“Me encantaría cocinar para los Reyes de España”

15 minutos antes de nuestra cita en Le Pressoir d'Argent, ya estoy lista e impaciente en el lobby del Gran Hotel de Burdeos y reconozco que, por primera vez en mucho tiempo, estoy nerviosa. Tengo la sensación de que voy a entrevistar al Brad Pitt de los chefs, y no solo por sus ojos azulísimos, sino porque quizá no es el mejor del mundo ('solo' uno de los mejores), pero sí es el más mediático de todos, y eso impone. Por si fuera poco, somos el único medio español al que le han concedido entrevista esta vez. Pero los nervios se pasan en cuanto le tengo enfrente y descubro al hombre detrás del genio: Gordon Ramsay es encantador, divertido, políticamente incorrecto (aunque educadísimo) y con un carisma impresionante.

Tiene más de 20 restaurantes repartidos por medio mundo, suma una docena de estrellas Michelín entre todos ellos, ha publicado una lista inabarcable de libros y, por si fuera poco, sus programas en 'prime time' los siguen millones de espectadores cada día, pero Gordon Ramsay no se deja amedrantar por estas cifras que dan vértigo solo de leerlas, porque tiene claro que "la pasión es la clave. Me encanta lo que hago. Y me encanta la presión, creo que es sana. Creo que es bueno ser competitivo, querer mejorar cada día. La adrenalina que eso genera es excitante. La cocina es vida, es una forma de expresión, y cuando entiendes eso… no necesitas más. Cuando acabas la jornada, miras hacía atrás y sabes que si ellos, tus comensales, han disfrutado, es que lo has hecho, y entonces disfrutas tú también".

Él, de momento, no ha dejado de sentir mariposas en el estómago porque, me explica, "esto no es solo un trabajo y no he cambiado desde que abrí mi primer restaurante. No empecé a cocinar por el dinero, no tenía ni idea de finanzas, pero sabía que esto era lo que me gustaba, y eso es lo que te hace tener los pies en el suelo, conservar intactas esas emociones. La única diferencia ahora es que la gente me conoce por la calle, pero cierro los ojos, y sigo sintiendo la misma emoción. Necesito continuar aprendiendo, y asimilando todo esto que me ha pasado". Y prosigue con una humildad que se nota real contándome que "la semana pasada tuvimos los datos oficiales del canal de Youtube, y había medio billón (con b, sí) de reproducciones de mis vídeos de recetas, de demostraciones… 500 millones de personas viéndome, ¿puedes creerloo? ¡Es una auténtica pasada! Es como jugar en la Premier, porque he aprendido de los mejores chefs, pero yo no me quedo solo con lo que me han enseñado, quiero mejorarlo cada día".

La emoción con la que habla de su trabajo impresiona y me quedo con la boca abierta cuando me define su cocina como "un balance entre el extraordinario gusto por las esencias mezclado con todo aquello que me va dictando el corazón. Es un viaje". Al escucharle, no puedo evitar acordarme de lo que hace apenas un par de semanas me comentaban los hermanos Roca sobre que su gran reto en El Celler era, ni más ni menos, que emocionar ( lee la entrevista completa aquí ), porque Ramsay es de la misma opinión y me explica con un acento mucho menos escocés de lo que esperaba que " la comida es lo único que puede parar todo lo que hay alrededor para capturar la magia de los sentidos. Las texturas, los aromas, las conversaciones que se crean alredor, el sabor por supuesto, la imagen… La cocina es una manera de olvidarte de todo y poner el foco en ese plato y en todo lo que te hace sentir. Cambia la mente y te transporta a un microuniverso, viajas a cualquier sitio sin moverte de esa mesa. Yo puedo perderme en cualquiera de mis platos, dejarme llevar por esa comida. Te hace crear recuerdos que son puras experiencias".

Gordon Ramsay firma las cartas de Le Pressoir D'Argent y de La Brasserie, los dos exclusivos restaurantes del Gran Hotel de Burdeos, una propuesta exquisita que rediseña la tradición gastronómica británica con productos locales burdaleses. Pero, espera, ¿que en Gran Bretaña se come algo más que 'fish and chips'? Gordon Ramsay tiene un mensaje muy claro para todos los que piensan así: " Que les j**** (¿cómo se dice en español?, me pregunta) y que vengan a Londres. Muchos productos de los que se consumen como propios en Francia, por ejemplo, vienen de la costa de Escocia, así que que la gente lea las etiquetas. Tenemos grandes influencias de sabores orientales, otros más europeos, y hemos creado una corriente nueva y una reinterpretación muy interesante de ello". Doy fe, tras probar sus platos, de que es así.

Además de un gran chef y de su carisma, Ramsay se descubre como un hombre con opiniones muy claras y sin pelos en la lengua, así que repaso un poco la actualidad con él. Primera parada (y primera sorpresa), el Brexit: "me gusta la independencia, la disfruto, el Brexit va a emponderar el país, a pesar del pánico de los seis primeros meses. Creíamos que estábamos resguardados bajo el paraguas de la UE, pero esto no es más que el comienzo del resquebrajamiento de Europa como nación. Lo que sé es que no creo en los políticos, que los j**** también".

Y de unas votaciones, a otras sobre las que tiene una opinión muy clara, las elecciones en Estados Unidos. "Que j**** a Donald Trump también. Cree que esto es un show de televisión más, no se da cuenta de que es real. Por supuesto que no estoy interesado en cocinar para él, si me llamara no lo haría incluso aunque hubiera perdido. C réeme, no puede ganar, no va a ganar, me lo juego contigo". Estrechamos la mano y hacemos una apuesta que espero que gane Ramsay...

Para terminar con la incorrección, le hablo de las nuevas 'modas' gastronómicas, de la dieta paleo, del veganismo y de los nuevos 'superalimentos' como el kale o la quinoa. "Cierro los ojos y lloro cuando oigo hablar de ello, aunque lo respeto, claro". Nada más que añadir al respecto...

Detrás del genio y del hombre deslenguado hay también un amante padre de familia que no duda en presumir de prole al contarme, orgulloso, que " en casa hace años que cocinan mis hijos, y son unos cocineros extraordinarios. Mathilda tiene su propio programa de televisión para niños, y no es porque sea mi hija, pero lo hace muy bien".

No se me ocurre preguntarle, porque está harto de que todos queramos saber lo mismo, que qué comería si tuviera que elegir su 'última cena', pero si le pido que me rete a sorprenderle con algún plato. Y aunque su favorito es el solomillo Wellington y a mí lo que se me da bien es la tortilla de patatas y el cocido, el que me sorprende una vez más es él a mí: "te propondría hacerme una cata a ciegas a ver si descubro qué es. Me parecería un juego muy divertido". 'Challenge accept!', como dicen los británicos.

También tiene claro a quién invitaría a cenar ("¡a los Reyes de España!") y qué les prepararía para que se quedaran chupándose los dedos: "les prepararía unos tortellini con unas gambas increíbles que probé hace dos años en el restaurante de Quique Dacosta y lo acompañaría con un consomé de tomate, de plato principal pondría una paletilla de cabrito a las brasas con ajos y trufas, y de postre, unas cerezas de esas deliciosas que tenéis en España".

Y es que Ramsay, además de un enamorado de la gastronomía española y de nuestro país en general, adora a los productores locales de cada zona. Por eso, cuando le pido ayuda con mi (y vuestra) lista de la compra, no duda: "aceite de oliva español, productos frescos, especias, limones y limas para favorecer la buena digestión, chiles, y pasta". ¡Apuntado!

Si le preguntas sobre su restaurante y su chef favoritos, no te da nombres porque "no hay uno, depende de para quién, del momento, de con quién se disfrute. Puede ser ‘uno de los mejores’, pero hablar categóricamente del mejor… No se puede, y no es bueno tampoco. Si hay algo que he aprendido en este tiempo es que no puedes contentar a todo el mundo, tú tienes que seguir siendo tú mismo, le guste (o no) a quién le guste. Tienes que intentar ser el mejor, pero es imposible hacer feliz a todo el mundo por igual".

Y sí, ha visto a Chicote en 'Pesadilla en la cocina' (la versión española de su 'Kitchen's nightmare'), y sí, le gusta. " Me parece fantástico, hace un trabajo estupendo y el programa es muy entretenido, me parece genial, la verdad. Lo malo es que siempre tengo mucho trabajo y no me da tiempo a verlo más veces… Por cierto, ¿qué programa de cocina triunfa más en España? -me pregunta, y le digo que creo que 'Masterchef'-. Me encantaría ir un día". ¡Ojalá!

Me despido con el mejor sabor de boca que podría tener. Una vez más se confirma que los genios son genios en todos los sentidos.