Cuatro años después, Chile repite presidente, Sebastián Piñera, y primera dama, Cecilia Morel. Durante el primer mandato de su marido, Morel renunció al segundo plano y reclamó protagonismo viajando sola de una punta del país a la otra y liderando su propia agenda.
De hecho, cuando Piñera abandonó el poder, sus índices de popularidad eran tan altos que llegó a especularse con la posibilidad de que ella misma aspirara a la presidencia de Chile. Morel tenía 19 años cuando conoció a su vecino, Sebastián Piñera. Fue amor a primera vista. El día del golpe de Estado, él le pidió matrimonio por teléfono y poco después de la boda, se fueron a vivir juntos a Estados Unidos, para que él estudiara en Harvard.
43 años y cuatro hijos después, muchos analistas políticos han explicado que su papel ha sido clave en la reelección de su marido. Tiene fama de ser sencilla, amable y accesible, y de no tener los gustos propios de las mujeres de los multimillonarios como Piñera. De hecho, Morel ha dedicado toda su vida al trabajo social y a atender a personas en riesgo de exclusión. Es abierta y honesta en las entrevistas y elegante y chic en los eventos protocolarios, aunque reconoce que, a sus 64 años, ha dejado de ser vanidosa y que su "uniforme favorito" está compuesto de pantalón y blusa. Sin embargo, un momento de tensión eclipsó la toma de posesión, celebrada hace unos días en Santiago de Chile.
Los Piñera saludaban en el balcón del Palacio de la Moneda, cuando el nuevo presidente corrigió a su mujer para que lo hiciera con la otra mano, las cámaras captaron el gesto y el momento se hizo viral. De hecho, el 'hashtag' #FreeCecilia, como ya pasó con FreeMelania, inundó Twitter durante horas. Además, Morel tuvo que compartir protagonismo con otra 'first lady'.
Juliana Awada, primera dama de Argentina, escogió un 'look' blanco de pies a cabeza con blusa y pantalón, chaqueta y zapatos en el mismo tono. Aunque el conjunto pretendía ser minimalista, resultó llamativo entre un mar de hombres vestidos con trajes negros. Mientras tanto, Cecilia Morel, con un elegante vestido de encaje en tono marfil, volvía a ingresar en el club de las primeras damas.
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