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Alaska, Mario y los 'gin tonic' de Mariló

Les invitamos a recorrer las estancias de su Casa Azul, donde pasamos la tarde con el matrimonio que demostró, por enésima vez, que a naturalidad no le gana nadie.

Mario y Alaska nos reciben en su Casa Azul./roberto garver.

Mario y Alaska nos reciben en su Casa Azul. / roberto garver.

Anita Guerra
Anita Guerra

Esta mañana, antes de recibiros, estaba sufriendo por si llovía. Y le he dicho a Olvido : “Como vengan todos los periodistas y llueva, los descalzo”. Ni más ni menos. Así es la obsesión de Mario Vaquerizo por la pulcritud de sus viviendas.

Así que no nos queremos ni imaginar cuán fuerte fue su ataque de nervios cuando vio metida en faena en la cocina a una buena amiga: "Mariló (Montero) prepara unos gin tonic buenísimos, pero me puso la 'vitro'...". Esta obsesión porque nadie roce nada afianza su argumento de que no le gusta "invitar a mucha gente a la vez, porque, cuantos más seamos, menos puedes hablar con la gente". Mario y Alaska no tienen ni trampa ni cartón.

Tal cual les ven, así son. Y así lo comprobamos durante una visita a su nuevo inmueble, adquirido a través de una aplicación de Fotocasa. "Nosotros somos como las artistas de antes, Concha Velasco o Bárbara Rey, que recibían en su casa. No como las de ahora, que te llevan a un hotel…", se le escapa con naturalidad mientras posa en la biblioteca. "Mario, eso no se dice", le reprende Alaska. "¡Como no se va a decir, mujer, si es así". Su relación se basa en la explosión de palabras de Mario a la que la cantante pone mesura… hasta que toca decorar la casa. Ahí, ambos son igual de barrocos.

Las casas las compró para disfrutarlas con los amigos"

mario

La pareja ha adquirido un piso en el mismo edificio de la madrileña calle Libreros en la que tienen su vivienda habitual, que han convertido en una "suite social", tal y como ellos lo llaman. Un lugar para disfrutar con amigos, "porque yo las casas las compro para eso", explica Mario, en la que el salón Peppermint es la estrella de la casa.

Reflejo de lo que son

"Lo llamamos así, porque hay una cafetería en Las Vegas que se llama Peppermint y es tal cual. No he puesto las buganvillas de plástico porque me gusten, sino porque el Peppermint está lleno de ellas. Cuando nos casamos en Las Vegas, era el sitio al que íbamos a comer hasta morir", explica Alaska antes de que su Pepito Grillo apostille: "Es lo único en lo que no se parece esta casa al Peppermint: aquí no se come nada".

Como anécdota, el sofá que preside el espacio es el que aparecía en la portada del álbum Absolutamente, de Fangoria. Esta casa cuenta, además, con un rinconcito al que se refieren como la estancia "de los recreativos", en la cual encuentras un tocadiscos y una máquina de pintball como grandes estrellas; una minicocina en la que llama la atención una vitrina con comida de mentira; un comedor lleno de espejos, y la gran joya: la biblioteca. Allí hay una prohibición para Mario: "¿No fumarás en la biblioteca?", preguntó Alaska. La respuesta es tajante: "Te juro porque me muera que no".

Acabo sentándome siempre en el suelo del salón"

alaska

Lo que no tienen, porque "si no se nos llena de okupas", dice Alaska, es dormitorio. Pero como son tan adorables, sus 'okupas', que no son otros que las decenas de amigos que les rodean, siguen visitándoles. "He llegado a entrar en este salón y decir: 'Me encantaría sentarme, pero están todos tumbados viendo ¡Qué tiempo tan feliz!' y acabo siempre en el suelo".

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