El maratón sexual que ha provocado la ruptura de la pareja de salto de trampolín brasileña en estos Juegos Olímpicos

Cuando uno compite en equipo o, aunque sea, en pareja tiene que tener muy claro que sus actos pueden perjudicar al resto en la competición. Y eso es justo lo que ha pasado con la pareja femenina de salto de trampolín en Río de Janeiro.

Ingrid de Oliveira decidió pasar una noche loca de pasión -la del 8 al 9 de agosto- y desenfreno con otro de los miembros de la delegación carioca, el remero Pedro Gonçalves. Su compañera de habitación y en la competición, Giovanna Pedrosa lo ha visto como una falta de respeto tan grave que ha decidido que no competir con ella. Ni ahora ni nunca.

La noche de autos -que fue justo la anterior a la de la competición-, Ingrid le pidió a su compañera que le dejara la habitación para 'divertirse' con Gonçalves. Aunque en primera instancia se negó, ante la insistencia accedió a irse de la habitación esa noche.

Al día siguiente, ellas que eran favoritas para tocar uno de los tres metales en la final, ocuparon la última posición en la calificación, ante lo que la federación brasileña pidió explicaciones.

Giovanna terminó confesando y, posteriormente, comunicó su decisión de ir por libre a partir de ahora: "He hablado con mi entrenador y tras los Juegos Olímpicos me centraré en mi persona. Así no tendré la necesidad de depender de nadie".

Sin duda, otra de las intrahistorias, cuanto menos curiosas, que nos dejan estos Juegos Olímpicos. Pero, ¿merece la pena sacrificar cuatro años de trabajo por pasar un 'buen rato'?