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Famosas con depresión y ansiedad: el diván de las estrellas

Tienen fama, belleza, dinero..., pero también depresiones, bipolaridad. ataques de pánico... Algunos se han atrevido a contarlo, desafiando así el estigma que se cierne sobre la salud mental. Y es que lo suyo no es solo malditismo o pose, sino sufrimiento humano como el de los demás.

ixone Díaz Landaluce

No hay ninguna necesidad de sufrir en silencio y no hay que tener vergüenza de pedir ayuda". En 2011, la actriz galesa Catherine Zeta-Jones ingresó en un centro psiquiátrico para tratar su trastorno bipolar. Una enfermedad cuyas víctimas alternan estados de ánimo de manía -fase de alegría, exaltación, euforia y grandiosidad- con otros episodios de tristeza, parálisis, inhibición e incluso ideas suicidas.

"No soy el tipo de persona que va contando sus problemas por ahí -declaró en aquella época la actriz-, pero espero que, al hacer pública mi bipolaridad, ayude a aquellos que también la sufren a entender que es algo completamente tratable. Espero ayudar a terminar con el estigma y que, quienes no lo tengan bajo control pidan ayuda". Su confesión acaparó la atención de la prensa en todo el mundo y provocó un cambio de paradigma en torno a la enfermedad mental y el perfil de sus víctimas. Si Catherine Zeta-Jones, la ganadora de un Oscar, pareja de Michael Douglas y una de las actrices más cotizadas de Hollywood, padecía un trastorno psiquiátrico, cualquiera podía ser una víctima potencial.

Princesa estrellada

En realidad, no era la primera estrella en dar la cara. En el año 2000, la icónica Carrie Fisher, estrella de ' La guerra de las galaxias', se sinceró sobre sus problemas en una entrevista con la periodista Diane Sawyer: "Sufro un desequilibrio químico que, en los casos más extremos, me ha llevado a ingresar en un hospital psiquiátrico". Fisher llevaba años luchando contra sus adicciones que, en realidad, se habían perpetuado debido a su enfermedad. "Pensaba que era una adicta a las drogas. Y lo era. Pero resulta que también era severamente maniaco depresiva [que es otra denominación de la bipolaridad]. A partir de aquella entrevista, Fisher se convirtió en una destacada activista de los derechos de los enfermos mentales, capaz de bromear sobre su condición ("Me siento muy sana... teniendo en cuenta lo loca que estoy"), de contar anécdotas sobre su situación ("En mi último episodio maniaco me rapé el pelo, me hice un tatuaje y quería convertirme al judaísmo"), pero también de hacer pedagogía sobre su trastorno: "Hay tratamiento y una variedad de medicaciones que pueden aliviar los síntomas. Puedes llevar una vida normal, lo que quiera que eso signifique".

Pensaba que era adicta a las drogas. Y lo era, pero también era maníaco depresiva."

carrie fisher

El ejemplo de ambas ha servido para que estrellas más jóvenes apelen, a través de sus propias experiencias, a las nuevas generaciones. "Hay que dejar de tratarlo como un tabú. Es algo extremadamente común. El problema es que la gente no lo percibe como una enfermedad física. Y, si lo piensas, el cerebro es el órgano más complejo de nuestro cuerpo", ha explicado Demi Lovato, cantante y exestrella de la factoría Disney, que también ha hablado sobre su trastorno bipolar.

Pero, ¿qué impacto social tienen este tipo de confesiones? "Pueden ayudar a desestigmatizar los problemas de salud mental porque demuestran que todo el mundo, las estrellas y el común de los mortales, son vulnerables a una descompensación psíquica en un momento determinado y frente a circunstancias desfavorables", explica el psiquiatra Miguel Gutiérrez, expresidente de la Asociación Española de Psiquiatría y jefe de este departamento del Hospital Universitario de Álava. Pero también puede tener sus riesgos. Por ejemplo, el exhibicionismo. "Es preocupante que determinados personajes utilicen estos temas para hacerse notar, en buscar de cierto malditismo, que vende mucho en algunos ambientes. Ese exhibicionismo puede marcar aún más a los enfermos", reflexiona Gutiérrez.

Obviamente, no todas las enfermedades mentales están igual de estigmatizadas. "El estigma existe, sobre todo, en torno a las enfermedades psiquiátricas más graves y no tanto para trastornos más habituales, como la ansiedad o la depresión. Todo aquel al que echan de la fábrica se deprime, todo el que no tiene dinero para poder pagar la hipoteca se deprime...", explica el psiquiatra.

Tu fantasma es mi fantasma

Quizá por eso, las dolencias de las que las estrellas hablan más abiertamente sean precisamente esas. La lista de celebrities que han confesado padecer ansiedad o depresión es infinita: desde Adele, Beyoncé y Kirsten Dunst hasta Selena Gómez, Lady Gaga, Emma Stone o Halle Berry, que ha reconocido que tras su divorcio, y mientras sufría una grave depresión, llegó a contemplar el suicidio.

"La primera vez me encontraba en casa de una amiga y estaba convencida de que la casa estaba en llamas. Podía sentirlo. No era una alucinación, sino una especie de tirantez en el pecho, la sensación de no poder respirar, como si el mundo es estuviera acabando... Mi ansiedad era constante. Llegó un momento que apenas podía salir de casa para ir a la escuela", ha confesado la oscarizada Emma Stone. La actriz ha contado que la interpretación le ayudó a superar los ataques de pánico, pero que sigue luchando con su ansiedad a diario. Y Kristen Bell, que ha hablado abiertamente de su depresión, escribió un elocuente artículo en la revista Time el año pasado. "Nadie le niega a un diabético la insulina. Nunca. Pero por alguna razón cuando alguien necesita un inhibidor de la serotonina, le catalogan directamente de loco".

La tristeza no es mala. Lloras y sientes. Es la ausencia de sentimientos lo que más duele."

j.k.rowling

Amanda Seyfried sufre trastorno obsesivo compulsivo y nunca ha tenido reparos en reconocerlo pú. "Sentía tanta ansiedad por mi salud que llegué a pensar que tenía un tumor cerebral. Me hicieron una resonancia magnética y el neurólogo me mandó al psiquiatra. Con la edad, los pensamientos compulsivos han disminuido. Ayuda saber que muchos de tus miedos no están basados en la realidad", ha explicado. Su confesión la ha convertido, de paso, en una activista de la causa: "La enfermedad mental no se ve. No es un tumor, no es un quiste. Pero está ahí y hay que tomársela tan en serio como cualquier otra enfermedad".

Ahora la batalla es terminar con el estigma, pero primero hubo que romper con el tabú. Y en eso, la pionera fue una princesa. En 1995, Diana de Gales concedió una entrevista para la historia. Habló de su divorcio, de la infidelidad de su marido, de su lucha contra la bulimia y de la profunda depresión que sufrió después de dar a luz al príncipe Guillermo. "Estuve muy mal. Me despertaba por la mañana y no quería salir de la cama... Cuando crees que nadie te escucha, sientes tanto dolor que tratas de hacerte daño... Quieres pedir ayuda, pero la gente solo lo percibe como una llamada de atención... Estaba avergonzada por no saber lidiar con la presión", explicó en aquella archifamosa entrevista que concedió solo dos años antes de su trágica muerte. Era la primera vez que un miembro de la familia real británica hablaba abiertamente de un problema de salud mental.

Su ejemplo inspiró a muchos, entre otros a sus propios hijos: el pasado mes de abril, el príncipe Enrique hablaba abiertamente en el diario The Telegraph sobre su propio calvario y reconocía que, durante años, su vida fue un " caos absoluto". "Después de perder a mi madre con 12 años, bloqueé todas mi emociones durante dos décadas y eso tuvo un profundo efecto en mí. Mi forma de manejar lo que me había pasado era no permitirme pensar en ella. Creía que solo me iba a poner triste y no me la podía a devolver". Fue su hermano, el príncipe Guillermo, quien le ayudó a reconocer que tenía un problema. "Tenía 20, 25, 28 años e iba por la vida diciendo: "Todo es genial". De pronto, ese duelo que no había procesado empezó a manifestarse y me di cuenta de que tenía muchas cosas que afrontar", explicó el príncipe, que ha reconocido que la terapia le ayudó a superar el trauma.

El dolor llegó a ser tan insoportable que me golpeé contra un árbol para quedarme inconsciente."

cara delevigne

Ahora, el príncipe Enrique, su hermano Guillermo y la duquesa de Cambridge han puesto en marcha Heads Together, una iniciativa para terminar con el estigma de la enfermedad mental en la que también participa Lady Gaga, que en 2016 reconoció que sufría estrés postraumático después de haber sido víctima de una violación y que ha hablado en múltiples ocasiones de sus depresiones. Y es que nadie, por muy príncipe o muy estrella que sea, es completamente inmune al sufrimiento psíquico y a la enfermedad mental.

Entre el cielo y el suelo

Según la Organización Mundial de la Salud, 323 millones de personas en todo el mundo (el 4,4 % de la población mundial) sufren depresión y 264 millones más padecen ansiedad. Las celebrities no son una excepción.

Ellos también...

  • Miley Cyrus (Cantante y actriz). "La depresión es un problema mucho más serio de lo que la gente piensa. Yo llegué a encerrarme en mi habitación y mi padre tuvo que tirar la puerta abajo para que reaccionara. Siempre he estado en contra de la medicación, pero hubo un momento en que realmente la necesité...".

  • Kristen Stewart (Actriz). "Entre los 15 y los 20 años, viví permanentemente ansiosa. Quería controlarlo todo. Si no sabía cómo iba a salir algo, me encerraba en mí misma y caía enferma. Era muy debilitante".

  • Ryan Reynolds (Actor). "Nuestro padre siempre fue muy duro conmigo y con mis hermanos. Creo que el problema con la ansiedad comenzó entonces, cuando trataba de encontrar maneras de controlar a otros controlándome a mí mismo. En ese momento, no era consciente. Mi etiqueta era la de un niño nervioso".

  • Cara Delevingne (Modelo). "La depresión y la ansiedad forman parte de quien soy, de mi personalidad. Los sentimientos llegaron a ser tan dolorosos que un día me golpeé la cabeza contra un árbol para quedarme inconsciente [...]. Lo peor es que sabía que era una chica con suerte y me sentía culpable por sentirme así. Por eso, te das más caña todavía... Es un círculo vicioso".

  • J. K. Rowling (Escritora). "Tengo una tendencia a la depresión desde que era joven. Se convirtió en algo más agudo entre los 25 y los 28 años. Fue una época muy oscura de mi vida... La tristeza en sí misma no es mala. Lloras y te sientes mal, pero sientes. Es la ausencia de sentimientos, la desesperanza, lo que más duele".

  • Jon Hamm (Actor). "Cuando estás perdido en tu propia espiral de problemas, la terapia te ayuda a tener otra perspectiva. Y los antidepresivos, también; son capaces de alterar la química de tu cerebro lo suficiente como para que seas capaz de levantarte de la cama e irte a trabajar en vez de dormir hasta las cuatro de la tarde. Reinician tu motor".

  • Lena Dunham. (Actriz y productora). "Cuando luchas contra la depresión, la ansiedad y el trastorno obsesivo compulsivo, es irritante que te digan que debes hacer ejercicio. Me costó 16 años de medicación aceptar ese consejo. Ahora estoy contenta de haberlo hecho. No tiene que ver con tener el culo firme, sino con poner en forma el cerebro".

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