Su figura parece dibujarse en el glaciar cuando posa para las fotos. Como artista es completo: cantante, compositor y buen bailarín. A su paso por Argentina, Ricky Martin visitó los glaciares del Perito Moreno y aprovechamos para entrevistarle. Por todo, porque todo le va bien. Está en su mejor momento.
En lo profesional, acaba de ganar un Grammy al mejor álbum de pop latino por su último trabajo: A quien quiera escuchar. Hombres y mujeres de distintas edades caen rendidas a sus encantos. Sin embargo su humildad y su estilo se mantienen intactos. Tiene una voz dulce y pausada. Estalla de alegría, de repente, con algún recuerdo o se torna melancólico cuando piensa algo triste. Se emociona cuando habla de sus gemelos, Matteo y Valentino, de siete años, y tiene un gesto pícaro cuando dice: «Mi vida la he disfrutado toda». Es transparente, aun cuando utiliza la palabra «oscura» para referirse a sus etapas de angustia o inseguridad. Disfruta de cada momento aunque, como él dice, camina la vida con calma.
Corazón: ¿Cómo fue ganar el Grammy al mejor álbum de pop latino? Ricky Martin: Este Grammy es el que otorga la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación, de Estados Unidos, y lo gané por segunda vez. Ese día estaba en casa, relajado, y de repente, miré mi teléfono y vi un mensaje: «Caballero, te felicito por tu Grammy». Sentí una explosión de alegría. Y eso que tengo cuatro Grammys Latinos. Seis en total. Siempre es una felicidad porque hago las cosas con pasión y sacrificio. Son muchas horas en el estudio, buscando vulnerabilidad.
Corazón: ¿Es usted muy disciplinado? Ricky Martin: No conozco otra forma de crear un éxito que no sea con disciplina, dedicación y sacrificio. Siempre debe haber un enfoque. Y mucha pasión.
Corazón: Utiliza usted mucho la palabra pasión cuando habla de su profesión. Ricky Martin: Es que si pierdes la pasión, mejor que te vayas a casa. Todo trabajo implica sacrificio y si no te apasiona lo que haces, no se puede seguir.
Corazón: ¿Es usted apasionado también en su vida personal? Ricky Martin: Mi vida la he disfrutado toda. A mí nadie me cuenta nada. Lo viví intensamente. Vivo el sexo con libertad. No estoy atado a nada.
Corazón: ¿Cuando compone se inspira en usted o en otras vidas? Ricky Martin: Cuando hago música, sufro mucho para poder componer. Este disco, A quien quiera escuchar, habla sobre mi vida. Cada vez que canto una canción siento que me traslado al lugar de mi historia. La composición es un crucigrama de dolor, aunque sea una canción festiva. A pesar del sonido rítmico, hay un lado oscuro.
Corazón: Mujeres y hombres coinciden en alabar su físico. ¿Cómo explica ese éxito en ambos sexos? Ricky Martin: Tiene que ver con lo genuino. La transparencia me ha llevado a otro nivel. Quiero estar en constante evolución, tener la mente abierta y no aferrarme a ningún código creado en el pasado. Vivo con agradecimiento las subidas y las bajadas. Ser sabio es saber cambiar de parecer. Los necios no cambian de opinión. Vienen de un orden divino y uno no entiende las razones hasta que pasan los años y comprendes que tenías que pasar. Para mí, la vida no es tan complicada, solo me preocupo por las cosas que valen la pena.
Corazón: Debe ser un cambio importante pasar de un escenario donde le aclaman decenas de miles de personas a la soledad o al silencio de su habitación... Ricky Martin: En esos momentos, cuando bajas de la ola, es bueno el silencio. Ayuda a salir del caos. La meditación te acerca a tu espíritu y a Dios. Y es lo que me ayuda. Cuando no me despierto bien o siento cosas feas, pienso que ya pasará. Hay mañanas oscuras pero también las hay muy bellas.
Corazón: ¿Qué le ayuda cuando tiene que pasar por esos momentos oscuros? Ricky Martin: Mis hijos. Los veo y me digo: no hay opción, tengo que estar bien. Y cuando siento incertidumbre, inseguridad y esas sensaciones que pueden llevarte a un lugar más oscuro, paro y caigo en posición de loto. Mis viajes a la India me dieron mucho, conocí con mi gurú lo que es el silencio y sé que tengo herramientas. Encontrar el silencio en el caos, en la euforia, es muy bueno. Aunque hay muchas cosas aun que tengo por resolver.
Corazón: ¿Y en el aspecto sentimental como está? Ricky Martin: Estoy muy bien. Soy transparente y me juré no esconder nada. Sobre todo en el amor. El amor hay que celebrarlo. Estoy analizando una situación que se me está dando en la vida muy interesante y en un mes, quizás pueda decir: "Voy a abrir la puerta o ¿sabes qué? Mejor no". Decido con calma, paso a paso y me gusta dónde estoy,
Corazón: Dijo que cuando tuvo a sus hijos en brazos, el mundo se detuvo y sintió «"l amor en su estado más puro". Ricky Martin: Fue tal cual. Hoy los miro y siento lo mismo. El amor hacia ellos es incondicional. Presencié el parto. Los gemelos nacieron de un vientre ‘prestado’. Soy madre y padre de ellos, y lo saben. Me preparé durante más de un año para recibirlos. Leí libros sobre paternidad. Estudié. Y pasé los primeros meses de sus vidas ‘sometido’ a esas criaturas hermosas. Es una etapa donde no duermes, no tienes tiempo de comer. Te preocupas porque estén bien. Y de repente hacen un gesto, que puede ser por un gas, y tú crees que te sonríen ¡y lo celebras como una fiesta! (risas). Sientes que antes nada te conformaba y a partir de ellos, te conformas con tan poco.
Corazón: ¿Cómo es como padre? Ricky Martin: Soy disciplinario. Hay que tener equilibro en todo. Me gusta que mis niños corran, se ensucien, vayan al lodo, a la montaña, al mar, a los juegos. Pero siempre trato de llegar a un acuerdo. Les digo: «"o te prometí que ibas a hacer esto si hacías esto otro, pero como no hiciste lo acordado tampoco vas a poder hacer esto". Y entonces te miran y te manipulan, y te dan un abrazo.... Y te vuelves miel.
Corazón: ¿Cómo llevan el hecho de tener un padre cantante y famoso? Ricky Martin: Como algo natural. Entienden mi música. Desde que nacieron los llevo conmigo a todas partes. Tenemos vida de gente de circo, de nómadas. Se criaron en un avión. Yo también empecé desde chico. Cuando crecieron lo suficiente empecé a llevarlos a mis shows. Al principio me decían: «¡Tú eres Ricky Martin!» y yo les respondía: «Yo soy papá» y ellos insistían: «¡No! Eres Ricky Martin». Viajan siempre conmigo y con una tutora que les enseña. La habitación se convierte en aula y estudian.
Corazón: ¿Cómo son ellos? Ricky Martin: A pesar de ser gemelos son muy diferentes. Cuando nacieron decidí ponerles Matteo, porque en hebreo significa ‘Regalo de Dios’, y Valentino, porque cuando lo tuve en mis brazos, lo vi muy valiente. Es como si hubiera decretado su valentía con su nombre porque ahora no tiene miedo a nada. Se mete en el mar, trepa, es guerrero y también es sensorial. Le gusta la tierra, las flores, es muy romántico. Me deja helado con su vocabulario. Matteo es brillante. Vive haciendo preguntas. Es muy inteligente. Los dos me sorprenden cada uno en su estilo.
Corazón: ¿Le gustaría tener más hijos? Ricky Martin: ¡Sí! El año próximo seguramente venga la niña.
Corazón: ¿Qué significan sus padres en su vida? Ricky Martin: Fuerza y seguridad. Mis padres se separaron cuando yo era muy chico. Pero estuvieron muy cerca al igual que mi abuelita. Ellos, Nereida y Enrique, me echan una mano muy grande con mis hijos. Yo he pasado a un segundo plano. Para ellos primero están los niños. Es una suerte tenerlos. Mis padres son dos almas muy fuertes y afortunadamente los considero amigos. Les cuento todo: mis dolores de cabeza, mis altas y bajas, mis sueños, mis fantasías, mis desilusiones. Mis amigos me dicen: “¿Cómo puedes contarles tus intimidades a tus padres?” Y sí, lo hago. Ellos tienen la mente abierta y confío plenamente.
Corazón: ¿Compra usted mismo su ropa y define su estilo? ¿O tiene un equipo? Ricky Martin: Yo no puedo ir de compras. Tengo un estilista, Douglas VanLanningham, que es un genio y viene a casa con un perchero. A veces le digo: "Esto es mucho para mí» y me dice: «En seis meses no será mucho para ti". Siempre acierta. Creo que en Buenos Aires he usado un vestuario más colorido.
Corazón: ¿A sus hijos quién les elige la ropa? Ricky Martin: Me ocupo yo. Voy a una tienda de niños en New York que me alucina. Y les compro todo lo que me gusta para ellos. De los juguetes se ocupan los abuelos. Tienen tantos que ya no sabemos donde ponerlos. Quiero que cuando reciban uno, regalen otro. Tienen tíos, amigos, que cada vez que vienen a casa les traen un presente y yo les enseño a decir gracias. Creo que el agradecimiento se debe practicar desde temprano, para que luego se transforme en algo natural.
Corazón: Ahora que termina la gira, ¿cuáles son sus planes? Ricky Martin: Me voy tres mes a dar una vuelta al mundo, a sitios que no he ido. Quiero buscar información para escribir canciones. Tomar fotos. Para contar y luego meterme en un estudio a grabar. También quiero dedicarme a mi Fundación que rescata niños de la trata. Tenemos 115 niños que han estado en riesgo y que están en un centro holístico para la niñez. Está en Puerto Rico, es laico y hacen meditación. Son niños con alto riesgo de caer en la trata. Cuando escuchas testimonios de lo que han sufrido, el sentimiento es tan fuerte que debes convertirlo en amor para liberarte de lo malo.
Corazón: ¿Siente que tiene alguna asignatura pendiente? Ricky Martin: No. Antes las tenía. Ya no. Llevo 30 años en esto. Se siguen vendiendo mis discos, los conciertos están llenos. Vivo la vida plenamente. ¿Qué más puedo pedir?
20 de enero-18 de febrero
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