No somos lo que vemos en el espejo, somos quien mira

¿Cuándo fue la última vez que te miraste en el espejo? y cuando te miras, ¿qué miras? ¿sonríes ante lo que ves o realizas una minuciosa búsqueda a la caza de nuevas arrugas, manchas o granos? La mayoría, cada vez que nos miramos al espejo no vemos lo que hay, vemos, sobre todo, lo que pensamos que no debería haber: manchas, arrugas, acné…

Es algo cultural, y es que durante muchos años nos han pedido que luchemos contra las arrugas o que combatamos el acné. Sin embargo, cuando dices una palabra, no sólo dices una palabra, sino, de forma subconsciente, muchas relacionadas con ella. Y cuando hablamos de luchar o combatir, pensamos en una guerra de la que no somos los héroes, ya que convertimos a nuestro cuerpo en un campo de batalla en el que solo hay un perdedor: nuestra autoestima. Y es que las palabras asociadas a la guerra son rabia, odio, miedo y vergüenza, curiosamente palabras muy usadas por personas con afecciones cutáneas que han llegado incluso a odiar su piel. 

Por eso es tan importante la iniciativa de ISDIN de invitar a las personas a amar su piel, porque las palabras asociadas a amar son: cuidarla, protegerla y valorarla. La iniciativa parte del libro LOVE YOUR SKIN para el que se han contado con testimonios reales de personas que transformaron su relación con la piel a través del amor.

Quererse es el objetivo

Sabemos que para cuidar la piel hay que usar protección solar (el 80% de los signos del envejecimiento son provocados por la exposición solar sin protección) que hay que descansar bien, cuidar la alimentación, evitar fumar, exponerse a las altas temperaturas y polución, e intentar llevar una vida sin estrés. A este conjunto de factores se les conoce como exposoma y saber de ellos es necesario para cuidar la piel, pero no es suficiente, ya que a la piel también le afectan, y mucho, otra serie de factores de índole interno y social. Por ejemplo la aceptación, conocer cómo eres y conocer la piel es fundamental para sentirte mejor. Saber que la piel es como las emociones, y como ellas cambian, pero para que cambie, tendremos que hacernos cargo. Saber que a veces confundimos el verbo tener con el verbo ser es importante, porque puede que tengas acné, pero no eres tu acné, puede que tenga psoriasis, pero no eres tu psoriasis. Lo mismo sucede a nivel social. Muchas veces el peor efecto secundario de la piel es la mirada ajena y ayudar a construir una sociedad que a través de su mirada construya alas y no jaulas es fundamental.

Hablamos de cuerpo y mente como si fueran dos cosas separadas, pero no lo son. Cuando cuidas tu mente se nota en tu cuerpo y cuando cuidas tu cuerpo se nota en tu mente. Las personas cuidan de lo que les gusta y es muy importante aprender a que nos guste nuestra piel.

Con este libro ISDIN quiere dar un paso más y ayudar a las personas no sólo a que cuiden su piel, sino a que también la quieran. Y es que es inherente al ser humano cuidar de lo que se quiere.