Semana 18 de embarazo: el bebé ya hace muecas

Si eres de las que todavía no ha notado a su bebé, no te preocupes, es muy posible que suceda esta semana 18 de embarazo, ya que sus movimientos son cada vez más vigorosos. Mide ya 14 centímetros y pesa en torno a los 200 gramos.

Los ojos y las orejas están ya en su lugar definitivo y aparecen las pestañas y las cejas. Además de estirar y doblar las extremidades, revolverse de un lado a otro y hacer movimientos varios, en esta semana el bebé también mueve los músculos de su rostro con lo que hace muecas varias y bosteza. El pequeño duerme unas 18 horas al día y su ritmo de actividad física y sueño están íntimamente ligado a los cambios hormonales de la madre. Lo normal es notar cómo se mueve más cuando tú estás en calma, por la noche.

Además, el bebé ya hace prácticas respiratorias en el útero, es decir realiza los movimientos que al nacer le permitirán respirar para desarrollar los músculos del pecho y permitir el crecimiento adecuado de los pulmones. El sistema respiratorio, de hecho, no termina de desarrollarse hasta la semana 35, por lo que su maduración es prácticamente la última.

El útero continúa creciendo y en esta semana alcanzará ya la altura del ombligo aproximadamente. A partir de esta semana notarás cómo tus pechos y tu barriga crecen de forma considerable. Los pezones se pigmentan oscureciéndose y también puede parecer una línea más oscura que cruza tu abdomen de forma vertical debido a la separación de los abdominales. Todo son síntomas normales del embarazo que irán desapareciendo poco a poco después del parto.

También es muy posible que te pique mucho la piel de la barriga debido a su estiramiento. Recuerda utilizar crema o aceite hidratante a diario para evitar las estrías.

Los cambios hormonales provocan sofocos en algunas mujeres durante el embarazo. Lo que es seguro es que al acelerarse el metabolismo tu cuerpo genera más calor del habitual. Si eres una mujer friolera te sorprenderá lo cómoda que te sientes en el frío invierno. Aunque tengas calor, cuídate de las corrientes y de los cambios bruscos de temperatura ya que los resfriados durante el embarazo pueden alargarse más de lo habitual.

El sueño de la madre puede sufrir cambios por diversas razones. De un lado, los cambios hormonales pueden causar sueños extraños, pesadillas o sueños agitados. También es la vía de escape por las incertidumbres del embarazo y el parto. Por otro lado, e crecimiento del útero se hace ya muy incómodo para las mujeres que acostumbran a dormir boca abajo y que, irremediablemente tiene que cambiar su postura habitual. Aprovecha para intentar dormir recostada sobre el lado izquierdo de tu cuerpo para aliviar la presión sobre las venas de la pelvis, especialmente la vena cava por donde la sangre regresa al corazón.

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