La Reina saca las grandes joyas de Palacio

Cuando era Princesa de Asturias, doña Letizia llamaba la atención por ser una de las consortes que menos joyas lucía cada vez que las familias reales europeas se reunían en bodas, cumpleaños o grandes ceremonias.

Durante años dio la impresión de que la alta joyería no le interesaba demasiado. Cuando el protocolo exigía llevar diadema, solía escoger una de las piezas menos llamativas, la tiara de los Borbones, también llamada tiara Floral, que fue la que lució la Infanta doña Cristina el día de su boda.

Casi siempre que se menciona esta tiara, se añade que fue regalo de Franco a doña Sofía con motivo de su enlace matrimonial con don Juan Carlos, pero la historia de esta joya es mucho más interesante, según consta en la documentación del palacio de La Zarzuela.

La encargó el Rey Alfonso XII en 1879 a la firma inglesa J.P. Collins para su prometida, la archiduquesa María Cristina de Habsburgo, pero con el tiempo la joya salió de la familia. Sin embargo, la firma Aldao la recuperó, y el Gobierno español la adquirió para regalársela a doña Sofía y que volviera al joyero real.

Doña Letizia tampoco tuvo mucha prisa a la hora de estrenar la diadema que le regaló don Felipe en 2006. De hecho, tuvieron que pasar nueve años –y el relevo en la Corona– para que la Reina la estrenara en abril de 2015 durante el 75 cumpleaños de la reina Margarita de Dinamarca.

La llamada tiara Princesa, de Mato Ansorena, consta de 450 brillantes y cinco pares de perlas australianas. Otro gesto que, en su día, llamó la atención fue el tiempo que doña Letizia dejó transcurrir antes de lucir por primera vez las llamadas joyas de Reina.

La última vez que doña Sofía se las puso fue el 9 de junio de 2014 –10 días antes de la proclamación de don Felipe–, cuando asistió a la última cena de gala del reinado de don Juan Carlos, ofrecida en el Palacio Real en honor del presidente de México, Enrique Peña Nieto.

Doña Sofía lució entonces las grandes joyas que pertenecieron a la Reina Victoria Eugenia y que, por su expreso deseo, tras su fallecimiento, se han ido pasando las consortes. Además de la tiara Flor de lis, que Alfonso XIII encargó a Ansorena, doña Sofía se puso el collar de chatones con los pendientes a juego, el broche de la flor de lis y las dos pulseras gemelas de Cartier.

Las joyas de la reina

Tuvieron que pasar dos años y ocho meses tras la proclamación de don Felipe como Rey para que doña Letizia se pusiera por primera vez las joyas de Reina. Fue el pasado 22 de febrero, durante la cena de gala ofrecida en el Palacio Real al presidente de Argentina, Mauricio Macri, y su esposa, Juliana Awada.

Ese día, doña Letizia estrenó la impresionante tiara Flor de lis y las dos pulseras gemelas, que lució una en cada muñeca y que se convirtieron en sus joyas favoritas. Las reinas anteriores reservaron estas pulseras para las grandes ocasiones, pero doña Letizia, además de ponérselas en las ceremonias de gala –se las llevó a Japón y a Reino Unido–, ha decidido introducir estas joyas en actos oficiales rutinarios. Incluso, combinarlas con prendas sencillas, como hizo cuando conjuntó los brazaletes de brillantes de Cartier con un mono de Massimo Dutti en un acto de la Fundación Princesa de Girona.

Doña Letizia ha adaptado las pulseras y se pone las dos juntas en la misma muñeca. También las lució en Oviedo, en el concierto de la víspera de la entrega de los premios Princesa de Asturias, y en la cena del Congreso Mundial contra el Cáncer a la que asistió el pasado martes en México, entre otros actos.

Victoria Eugenia pensaba que si algo distinguía a una reina era la corona, y doña Letizia lo ha hecho extensivo a otras joyas que se pueden poner con más frecuencia.

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