Mi hijo tiene miedo a la oscuridad: 8 consejos para ayudarle a dormir

8 consejos para ayudar a tu bebé

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   Durante el día: Existen juego que están relacionados con la oscuridad y que pueden hacer que el niño relacione la falta de luz con momentos divertidos. Algunos ejemplos son la gallinita ciega o las sombras chinescas. También puede pasar una tarde jugando a las tinieblas con los amigos o los primos en su habitación, pasando a ser un ambiente seguro y de diversión en lugar de ese sitio que le da miedo cuando llega la hora de dormir. Otra opción muy divertida es hacer dibujos con pinturas que brillan en la oscuridad, se trata de una forma creativa de descubrir la magia de la noche.

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   Casa segura: Hay que mostrar a los niños que la casa es un lugar seguro. Normalmente hay ciertos lugares que atemorizan a los pequeños, como el armario o las puertas. Lo ideal es jugar para que los pequeños vean que no esconden nada que temer. Para ello no se trata de hacer una inspección rutinaria que pueda crear ansiedad a los pequeños, sino formular juegos como la búsqueda del tesoro u ordenar la habitación para que todo quede en su lugar sin nada escondido que pueda asustar al niño.

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   Evitar alicientes: Por supuesto, es muy importante evitar todo tipo de películas, videojuegos o historias de miedo o violencia que puedan incentivar las pesadillas. Además, tampoco se deben realizar actividades especialmente excitantes poco antes de la hora de dormir. Debe haber tiempo suficiente de vuelta a la calma entre los juegos y la hora de dormir. Para eso lo mejor es cenar en disfrutar de un baño relajante, de una buena hidratación, seguidos de una cena en familia durante la que se hable de lo mejor que ha pasado durante el día.

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   Cuento: Existen cuentos en los que los protagonistas son niños que también tienen miedo a la oscuridad y que lo superan o hermosas historias sobre monstruos amables que cuidan de los pequeños mientras duermen. En cualquier caso, la hora del cuento y de la lectura antes de dormir se convierte en un momento de serenidad en el que el niño experimenta sensaciones positivas.

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   Luz tenue: Aunque hay quien no está de acuerdo, los expertos consideran que una luz tenue no afecta al sueño de los pequeños. Además, no es sólo prender la luz, sino que podéis hacer de ello todo un proceso. Lo ideal es dedicar una tarde o una mañana a buscar la lamparita o muñeco luminoso perfecto. Será él quien decida cuál será su aliado nocturno.

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   Orden: Comprueba la decoración de la habitación de tu hijo, procurando que no haya nada que pueda confundirse con monstruos o figuras inquietantes en la oscuridad. Además, es importante que esté ordenado. Los ambientes ordenados favorecen la seguridad y la estabilidad. Es muy importante que el juguete con el que duerme el niño siga ahí cuando se despierte en medio de la noche.

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   Relajación: Antes de dormir podéis hacer juegos o actividades relajantes. La meditación y las respiraciones profundas son algunas de las más recomendadas. También hay cuentos que ayudan a las meditaciones guiadas para niños y favorecen la imaginación de un lugar seguro y confortable en el que pasar la noche. Sin embargo, tal como hemos explicado, el niño debe encontrar lo mismo que cuando se durmió si se despierta en medio de la noche, por lo que es importante que no se duerma estando sus padres acompañándolo, porque de otro modo, sentirá que lo han dejado solo.

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   Paciencia: Aun cuando sigáis todos estos pasos es muy probable que el niño se despierte y llore asustado en medio de la noche. Se trata de un proceso y no de una fórmula mágica, por lo que debéis tener paciencia y consolarle para lograr que vuelva a sentirse seguro y siga durmiendo tranquilamente.