Rebuzno de amor

Los estragos que causan los primeros rayos de sol.

Pina Graus Madrid

Estábamos, como cada miércoles, reunidas alrededor de un ágape variopinto. Entre las habituales mercurianas las hay escépticas, inocentes, graciosas, agudas, obtusas y mi amiga "la listilla".

Frente a una bandeja con tostadas, bizcochos y mermeladas, discutíamos acerca de los beneficios de un plan que yo llamo renove (una combinación de carrera de alta montaña con una dieta infame) y "la listilla", "renuévate y olvídale".

Comencé a contar mi experiencia al grupo. "No había salido el sol y ahí estaba, frente a un zumo (asqueroso), una tostada con aceite y ajo como para ahuyentar vampiros, y un café. Ilusionada y algo traspuesta, contemplé mi ropa de corredora: pantalón de algodón, camiseta de tirantes, sudadera verde arbusto y deportivas. Salí al camino y comencé a trotar; ni un alma, ni un perro ni una cabra. Al cabo de un rato, volaba y saltaba vallas enardecida.

Llevaba un par de horas al trotecillo gorrinero, cuando llegué a un prado con una encina centenaria en el centro. Me desmayé debajo. Rodeada de trinos, cerré los ojos. Estaba en el paraíso. Me desprendí de las deportivas, de la sudadera... y terminé en paños menores, dormida y feliz cual musaraña".

Una de ellas levanta su copa y dice: " ¡Por la ropa interior al exterior!". Todas juntas brindamos por nosotras y la lencería al sol. "¿Y qué paso? ¿Te quedaste dormida cual cesto?", preguntan curiosas. Continúo mi historia mientras relleno los vasitos... "Pues pasó que me despertó un rebuzno". "¿Un rebuzno?", exclama una tragándose un bizcocho de golpe y atragantándose. "Sí -contesto mientras le palmeo la espalda. -Un rebuzno que me incorporó de golpe".

De nuevo, intervienen varias a la vez: "¿Pero estabas tal cual?". "Nooo -respondo-. En ropa interior". En este punto, una de ellas, exclama: "¡Y apareció un príncipe a lomos de un asno!". Todas celebran la ocurrencia y mi querida "listilla" aprovecha: "Y sobre el soberbio animal, un escultor avainillado". Sonrío obviando la referencia al affaire que mantuve semanas antes.

Cuando se calma el revuelo, continúo: "Un hombre me contemplaba, mientras a su lado el responsable del rebuzno triscaba alegremente. Me incorporé tanteando mi ropaje pero, ante mi asombro, le escucho: "No se preocupe. Está usted muy bien... ahí". Animada por el interés que despertaba mi historia y el licor de guindas, añado: "Se llamaba Petronio".

"Listilla" se desata: "¿La primera vez que sales a correr te aparece un efebo? ¿Y qué hiciste?". "Nada. El tal Petronio ¿o era Petronilo? No era un efebo; era un jardinero fibroso, alto, delgado de ojos grises y abundante pelo... blanco. ¡Era un abuelo! El hombre, sin dar importancia a mi atuendo dijo pausadamente:"A mí no me molesta, pero sepa que está usted en el convento de San Tiburcio. Por mí puede quedarse. Está usted divina".

Ilustración de Maite Niebla

20 de enero-18 de febrero

Acuario

Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más

¿Qué me deparan los astros?