Por qué tardaron tanto en volver del exilio los condes de Barcelona: falsas promesas de Franco, rebeldía de don Juan y 'traición' de Juan Carlos

El tira y afloja entre don Juan, defensor de una monarquía constitucional, y el dictador Franco, llegó a su fin en 1969, cuando Franco nombró a don Juan Carlos «sucesor a título de Rey». Fue un momento muy amargo para don Juan, hijo de Alfonso XIII y legítimo sucesor al trono de España.

Don Juan Carlos aceptó el nombramiento, aunque era consciente de que no respetaba los derechos sucesorios de su padre. Pero el propio Don Juan, en el exilio de Estoril, en Portugal, es consciente de que su hijo tiene más posibilidades de reinar que él, aunque se siente traicionado y la relación entre ambos se sume en una profunda crisis.

El 22 de noviembre de 1975, dos días después de la muerte de Franco, Juan Carlos I es coronado rey de España. En 1977, don Juan había renunció a los derechos dinásticos y a la jefatura de la Casa de Borbón, a favor de su hijo, Juan Carlos. Algunos biógrafos aseguran que don Juan siempre vio a su hijo como a un competidor o un sustituto, pero no como a un hijo. Sin embargo, su objetivo, durante sus ochenta años de vida, fue preservar el trono de España y finalmente aceptar el sacrifico de que el rey sería su hijo Juan Carlos y no él. Toda su vida se debatió entre ese drama personal y sus sentimientos como padre.

El exilio de la familia real española se había iniciado con la proclamación de la II República, en abril de 1931, cuando Don Juan tenía apenas 18 años y se estaba preparando como marino en la Escuela de San Fernando, en Cádiz. Los Borbón se instalaron primero cerca de París, en Fontainebleau y, más tarde, en Roma, donde don Juan se casó con su prima tercera María de las Mercedes de Orléans, el 12 de octubre de 1935. La primera hija del matrimonio nació en Cannes, en 1936. Poco después, llegaron don Juan Carlos, su hermana, la infanta Margarita, y el infante Alfonso. La familia se instaló en Lausana, y más tarde, en Estoril, en la costa de Portugal.

Don Juan y Doña Mercedes regresaron definitivamente de su exilio en Estoril en 1982 y escogieron para fijar su residencia, un chalé de la exclusiva urbanización Puerta de Hierro de Madrid, llamado Villa Giralda, como su casa de Estoril. A partir de ese momento, Don Juan inició la tradición de reunir a la familia en un gran almuerzo por Navidad.

Además de su sentido del deber, destaca en don Juan su capacidad para la política en una época difícil en la que tenía que relacionarse con un dictador que había incumplido su promesa de restaurar la monarquía en España. Durante la Guerra Civil, intentó participar en el llamado bando nacional, pero Franco no se lo permitió. Y después, don Juan se enfrentó abiertamente al dictador al reclamar, en 1945, el trono de España y la instauración de la democracia, en el llamado Manifiesto de Lausana. Hubo quien le tildó de «rojo», incluso de «masón».

Con ayuda de los aliados, don Juan intentó hacer valer sus derechos al trono. Pero Harry S. Truman, el presidente de Estados Unidos, que sucedió a Roosevelt, tras la II Guerra Mundial, cambió la política internacional de su país, porque temía que la monarquía constitucional de don Juan fuera débil y cayera en manos de los comunistas, como había pasado con Rumanía o Bulgaria.

A pesar de sus diferencias, don Juan llegó con Franco al acuerdo de que su hijo, que entonces tenía 10 años, se educara en España. Cuando se convierte en sucesor, don Juan pondrá todo su empeño en que su hijo sea un rey longevo en una democracia constitucional, como así sucedió. Don Juan falleció el 1 de abril de 1993, en la Clínica de Navarra, dos meses antes de su ochenta cumpleaños, de un cáncer de laringe que le habían diagnosticado un tiempo antes.

Don Juan Carlos organizó un funeral de Estado, al que acudieron representantes de todas las altas instancias del Estado y todas las casas reales europeas, además de 11 jefes de Estado. Fueron en total, 650 invitados, además de un centenar de periodistas y unas 6.000 personas que se agolparon a la salida del monasterio de El Escorial, tras siete días de luto nacional.

En su urna de enterramiento, el rey emérito hizo grabar «Juan III», en latín, la denominación que le habría correspondido a don Juan como rey. El 1 de enero de 2000 falleció su esposa, María de las Mercedes, en Lanzarote, donde la familia real se había reunido para celebrar el año nuevo. La condesa de Barcelona, había cumplido 89 años pocos días antes.