Flotaba en el ambiente. Incluso había una manera de nombrarlo: "casting de sofá". El productor Harvey Weinstein, que solía repetir el mismo modus operandi, citaba a sus víctimas en su habitación de hotel para concretar alguna cuestión laboral y, cuando llegaban, les hacía proposiciones sexuales. A algunas las asaltaba.
Una situación de abuso se puede rechazar si se poseen recursos para ello. Algunas de las actrices lo hicieron. Otras no pudieron. Las mujeres que han sufrido abuso por parte de hombres poderosos y han cedido a sus pretensiones callan porque sienten vergüenza. Incluso se sienten culpables de que esos hombres las hayan deseado. De esa forma, se colocan allí donde ellos quieren: como objeto. Vuelven contra sí mismas la rabia que deberían sentir hacia ellos.
El acosador utiliza el sexo para sentir que es superior y que posee el control. La película que Harvey Weinstein tenía en la cabeza, y de la que pretendía escapar, era la de un impotente. Para sentirse un hombre, tenía que dominar a la mujer con la que estaba. Esa impotencia le llevaba a poseerla, lo que implicaba violentarla si ella no respondía a su demanda.
¿Quién destapó la trama? El periodista Ronan Farrow rompió la ley del silencio al publicar en The New Yorker un reportaje sobre los abusos de Weinstein. Ronan es el único hijo biológico de Mia Farrow y Woody Allen, por lo que algunos afirman que su artículo es una venganza contra el productor, que ayudó a Woody Allen cuando éste se encontraba inmerso en el caso de supuestos abusos sexuales a una de las hijas de Mia Farrow.
"Ser feliz es dejar de ser víctima de los problemas", decía Fernando Pessoa. Para dejar de ser víctima, hay que poner palabras a lo que hace daño. El silencio, en los abusos, está al servicio de que estos se repitan.
Las tendencias autodestructivas se hacen evidentes cuando la mujer calla, y son tendencias abonadas desde la infancia. Los sentimientos agresivos, que no pudieron ser dichos entonces, ahora tampoco puede expresarlos contra el abusador y se vuelven contra ella misma.
La infancia de Ronan transcurrió en medio de la guerra mediática que libraban sus padres por este asunto. Desde los dos años, Ronan estuvo en tratamiento psicoanalítico, en el que se ponen palabras a lo vivido y se pueden elaborar los traumas. Desde su infancia, el periodista es consciente de lo importante que es poner palabras a los abusos y a las situaciones traumáticas. En una entrevista, afirmó: "Los medios tradicionales y su lenta evolución han colaborado a la hora de crear una cultura de la impunidad y el silencio". Y parece claro que Ronan, en lugar de colaborar con esa cultura, está dispuesto a denunciarla para acabar con ella.
¿Por qué hay mujeres capaces de rechazar los abusos y otras no? ¿Por qué hay hombres que se enfrentaron a Weinstein mientras que otros callaron? Todo esto depende de cómo se haya elaborado la sexualidad durante la infancia.
La actriz Ashley Judd ha sido una de las primeras en hablar. Explicó que, cuando era joven, Weinstein la llamó para que fuera a su hotel. La condujeron a su habitación, lo que la sorprendió. Harvey se ofreció a darle un masaje y, cuando ella se negó, le pidió que ella le diera uno a él. Ella se volvió a negar y, para salir de allí, se le ocurrió decir que le daría el masaje cuando ganara el Oscar, a lo que él respondió: "Claro, cuando seas nominada". "No, cuando gane un Oscar", volvió a contestarle ella. Es lo único que se le ocurrió a para zanjar el tema y poder salir de la habitación.
Cuando le preguntaron en una entrevista cómo se sentía por el manejo que hizo de la situación, la actriz contestó: "¿Que si estoy orgullosa? La parte de mí que se avergüenza dice que no. La parte de mí que entiende los mecanismos de la vergüenza dice: "Estuviste absolutamente brillante. Buen trabajo, chica, te escapaste. Bien hecho". Esa es la manera en la que reaccioné. Cada uno hace lo que puede".
Angelina Jolie, Gwyneth Paltrow, Mira Sorvino, Ashley Judd, Rose McGowna... son algunas de las actrices que han denunciado al productor por episodios que van desde abusos a violaciones.
El productor podría enfrentarse a 25 años de cárcel si la demanda sigue adelante. Se sabe que al menos en ocho ocasiones, desde mediados de 2015, el productor ha llegado a acuerdos extrajudiciales con sus víctimas a cambio de dinero.
Ashley Judd supo responder a este hombre negociando con él en su mismo código. El productor le pedía que pagara con su cuerpo lo que ella deseaba conseguir con su trabajo. La actriz le contestó que antes era él quien tenía que dejarla conseguir lo que quería y que, solo después, le daría su codiciado "premio". Aunque no fuera a hacerlo, ese modo de encarar la situación y de no someterse al deseo de Weinstein fue, como la misma actriz misma dice, "brillante" y en ningún caso tendría que sentirse avergonzada por emplear una argucia para librarse de él. Ella no consintió el abuso y quizá por eso ha sido una de las primeras en hablar. Lo que muestra que algunas mujeres pueden defenderse porque tienen recursos internos para valorarse y no ceder a los chantajes sexuales. Otras no pudieron hacerlo de esta manera y le acusan de violación, como la actriz italiana Anabella Sciorra.
Hay hombres que sí reaccionan ante personajes como Harvey Weinstein. Lo hizo el actor Brad Pitt, que casi pega al productor cuando su entonces pareja, Gwyneth Paltrow, le contó que la estaba acosando. Otro que se ha manifestado en contra de él ha sido George Clooney. Por su parte, los hombres que conociendo estas situaciones no las condenan, participan de una sexualidad precaria.