Blanca Romero publica su primera novela, 'Reflexiones de una rubia'.
Se define como una mujer feliz y lo hace reconociendo que ha tenido que aprender y buscar mucho para serlo. Ese es, precisamente, el punto de partida de su libro, 'Reflexiones de una rubia', con el que quiere "devolver al público lo que me da. Me pedían que explicara cómo tenía siempre una sonrisa amable y cómo lograba ser tan positiva. Sabía que eso tenía un porqué y decidí compartirlo".
Vanesa Romero tuvo una infancia tranquila, rodeada por su familia y el mar de Alicante. Toma aire al preguntarle por su recuerdo más cálido y responde: "Los días de playa con toda la familia. Los echo mucho de menos. Íbamos cargados como mulas, con la sombrilla, la tortilla... ¡y por supuesto, el balón de Nivea!".
Era una niña alegre y optimista, buena estudiante que dedicaba la mayor parte de su tiempo libre al deporte: "Sandra Mayers me tenía obsesionada con su velocidad y quería ser una gran deportista. El ejercicio físico me ha dado disciplina y constancia, valores que tengo muy en cuenta. No me rindo jamás porque creo que mi vida es como una carrera de fondo. Cuando iba a participar en el Campeonato de España de Atletismo, tuve que dejarlo por una tendinitis en el pie y problemas en la cadera. Perdí la ilusión y llegaron otras cosas a mi vida".
Recuerda con cariño que le encantaba escribir cuentos y montar performances en casa: "Sentaba a mis padres y representaba alguna peli. También desfilaba por el pasillo, pero eran juegos más que otra cosa. Elegir con poco más de 15 años a qué te quieres dedicar es una locura. Yo me dejé llevar por la intuición y la vida me ha permitido ser actriz, pudiendo jugar con mis personajes a ser muchas mujeres distintas".
Probó suerte con la moda y más tarde, con la interpretación. "Quise dedicarme a la moda porque alguien me dijo que lo haría bien y me molesté en aprender. Así, casi en un acto de locura, decidí venir a Madrid. Mis padres sintieron vértigo, pero me dieron libertad para volar y me alentaron a probar suerte".
Su primer trabajo remunerado "¡fue un desastre! Un desfile de novias en Murcia. El vestido era larguísimo y me lo pisé. Tiré el escenario al apoyarme. ¡Un horror!". No recuerda cuánto ganó, pero sí que se lo gastó de compras. A pesar de este traspiés inicial, Vanesa confío en la decisión tomada.
Tras pequeños papeles en series llegó su momento con Aquí no hay quien viva y 'La que se avecina': "Es brutal el fenómeno fan de ‘LQSA’. Son continuas las muestras de cariño que recibimos. Me hablan de mis otras facetas, van más allá de mi personaje y llegan hasta Vanesa. Me hace sentir que todo esfuerzo tiene una recompensa".
Televisión, teatro, un blog que la convierte en una it girl, canal de Youtube… Y ahora un libro: "Se pasa mal recordando episodios como la sensación de tener todo para ser feliz y no lograrlo". Y mientras la audiencia sigue subiendo como el amor de quienes abarrotan las firmas de su libro, Vanesa sabe que lo mejor es lo que llega de vuelta: "No pido nada más de lo que ya tengo. He aprendido a dejarme llevar siempre. Ahora toca compartir. Después, no sé".
Juro que es así: dar gracias a la vida por poder disfrutar de un día más.
Una libreta y un libro.
¡El móvil! Lo tengo todo allí.
El azúcar quemado de mi padre cuando nos poníamos malas.
El del algodón de azúcar de la feria.
El de mis mascotas. Me relajan mucho.
Un cuarzo rosa que llevo en el bolso siempre.
Los flashes de hielo ¡no paro! Tomo unos ecológicos sin azúcar.
La paella de mi madre.
El vino tinto.
Dos: la rosa salvaje y la amapola.
Mi casa.
'Reflexiones de una rubia'.
'Pretty Woman'.
Cualquiera del grupo de mi chico, Showpay.
Que soy muy, muy normal.
Soy muy impaciente.
Del deporte, con Rafa Nadal y de la interpretación, con Woody Allen o Meryl Streep.
Los deportes.
El dibujo.
La felicidad sí está en nuestras manos.
Mi familia. Les adoro.