Leticia Sabater sigue los pasos de Aída Nízar en Supervivientes

Con su carrera en un momento francamente bajo a pesar de la delirante 'Salchipapa' , Sabater necesita reciclar su rol televisivo y podría conseguirlo convirtiéndose en la Cruella de Vil de los 'realities', una Aída Nízar rubia que inyecte polémica y conflicto en una convivencia isleña más bien amuermada.

La estrategia de Leticia es clara: meterle el dedo en el ojo a los participantes de mayor relumbrón del reality para que den el juego que se espera en contrapartida de sus abultados sueldos semanales. Su víctima número 1 es Edmundo Bigote Arrocet, al que tiene prácticamente acorralado: el ex humorista ha optado por la huida para no caer en las constantes trampas que le pone la listísima rubia. De hecho, es la única concursante que logra arrancarle al novio de María Teresa Campos palabras agrias: la ha calificado de manipuladora, traicionera y mentirosa.

"Es mala con cojones, es puro teatro y por teatro, jode", explicó ayer Laura Matamoros sobre la estrategia de Leticia para brillar. La ganadora de 'GH VIP 4' no encuentra inteligentes las maniobras constantes de Sabater para tener visibilidad, ya que le impiden mostrarse tal como es, algo que finalmente podría pasarle factura en las votaciones de la audiencia.

José Luis, el cocinero, no se cansa de repetir que está "muy a gusto sin ella" (él está en el cielo y la ex presentadora de programas infantiles, en el infierno). Alba Carrillo terminó de cavar la tumba de Leticia en Honduras: reveló que le había propuesto a Alejandro Caracuel fingir un tonteo para captar la atención del público. Ay, Leticia.