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“Soy catalana, pero no independentista”

Vuelve siete años después con un disco bajo el brazo, ‘Lubna’. Después de un tiempo alejada de la música, regresa con otra filosofía de vida: lo importante es que las cosas en casa vayan bien, independientemente del triunfo profesional.

Mónica Naranjo posa para nosotros y nos habla de 'Lubna'./Roberto garver.

Mónica Naranjo posa para nosotros y nos habla de 'Lubna'. / Roberto garver.

Beatriz cortázar

Con un disco nuevo bajo el brazo, 'Lubna', y tras encontrar el equilibrio que necesitaba para ser feliz, Mónica Naranjo reaparece a lo grande y se sincera con una naturalidad que la hace, directamente, adorable.

  • Corazón: Hace siete años decidió cortar por lo sano al entender que no era feliz con la vida que tenía. En este tiempo la hemos visto en concursos de televisión y con algún que otro proyecto, pero supongo que tendrá mucho que contar de aquello. Además debuta como embajadora de la firma de belleza LR Health & Beauty, a la que pone cara y voz. Mónica Naranjo: Es la primera vez que me involucro en una firma de cosmética. Y eso que me habían ofrecido muchas cosas antes. Lo acepté porque se trataba de una marca alemana que ya usaba antes y que, me consta, no experimenta con animales, y no tiene a menores en sus fábricas. Los alemanes son muy serios para estos temas y es comodísimo, porque puedo pedirlas desde casa. Para mí salir a comprar cualquier cosa a un centro comercial me causa cierto estrés. Siempre necesito ayuda, ir con alguien, y eso que a veces me camuflo con una gorra y me escapo a las tiendas.

  • Corazón: Pero usted vive muy tranquila junto a su marido e hijo, en una casita de una zona residencial en Mataró, donde creo que no hay muchos agobios. Mónica Naranjo: La gente del pueblo donde vivo es encantadora y me tiene muy vista, soy una más. Me encanta ir a por la fruta y el pescado. Allí soy 'la nena'. Me gusta sentir que hay vida además de la música.

  • Corazón: Hace siete años decidió que tenía que cortar con su ritmo de vida. Mónica Naranjo Me estaba volviendo loca. El éxito en realidad es un engaño. Nos educan en que hay que triunfar, llegar al éxito y aprovecharlo. Pero creo que nos están engañando, incluso nuestros padres sin ellos saberlo, porque al final estás sola. No le puedes pedir a nadie de los tuyos que siga tu ritmo, porque es tan frenético que no tendrían vida. Encima, a los que te rodean lo que les interesa es que sigas ese ritmo siempre. Te aseguro que sería muy agradable que alguien te dijera en esos momentos que descanses. Pero no lo hacen.

  • Corazón: ¿Se lo llegó a decir alguien en algún momento? Mónica Naranjo: Nadie. Fui yo la que cogí las maletas y me fui. Sabía que todos iban a ponerse en frente y opté por dejar hasta el móvil y comprar otro. Necesitaba ese parón. Me encantaba mi trabajo, pero no tenía vida. Hasta mi casa estaba sin amueblar. Entendía que la vida real era la de mi vecina que tenía su familia, besaba a su marido, hablaban en la mesa… Esos son los pilares verdaderos del ser humano. Hoy sí tengo a mi familia, lo primero en mi vida, y mi trabajo. Ahora que mi hijo Aitor ya tiene 23 años, me ayuda a organizarme mejor.

  • Corazón: Y usted sigue siendo la reina de la casa. Mónica Naranjo: Mi hijo dice que soy la mujer de su vida, pero ya veremos.

  • Corazón: ¿Se imagina como abuela? ¿Le apetece? Mónica Naranjo: Un nieto sería bienvenido. Muy chulo. Un bebé en casa es una maravilla: el olor a la lactancia es lo mejor del mundo. De momento, me ha hecho abuela de un gato, que es la viva imagen de mi hijo, que ya comparte vida con su novia.

  • Corazón: ¿Qué tal llevó la sensación del nido vacío? Mónica Naranjo: Cuando se fue hace casi dos años reconozco que lo llevé mal. Le hemos educado en la independencia y la autosuficiencia y, por eso, nunca tuvo miedo a emanciparse, aunque sabe que a sus padres los va a tener siempre. El día que me dijo que se iba a un piso con unos amigos, le dije que me iba a echar de menos y acabó volviendo. Pero, tras conocer a su novia, se fueron juntos. Hoy están felices y no sabes cómo me alegro. Veo a mi hijo bien y para mí, todo es perfecto.

  • Corazón: Con los hijos fuera de casa vuelve el momento de reencontrarse con la pareja. ¿Cómo fue? Mónica Naranjo: Ha sido fantástico, lo mejor. Cuando se fue Aítor empecé a angustiarme y le decía a Óscar que no sabía qué iba a hacer con el tiempo. Empezamos a recuperar la vida de novios, tiempo para los dos, no teníamos prisa para volver a casa.

  • Corazón: Su marido es un exmosso de esquadra. Mónica Naranjo: Fíjate que vidas tan distintas se han cruzado. Estuve casada con un productor discográfico y fue mi perdición. Con Óscar es una maravilla, porque es muy comunicativo, como yo. No concibo esas relaciones de parejas que no se hablan. Siempre digo que algo he debido de hacer bueno en la vida para tener un marido tan increíble.

  • Corazón: Ahora lanza su último trabajo musical, Lubna, un proyecto que resulta de lo más ambicioso. Mónica Naranjo: Una vez que me liberé de la compañía discográfica, quería hacer lo que me pidiera el cuerpo, arriesgar mi dinero en lo que creo que debo hacer y lo que sé que voy a disfrutar encima de un escenario. Hemos llegado a juntar 180 músicos. Es una producción carísima y eso que, muchas de las colaboraciones clásicas, como la sinfónica, la coral o el teatro, nos las han cedido con ayudas, pero, incluso así, ha sido todo un reto. Lo mejor de todo este proyecto es el amor que se ha depositado. Todo el mundo ha creído ciegamente en lo que hacía. Es lo que nos pasó cuando leímos el borrador, de ahí que ahora tengamos al autor desquiciado, porque le hemos animado a que tiene que editarlo en un libro.

  • Corazón: Supongo que, con este disco, empieza de nuevo el ritmo trepidante. Mónica Naranjo: Este año lo dedicaré a la promoción del disco y, más adelante, del libro. Además de colaborar en programas de televisión y ser embajadora de la marca de cosmética. El año que viene empezaremos a pensar cómo presentamos toda esta obra a la gente, porque requiere tiempo.

  • Corazón: ¿Tiene límites para no caer de nuevo en la crisis? Mónica Naranjo: He llegado a la conclusión de que, si las cosas fluyen, sigo adelante; y si no, me quedo en casa. No quiero forzar nada. Yo soy de las que planeo la comida que voy a hacer mañana en casa, pero nada más. Lo que no quiero es empeñarme en cosas en las que no creo.

  • Corazón: Vive en Cataluña y su familia también. Supongo estará al tanto del momento político tan especial que estamos viviendo. Mónica Naranjo: La política me aburre en general, porque, además, a la cultura nos tiene muy huérfanos. Por eso he optado por no opinar. Cuando paseo por la gran ciudad no noto tensiones ni que las personas estén desesperadas por obtener la independencia. Los catalanes vivimos y dejamos vivir. Por eso pienso que la presión viene de arriba. Cuando los políticos se preocupen por el estado de la cultura, entonces hablaré de la política.

  • Corazón: ¿Y si le pregunto si es independentista? Mónica Naranjo: Soy catalana hasta la médula y española. No independentista. Es rídículo pensar otra cosa cuando mis padres son andaluces, como toda mi familia. Sería ir en contra de mis orígenes. Vivo en Cataluña, me siento feliz y orgullosa de ser catalana, porque creo que es lo más bonito de España, pero... ¡Viva España!

  • Corazón: El problema es que muchos no se atreven, como usted, a pronunciarse de una forma tan clara. Mónica Naranjo: Son temas delicados, pero mi padre tiene acento granadino. No pienso renunciar a unos orígenes tan chulos.

  • Corazón: ¿A sus 41 años, hay algo que le preocupe del paso del tiempo? Mónica Naranjo: La salud. Un amigo escocés me ha marcado más que nadie. Lleva mucho tiempo con una grave enfermedad y, cuando ve que alguien se queja, me dice que su filosofía de vida cada mañana que se levanta es pensar que va a ser un día perfecto. He tomado buena nota de su enseñanza.

  • Corazón: ¿Se cuida? Mónica Naranjo: Siempre. Nunca me ha gustado la noche ni cuando vivía en México en mis comienzos. Cuando salíamos de reventón, a alguna discoteca, yo era la primera que quería irme a dormir. Me gusta tomarme mi copita de vino o en México, mi tequila, pero no tengo una vida insana. Siempre he llevado todo a rajatabla de forma saludable. Bebo mucha agua y hago dos horas diarias de gimnasia. Necesito una hora de ejercicios de fondo para poder cantar y otra, para tonificar. Me encanta la electroestimulación.

  • Corazón: ¿Qué se retocaría? Mónica Naranjo: Si se quitaran las estrías lo haría, pero no se ha inventado nada aún, por eso he acabado queriéndolas. De todas formas, lo único que importa es aceptarse y tener la cabeza en su sitio.

  • Corazón: ¿Cómo se vive siendo icono de tanta gente? Mónica Naranjo: Pasas por diferentes etapas. Al principio es más el alboroto de la juventud, luego pasas por la adrenalina y la angustia, a medida que vas creciendo y asumes la responsabilidad, y después llega el vértigo, la angustia, las dudas de saber si eres buena… Hasta que haces un parón y optas por retirarte y oxigenarte para poder disfrutarlo. Hoy lo llevo de maravilla, porque ni lo pienso. He estado siete años para crear Lubna y aquí está. Si gusta bien y, si no, pues qué le vamos a hacer, pero te confieso que me preocupa más que no gusten los canelones que haya cocinado.

20 de enero-18 de febrero

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