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Entrena tu memoria: lo que perjudica y lo que la refuerza

Dormir, tener relaciones sexuales y navegar por Internet, entre las acciones que más benefician a nuestra memoria.

La memoria, como el músculo, se puede entrenar. / ADOBE STOCK.

Raquel Alcolea
Raquel Alcolea

La memoria es la capacidad cognitiva en la que notamos un mayor declive con la edad. Por ello es importante conocer lo que le afecta negativamente para, en la medida de lo posible, manejarlo o evitarlo siempre que podamos. De igual manera es necesario saber cómo cuidarla y potenciarla, pues, como otras capacidades, la memoria funciona como un músculo, por lo que se puede trabajar y desarrollar.

El estrés y la depresión, sus enemigos

Según explica la doctora Marisa Navarro, en su libro 'El efecto tarta' donde ofrece una serie de técnicas para aprender a cuidarnos, entre los peores enemigos para nuestras capacidades cognitivas se encuentra el estrés, que mantenido en el tiempo, hace que se segreguen continuamente en sangre adrenalina y cortisol, que son sustancias que pueden perjudicar el cerebro, destruyéndose conexiones neuronales e impidiendo que se creen nuevas neuronas. También un estado de ánimo bajo permanente, la depresión y las obsesiones nos afectan negativamente, al producirse una disminución de la serotonina, que es necesaria para una adecuada comunicación entre las neuronas, produciéndose una disminución de la atención y la concentración.

Además, algunas alteraciones de la glándula tiroides, la hipertensión, el consumo de tabaco o de algunos fármacos, ciertas infecciones y dietas con alto contenido en grasas o carencias de vitamina B12, pueden también ser causa de alteraciones en nuestra memoria, ya que todo lo que afecta negativamente a las neuronas influye en la memoria.

Los aliados de tu cerebro

La buena noticia es que tenemos en nuestra mano la posibilidad de proteger y entrenar nuestra memoria. Así la doctora Marisa Navarro enumera algunas de las acciones que más la benefician como:

  • Dormir adecuadamente. Mientras dormimos no sólo descansamos y nos recuperamos física y psicológicamente, sino que se producen procesos donde se consolida y fija la memoria. Además cuando no dormimos bien, podemos encontrarnos aturdidos y con falta de atención durante el día. Por ello, se recomienda dormir las horas necesarias, que son aquellas que se necesiten para encontrarnos descansados, preferiblemente por la noche, aunque también puede ayudar echarse una siesta, de entre veinte minutos y una hora, pues este receso en mitad de la jornada, además de fijar la memoria, hace que descansemos, nos relajemos y tengamos más capacidad de concentrarnos y retener.

  • Tener relaciones sexuales. Potencian la memoria, ya que la actividad sexual segrega oxitocina (la llamada "molécula del amor"), serotonina, que levanta nuestro ánimo, y endorfinas, que producen sensación de placer y euforia. Todas estas sustancias influyen positivamente en el sistema nervioso y, en consecuencia, potencian nuestra memoria.

  • Navegar por Internet. A veces se echa la culpa a internet de la mala memoria, pero mientras navegas, estás buscando, leyendo, interpretando, comparando, etc. No importan los datos que se busquen o si estás en redes sociales. Nuestra memoria se verá beneficiada. Es cierto que se va adaptando a las nuevas tecnologías, de modo que retenemos menos la información que podemos buscar fácilmente en Internet, pero también memorizamos las formas de buscarla. Estamos también trabajando la memoria. Podemos llegar a considerar que ahora tenemos una gran memoria externa que nos acompaña a todas partes, y que es Internet. Lo que es importante es que intentemos darnos el suficiente tiempo para recordar, de modo que no busquemos enseguida aquello de lo que no nos acordamos, y le demos la oportunidad a nuestra mente de poderlo encontrar, pues actualmente echamos enseguida mano del móvil o del ordenador y buscamos inmediatamente cualquier información que no recordamos.

  • Hacer las cosas cotidianas de diferente manera. No elijas siempre el mismo camino para ir o regresar del trabajo, intenta escribir en el móvil con diferentes dedos, o peinate con la mano contraria, pues de esta forma estarás creando nuevas conexiones neuronales.

Además la doctora en su libro 'El efecto tarta' también recomienda otras medicinas para la memoria como practicar actividades que ayuden a disminuir el estrés y la ansiedad, como el yoga, la meditación, o los paseos relajantes, así como hacer ejercicio que es una gran ayuda, pues el movimiento del tipo que sea, produce unas sustancias cerebrales llamadas factores neurotróficos, que además de proteger nuestras neuronas, potencian el nacimiento de otras nuevas a partir de células madre, a la vez que se crean nuevos circuitos neuronales, todo lo cual desarrolla y protege nuestra memoria. “Esto deberá unirse a una alimentación equilibrada, en la que se incluyan algunos alimentos que se relacionan con la salud del sistema nervioso y, por tanto, de la memoria, como son los frutos secos, el pescado azul, verduras y frutas frescas, legumbres y cereales integrales”, añade Marisa Navarro.

Leer diariamente y realizar cualquier otra actividad de carácter cultural o educativa también es un alimento para la memoria. “No importa si estás aprendiendo un idioma, un baile, o cocina pues todas desarrollan tu cerebro, creando nuevas conexiones nerviosas. Escucha música siempre que puedas, y no importa del tipo que sea, pues todas van a estimular el cerebro, al igual que realizar pasatiempos como sudokus, o crucigramas. Y viaja, pues viajar nos abre la mente y potencia también nuestra memoria", afirma.

Por último, aconseja dar gran importancia a las relaciones sociales, tener grupos de amigos y compartir tiempo con ellos, así como realizar cualquier actividad que te haga feliz, porque todo ello hará que te mantengas activo y segregues s erotonina y endorfinas, con las que potenciarás tu cerebro y todas sus funciones.