El triunfo del entrenimiento

La reflexión de Anne Igartiburu.

Anne Igartiburu
Anne Igartiburu

La expectación ha sido mucha. Y mucha ilusión por ver el retorno de 'Operación Triunfo'. El lunes 16 de octubre ha sido histórico para los que amamos la tele. Seguro que muchos, como servidora, vivieron momentos emocionantes ante la tele hace 15 años y querían volver a sentir ‘ese algo’ que no siempre se consigue en este medio. Porque, aunque ahora se dan las cosas por sentado, 'OT' marcó un antes y un después en la forma de concebir la tele y de contar las cosas.

Hoy, como digo, damos por hecho que esta pequeña pantalla debe ser de verdad, contar lo que pasa casi desde antes de que suceda y huir de poses demasiado colocadas para acercar el plató a los hogares, al corazón del espectador. Que se sienta así, identificado con el protagonista que ve dibujado en esos píxeles llenos de luz, focos y brillos. Sentir la ilusión de unos chicos y chicas por conseguir su sueño artístico en lo musical es algo que está ya ahora muy manido en las televisiones. Y el panorama, desde aquel OT pionero, mucho ha cambiado. Sin contar, además, que plataformas como YouTube o Instagram permiten que cualquiera con un poco de ilusión, talento e ingenio llegue al mundo con su música. Por eso, era importante dar una vuelta de tuerca a lo que se hiciera esta vez.

Hay cosas que no han cambiado demasiado. El planteamiento esencial de conseguir aprender y labrarse un futuro como intérpretes, un programa en directo, con votos del público y jurado experto. Un plató impresionante, un despliegue de luces, una realización increíble y todos los medios a su disposición. Debemos ponerle aquí un ‘pero’ claro a la sonorización, que creo que, en este primer programa, ha tenido unos fallos que, seguro, mejorarán desde ya. Conozco al equipo y actúan rápido y de manera eficaz.

Me paro aquí para hablar de mi compañero Roberto Leal. Con mucho atino, ha puesto todo su saber hacer para dejar el protagonismo a los participantes, estando al quite de todo lo que lleva un programa así. No es fácil solventar las complicaciones en directo y mil detalles que hay que engranar en tiempo real. ¡Olé por él! Compañero, me reafirmo en que nadie como tú para presentar este 'OT' renovado. Yo, ante la generosidad y la profesionalidad al hacer equipo en la tele, siempre me quito el sombrero. Muchos compañeros lo vimos desde casa con sana envidia e ilusionados por ver que nuestra cadena apuesta fuerte y que hay algo que se mueve en TVE. ¡Y más que va a moverse! Volviendo a esta Gala 0, intuí lo que sucederá ya en esta nueva edición.

Estoy con ganas de ver el Programa 1 y descubrir lo que han aprendido intérpretes, como la joven Marina, que me llegaron desde el primer compás. O la veteranía de Ricky, que atrapa con su mera presencia. La autenticidad de todos ellos va a depender de su capacidad para mostrar lo que son y seguro que lo conseguirán. Y si me permitís, y con todo el cariño a los aspirantes: yo me quedo con el elenco de profesores. Ahí está la clave de esta edición. Son en sí artistas y profesionales a los que tener como referentes. Y ellos, sin duda, darán mucho juego en la Academia. Creo que se debería apostar por lo que sucede entre gala y gala, porque cada uno de los mentores de esta edición juega un papel crucial en la evolución de los candidatos. Y, además, sus consejos nos vendrán bien a todos.

Y, para terminar, voy a atreverme a pedir a Manuel Martos que nos muestre todo lo que sabe sobre la industria y que no se contenga en esa mesa. Y que Mónica Naranjo muestre también su vulnerabilidad como artista. OT ya ha arrancado, pero quiero más, mucho más. Deseando ver esa Gala 1. Ahora sí.

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