentos, esta vez con su presencia, sus propios vecinos. Ivanka y Jared alquilaron una casa en el barrio de Kalorama, uno de los más exclusivos de Washington D.C. Se trata de un vecindario en el que reina la discreción y la tranquilidad propia de las familias más poderosas del estado: allí viven los Obama, el CEO de Amazon, Jeff Bezos, y el mismo Secretario de Estado. Sin embargo, desde la llegada de los Kushner, toda esa paz se ha roto, y los vecinos están que trinan.

"Han convertido el barrio en un circo de tres pistas", se ha quejado amargamente su vecina de enfrente, Marietta Robinson. "Ha arruinado completamente el vecindario". El problema tiene que ver con la seguridad que requiere la familia: t antos agentes del servicio secreto siguen sus pasos cada día, que ocupan todas las plazas de parking de su calle y calles aledañas y bloquean con sus furgonetas hasta las zonas de recogida de basura. Al preguntarle por este asunto, Ivanka se ha hecho graciosamente la sueca: "Estamos maravillados por la bienvenida de nuestros vecinos". Listísima.

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