"Yo no voy a ir a ninguna corrida, no tengo que ir para nada". Manuel Benítez, 'el Cordobés', no estuvo en la de Morón de la Frontera (Cádiz), celebrada el sábado 11 de marzo, ni estará en la de Palma del Río (Córdoba) del sábado 22 de abril. Ni el hecho de que sus dos hijos toreros, Manuel Díaz y Julio Benítez, hayan escogido su localidad natal para este mano a mano le ha ablandado.
Este enfado monumental del patriarca, más que evidente en sus declaraciones exclusivas a 'Corazón', viene de la negativa de Manuel Díaz a acudir a una especie de capea campera con prensa. Diaz le dijo que primero quería quedar en privado y hablar, y que después ya se vería. Y a eso hace alusión Benítez durante la conversación que mantenemos con él: "Yo no tengo que ir a ver a mi hijo Manolo para que hable conmigo. Le dije que tenía siete vacas: tres para él, tres para mi hijo Julio y una para mí. Y no quiso".
Ojo, que contra Julio, que es quien se ha criado a su lado y con quien ha convivido, no tiene nada en contra. Todos los dardos van hacia ese vástago al que ha tardado en reconocer como tal 48 años.
¿Piensa que todo es una campaña de marketing para llenar la plaza de toros? Contesta de manera rotunda: "Pues claro, ¿por qué no lo ha hecho antes? Que sí, que es mi hijo, pero ¿y qué más? Yo respeto a todo el mundo, pero ya está bien, que yo también tengo que vivir, tengo que estar tranquilo", sentenciaba muy enfadado el patriarca.
Y a medida que iba transcurriendo la conversación, sus respuestas eran cada vez más acaloradas: "He tenido muchas corridas de toros, gracias a Dios, siendo capaz de jugarme la vida todos los días, pero ya está bien. Ahora, que me dejen tranquilo. Que me dejes tranquilo, Manolo. Que el día de mañana, oye, ¿pues quién dice que no? Pero que yo ya estoy harto de toros como para ponerme delante, con el miedo que he pasado. He estado muchos años luchando en esta vida".
Por si no quedaba claro el mensaje, el maestro añade: "El que quiera que luche por su cuenta, que ya está bien. Estoy ya de tanta porquería y tantas mentiras... Se fue a la televisión diciendo unas cosas... Ya está bien hombre, que toree que es lo que tiene que hacer. A Madrid es donde tiene que ir, vamos a dejarnos de Palma del Río".
No parece que vaya a haber sorpresas: no habrá foto del Cordobés padre junto a sus dos hijos sobre el ruedo. Al menos, no de momento.
"Lo de Manuel Benítez está siendo agotador. Ya es hora que dé un paso firme de verdad y que se deje de juegos, que tiene 80 años. Tiene un hijo que se sale, no conozco otra persona como Manuel Díaz, y ya vale de tanta espera o de invitarle a torear una vaquilla. Desde que tenía 19 años, sé que es su padre, porque en el campo, y junto a mi padre, él me lo confesó: me dijo que Manuel Díaz era su hijo. Todo este tiempo ha sido un suplicio, porque no podía contarlo. Como tampoco otras cosas. Me siento libre ya y quiero hablar con la verdad", declaró Vicky Martín Berrocal el día que presentaba su colección de zapatos para la firma Unisa.
vicky martín berrocal
"Ha sido un ídolo de masas y con una personalidad diferente, por lo que no creo que nadie haya podido influirle para que no se acercara a su hijo. No pienso que fuera Martina, por mucho que haya cambiado ahora de actitud. Me cuesta pensar que alguien le maneje. Me duele lo que está pasando. Manuel quiere mirar a los ojos a su padre, tener su primer encuentro y su abrazo sin más personas. Como ha ocurrido con su hermano Julio. Tener un hijo como Manuel es un regalo de la vida y quiero que su padre dé ese paso y sea de verdad. Ayer le vi en unas imágenes saliendo de una venta y, cuando lo miraba, me daban ganas de decirle: '¡Que salga de allí y vaya a Sevilla de una vez!'", añade.
"Él ha dicho que le lleve a mi hija cuando quiera, porque sé dónde está, pero él también sabe dónde está su hijo y, como decía mi padre: 'Primero los matadores y luego los subalternos'. Sé que es un hombre genial, pero me duele, porque su hijo tiene derecho a que se cumpla su sueño", dice en un arranque de sinceridad fruto de la desazón que tiene por ver cómo las cosas no se arreglan.
"Le tengo cariño, porque he pasado muy buenos ratos con él gracias a mi padre, pero ya está bien. Por Dios, que vaya a encontrarse con su hijo que, si no, voy a tener que ir yo a esa venta a buscarle".
20 de enero-18 de febrero
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