El marqués de Larios desahucia a su hija

Pocos títulos y apellidos han generado tanta controversia como el del marquesado de Larios. Un título rodeado de polémicas. Desde hijos secretos hasta el intento de desahucio por parte del actual marqués, José Carlos Fernández de Villavicencio y Eleta, VI Marqués de Larios, de la vivienda donde residen su hija Sandra y su nieto Kenzo en la lujosa urbanización madrileña de La Moraleja.

El título de marqués de Larios es relativamente reciente en su creación. Fue concedido en 1863 por la reina Isabel II a Martín Larios y Herreros de Tejada, un rico industrial malagueño y senador, que se exilió a París con la reina en 1868. Los Larios amasaron su fortuna en múltiples industrias y en plantaciones de caña de azúcar, lo que dio origen a una de las empresas de bebidas alcohólicas más conocidas de España. El segundo marqués, Manuel Domingo Larios y Larios, urbanizó el centro de Málaga y hoy su estatua, que fue derribada y tirada al mar en la Guerra Civil, preside la calle Marqués de Larios, una de las vías decimonónicas más bellas de España.

Todo el glamur de los Larios parece hoy desvanecerse de la mano de Sandra Fernández de Villavicencio, la futura heredera como primogénita de este título y también del marquesado de Vallecerrato, que tiene grandeza de España. Hoy una 'rica' aristócrata a punto de ser desahuciada por su propio padre y con serios problemas económicos, a pesar de su grandeza.

El pasado 10 de abril, la comisión judicial encabezada por la jueza titular, dos cerrajeros, dos trabajadoras de los servicios sociales, policía secreta y funcionarios se personaron en el domicilio de Sandra Fernández de Villavicencio, en La Moraleja, para ejecutar el desalojo de su casa de 180 metros cuadrados con 2.600 metros de jardín. Una situación que causó estupor en la urbanización.

Desahucio inminente

Aunque en un principio se esgrimió que la presencia de varios de los perros que custodiaban la finca impidió el desahucio de Sandra, que estaba atrincherada dentro de su vivienda con su hijo Kenzo, de seis años, la realidad no es esa. Se utilizó una triquiñuela legal: renunciar a su abogado y esperar así a asignarle un letrado de oficio para ganar tiempo. Sandra Fernández ya conocía las intenciones de su padre desde 2013, año en que comenzó el litigio. De hecho, el pasado 6 de octubre ya presentó un recurso ante el juzgado de Alcobendas, y lo hizo con una de las letradas más de moda, Cynthia Ruiz, la especialista en protección del honor de famosos clientes como Isabel Pantoja, Kiko Rivera, Raquel Bollo o Álvaro Muñoz Escassi.

Sandra es hija del VI Marqués de Larios y de su primera esposa, Eva Frommer, una judía de la que se separó hace 20 años. En el acuerdo de separación se dictaminó el pago de una pensión a la hija de 600 euros y que tanto su exmujer como la entonces niña vivieran en el domicilio familiar de La Moraleja.

Hoy, el marqués de Larios ha considerado que el tiempo de residencia de su hija, ya con 30 años, se ha terminado. Para ello ha alegado circunstancias económicas y personales. Pero la realidad es que detrás de todo pueden esconderse las importantes deudas que va dejando su hija y que figuran a su nombre.

Obras y reformas

Mientras que Sandra se ha quejado públicamente del alejamiento y de la nula ayuda de su padre, al que supuestamente pidió trabajo sin éxito, la realidad es que ha dejado un reguero de deudas, algunas incluso han acabado en los juzgados. Así, en 2014 la futura marquesa mandó hacer una reforma del jardín y del parking de su residencia. Para ello no escatimó en gastos. Eligió los mejores materiales -farolas, luces LED, etc- y se lo encargó a una pequeña empresa -de apenas diez empleados- bajo la promesa del pago de su padre.

De hecho, señaló que no adelantaba ningún importe porque esa era la costumbre del marqués. Terminada la misma, pasó los datos de facturación a la empresa que remitió la factura a su padre, recibiendo como respuesta, no el pago, sino un burofax en el que el marqués no se hacía cargo de la deuda de 10.011,10 euros. La empresa presentó por tanto una demanda, pero ella se declaró insolvente y la deuda sigue aún hoy sin cobrarse.

Pero lo peor es que, según ha podido averiguar en redes sociales esta empresa, este 'modus operandi' se podría haber repetido con más de una docena de personas y empresas, desde piscinas al deshollinador de chimeneas. Hoy el marquesado de Larios no solo está circunscrito al desahucio de su heredera, sino a una situación tan bochornosa como el débito de muchas facturas, que investiga ya la Justicia.

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