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Supervivientes se pregunta: ¿Se puede ser tronista y feminista?

Los tronistas están engullendo el formato del reality de Telecinco.

Iván, el gran apoyo de Alba Carrillo. / D.R.

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

Algo raro, raro, raro, a ratos feo, feo, feo, está pasando en “Supervivientes”: los tronistas están engullendo el formato. Anoche tuvimos ración doble y casi triple de la estética y retórica 'tron' gracias a Kiko (apodado por Lucía Pariente, madre de Alba Carrillo, 'Kiriko', como el gallo) e Iván, quien ayer trató de montar una carpeta (fingir un posible flechazo) con Alba. No está claro si su duelo de machos en “el Infierno” es broma o va en serio, pero resulta un poco patético. El uno piensa que el otro trata de competir y al otro solo le preocupa que está perdiendo masa muscular. Genios y figuras.

Laura Matamoros dijo de Iván que “es mas simple que el mecanismo de un chupete”, y eso le salva de protagonizar debates mínimamente enjundiosos. No sucede lo mismo con Kiko, presa de una furia por el protagonismo en su isla que arrasa todo lo que se le pone por delante. Se está dedicando a martirizar a Bigote, Paula y Alba por no moverse demasiado de la esterilla, aunque a él tampoco le gusta que le quiten el momento de gloria de la pesca. Sobre todo se está cebando con Alba Carrillo, conveniente 'punching ball' para sus invectivas. Ayer le dijo de todo y la casi modelo terminó llorando, humillada y a punto de dar su segunda espantada. Hizo un amago de irse, pero la dirección del programa debe haberla sujetado muy bien porque enseguida volvió a sentarse.

Algunas de las perlas de Kiko: “En mi vida he dado con una mujer así (por lo vaga), y mira que conozco mujeres”; “No haces ni el huevo. Eres una chica florero, en tu vida particular y en el concurso”; “Para las pruebas de grupo estás muy mal, pero luego bien que peleas los juegos de recompensa”; “No me extraña que le hayan puesto los cuernos: si llegas a casa y te la encuentras todo el día en pijama, a ver a quién le pone eso. Te tienes que buscar fuer las habichuelas”. Este último comentario, tremendamente machista, fue afeado por Jorge Javier Vázquez, quien le sugirió a Kiko que abandonara un papel que podía venírsele encima a la salida del 'reality'. Alba y Paola sí que piensan que Kiko es un machista, y la italiana incluso le llamó misógino, aunque por los motivos equivocados.

“Creo que es un misógino”, soltó Paola. “Claramente tiene un problema con las mujeres, porque tiene una mujer mala, bruta, que mide metro treinta y pesa 80 kilos (por Gloria Camila)”. Cuando esta escuchó cómo la había definido Paola, supo controlar su enfado y solo le dijo: “Tienes que nacer mil veces para ser bella. Ha visto mierdas más sólidas que tus argumentos”. Kiko secundó su defensa, recalcó la inalcanzable belleza interior de su novia y le achacó celos a Paola: “Tú quisieras que te tratara como a ella, pero no te trato como una princesa porque no te lo mereces. Yo ya tengo mi princesa”. En fin: los modos, el vocabulario y las ideas 'tronistas' no parecen de este siglo, sino de otro muy anterior. Y pese a la preocupación de Jorge Javier, Telecinco es escaparate para el mundo de este tipo de raciocinio 'tron'.

Otro momento emocionante de apoyo a Gloria Camila lo protagonizó Ortega Cano, con el que habló por teléfono. “Estás hecha un bombón, pero hay una belleza que es la interna y esa te sobra”, le dijo. “La exterior se la dejamos a los inteligentes nada más... Estamos deseando que te animes, que cojas fuerza. Yo creo que tu madre te está apoyando desde el cielo, te está mandando mucha energía. Estoy seguro de que ella está contigo, como estamos todos. Toda la familia estamos locos contigo. Estamos disfrutándote mucho porque lo estás haciendo muy bien, cariño. Me gusta mucho tu templanza, estás muy natural y eso hace que la gente te conozca. Ahora mismo tienes más partidarios que yo. Esto te va a ayudar mucho en el futuro. Estoy seguro”.

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