No es fácil: emociones encontradas, esperanza, angustia, miedo, deseo de que el tiempo se detenga... Son solo algunas de las vivencias que conoció de cerca la periodista Raquel Sánchez Silva en la investigación de su nueva novela, 'Tengo los óvulos contados' (Planeta, 2015). Un libro que narra la realidad de la reproducción asistida en España a través de 350 páginas de experiencias: las de aquellos que comenzaron el sueño de querer ser padres y descubrieron que tener un hijo no era tan sencillo como esperaban.
Ella misma tiene su propia historia. Acudió a un centro de reproducción asistida con 37 años, para saber qué posibilidades tenía de ser madre, y confiesa que lo que escuchó la dejó en shock. Ya entonces tuvo claro que quería escribir acerca de una realidad que en cierto modo sigue siendo un tabú. Retomó el proyecto años más tarde, cuando ella era una paciente más del centro. Por eso su embarazo ha transcurrido en paralelo a la escritura de esta novela, que acabó viendo la luz unas semanas después de que llegaran al mundo sus mellizos.
Para hablar de ella nos cita en una céntrica cafetería de Madrid. Parece cansada, pero feliz. "Los peques, ya sabes, que tienen sus propios horarios", dice reconociendo que criar mellizos es duro, pero tiene mucha ayuda de su pareja.
MUJERHOY ¿Cree que estamos hechos un lío respecto a nuestras auténticas posibilidades de ser madres y padres? RAQUEL SÁNCHEZ SILVA Sí, hay una desinformación que tiene mucho que ver con lo que la sociedad nos dice y con esa fantasía irreal, pero alimentada, de que los 40 son los nuevos 30 o de que los 50 son los nuevos 40. Nos gusta creérnoslo, porque además nos vemos bien, jóvenes. Pero es muy difícil creerse eso pensando que por dentro tu aparato reproductor es exactamente igual que el de una mujer de hace 50 o 100 años. Asociamos la juventud a nuestra fertilidad, y el hecho de decir "soy menos fértil" también significa aceptar "soy menos joven". Ese chicle de la juventud externa, que se estira y estira, no sirve para la fertilidad. Nos pensamos las cosas en exceso. Esperamos demasiado.
MUJERHOY ¿Qué se le pasó por la cabeza cuando, con 37 años, le dijeron que tenía los óvulos contados? RAQUEL SÁNCHEZ SILVA Me pareció duro darme cuenta de algo así. No queremos oír que el tiempo es esencial, que no puedes ser mamá cuando te dé la gana o que los 40 ya son una edad de declive real. Y precisamente de ahí viene la idea del libro: tenía la necesidad de contar datos, de dar mucha información médica, porque son cifras que pueden resultar novedosas pero, sobre todo, que resultan chocantes si no sabes nada del tema. Nos hace falta estar informados para tomar decisiones.
MUJERHOY Quería hacer un ensayo, pero sus editoras le recomendaron una novela. ¿Fue complicado pasar de la realidad a la ficción? RAQUEL SÁNCHEZ SILVA Al final resultó que esa mixtura de documentación y ficción acabó germinando de una manera muy natural. Contaba con una cantidad de datos ingente, porque el mundo de la reproducción asistida es algo que está en constante movimiento: cada día hay un avance, un dato que hace crecer y avanzar todo esto. Tenía tanta información que llegó un momento en que dije: "Voy a publicar el ensayo más tostón de la reproducción asistida de la historia". [Risas]. Creo que la ficción me ayudó a proporcionar esos datos de una forma más amable, más amena. Además, fue muy útil para acotar el tiempo. Dentro de cinco años, muchas de las cosas que aparecen en la novela seguirán siendo reales pero, afortunadamente, muchas otras habrán cambiado porque la ciencia nos brindará más y las leyes se abrirán más. Por eso la ficción me sirvió para concretar ese espacio de tiempo, para contar cómo es nuestra reproducción asistida ahora.
MUJERHOY ¿Y cómo ha sido el proceso de "parir" una novela sobre la reproducción asistida viviendo su propio embarazo? RAQUEL SÁNCHEZ SILVA Muy intenso. Lo he vivido desde todos los ángulos posibles: como paciente y también junto al profesional, porque he estado presente en los procesos viendo cómo lo vivía la mujer además de siendo yo esa mujer. Recuerdo que me acababan de decir que estaba embarazada y estaba presenciando cómo realizaban una fecundación in vitro. O que me encontraba en mi primer mes de embarazo y, entre las náuseas y mis barritas energéticas, estaba observando los espermatozoides moviéndose, los embriones dividiéndose... ¡Y todo eso estaba pasando dentro de mí al mismo tiempo en una fase un poquito más avanzada!
MUJERHOY ¿Qué sensación tenía? RAQUEL SÁNCHEZ SILVA Era como vivirlo y revivirlo. Vivir el embarazo, revivir lo vivido para quedarme embarazada, volverlo a vivir a través de lo que me contaban otras mujeres... Y todo ello sintiéndolo con la sensibilidad extrema de una mujer gestando. Para que te hagas una idea, eran como unos fuegos artificiales continuos. Al final, cuando estaba terminando la novela y notaba los piececitos de mis hijos dando patadas, casi ni llegaba a la mesa para escribir, porque la terminé estando de 35 semanas.
MUJERHOY No todas las historias tienen un final feliz. ¿Cree que nos preparan para que una pareja sin hijos sea una familia? RAQUEL SÁNCHEZ SILVA Estamos preparados para mucho más de lo que creemos. Yo estoy convencida de que, entre cuatro paredes, ese examen ya está aprobado, y con sobresaliente. Pero socialmente parece que no. En el libro hablo de una pareja, a la que conocí, que llegó a pensar que lo que no funcionaba era la mezcla de ambos porque no se podía saber qué era lo que pasaba para que no pudieran tener hijos. Estuvieron a punto de separarse para intentar ser padres cada uno por su lado. Pero no pudieron porque se querían. Ella decía que, cuando tuvieron claro que podían ser una familia de dos, vivieron el año más bonito de sus vidas. Después, se quedó embarazada. Y parece que ese es el final feliz único. Pero también hay muchos finales felices alternativos. No tengo más que ver a mis amigas, las que no son madres, que están felicísimas.
MUJERHOY Sin embargo, todavía se oyen frases como "Vosotros, ¿para cuándo?", dirigidas a parejas sin hijos. ¿Cree que damos por hecho la maternidad? RAQUEL SÁNCHEZ SILVA Creo que cada vez lo pensamos menos, pero todavía tenemos como un eco social. En mi mundo hay muchas mujeres que no han querido ser mamás, y las admiro y respeto muchísimo. Yo misma, como muchas otras, he dudado, lo he deseado, ha habido momentos de mi vida en que parecía que era una realidad y otros momentos en que pensaba que sería todo lo contrario... He vivido toda la paleta de colores posible. Por eso puedo decir que creo que todavía existe una gran parte de la sociedad que piensa que una mujer que no ha sido madre es una mujer egoísta
MUJERHOY Pero quien decide no tener hijos también está tomando una decisión importante. RAQUEL SÁNCHEZ SILVA Por supuesto, y a mí me parece una decisión de una responsabilidad admirable. Porque una mujer que no quiere ser mamá, no debería ser mamá. Yo creo que eso va a ir calando, y que las adolescentes de ahora lo vivirán de distinta forma. Pero actualmente todavía hay ese deje, casi diría verbal o costumbrista, del "Y tú, ¿para cuándo?". Tenemos esa mala costumbre, que es fea, de muy mala educación y absolutamente retrógrada. Por eso en la novela aparece Manuela, un personaje que tiene cero conflictos. Quería que hubiera una mujer que lo tuviese absolutamente claro, porque creo que todavía hay mujeres que piensan que la que ha decidido no ser madre en realidad está equivocada. ¿Quién puede ser tan presuntuosa y tan arrogante como para pensar si es correcto lo que siente otra mujer?
MUJERHOY Hablando de mujeres, ellas tienen el 90% del peso en esta novela. ¿Cree que la decisión de tener o no tener hijos recae principalmente en ellas? RAQUEL SÁNCHEZ SILVA Sí, así es la realidad en los centros de reproducción asistida. Si no, estaría contando algo que no es verdad. En ningún caso he querido criticar la actitud de los hombres en este proceso, pero es la que es: hay algunos que se implican más, pero la mayoría no lo hacen tanto como la mujer. He plasmado lo que pasa en un centro de este tipo, y ahí lo que ocurre es que la mujer es la fuerza centrípeta, centrífuga y todo lo que haga falta. Es la que consigue que todo ruede. Es la que va, es la que llama, es la que pide la cita, es la que llega, es la que se sienta, es la que lo cuenta... Y es la que, cuando le dan la mala noticia, se va a su casa y llora un rato o tres días pero después toma una decisión y es coherente con ella. La mayoría de las veces es la mujer la que tira de ese carro, pelea y lucha por ello. Es verdad que en algunos casos el hombre está ahí en la misma línea de intensidad. Pero de igual a igual no son muchas las parejas. Por algo se llama maternidad.
MUJERHOY En 'Tengo los óvulos contados' se habla mucho de ciencia, pero también de un elemento que se escapa a la fórmula científica y tiene su papel en el proceso de una nueva vida. ¿Cómo lo describiría? RAQUEL SÁNCHEZ SILVA Lo más bonito y destacable de esto es que, por muchos ensayos que se escriban o por muchas señoritas de la tele que hagan libros sobre esto, hay una parte incontrolable. Todas las cosas mágicas de la vida tienen un punto que no podemos comprender, y en la reproducción asistida también. Esa intuición, ese toque, ese algo que hay ahí y que es inaprensible, te lo reconocen los propios médicos. Hay quien lo llama azar, hay quien lo llama Dios... La ciencia no lo tiene acotado, no aparece en una analítica, pero cualquier buen profesional médico te dirá: "Esto se nos escapa". Porque puede haber un embrión que por su comportamiento, morfología y los parámetros que se analizan parece que no va a tener posibilidades, y de repente es el que deja embarazada a la mujer y se convierte en un niño fantástico. Hay algo de magia.
MUJERHOY Al final de su libro, da las gracias a su pareja y padre de sus hijos, a sus editoras, a los médicos... Y también a todas las personas que le han ayudado en este proceso que califica como "de regeneración vital". ¿Ha sido para usted como una catarsis? RAQUEL SÁNCHEZ SILVA Cuando escribí 'Mañana a las seis', mi anterior novela, también me decía que era una especie de catarsis, y ha pasado tan poco tiempo que pienso: "Menuda montaña rusa llevo". Este ha sido un momento de creación total. Quizá es que estoy atravesando una especie de crisis positiva. Quiero pensar que es la evolución natural, que me pasa como a cualquier otra persona: que estoy madurando.
La esterilidad afecta a una de cada seis parejas de la población en edad reproductiva de los países occidentales y va en aumento, según la Sociedad Española de Fertilidad
En 2003, la edad a la que las españolas tenían su primer hijo de media era de 30,8 años; y, en 2013, ya había aumentado a 31,7 años.
El 40% de los casos de infertilidad se debe a problemas masculinos, otro 40% a femeninos y el 20% a causas mixtas o desconocidas.
Cada año se hacen en España 50.000 tratamientos de fecundación in vitro y 30.000 de inseminación artificial.
27.106 embriones procedentes de óvulos de donante fueron transferidos al útero de mujeres durante 2013.
El 17% de las parejas que acuden a un centro de reproducción asistida mantiene un número de relaciones sexuales "insuficiente para lograrlo", según un estudio con 1.255 parejas realizado por el Centro de Andrología del Institut Marquès de Barcelona y presentado en el último Congreso Español de Sexología.
En Pekín Express, Raquel Sánchez Silva acompañaba a los trotamundos en la aventura de recorrer 10.000 kilómetros en 45 días; y, en Supervivientes, retransmitía las penurias de los concursantes desde en Honduras. Pero la trayectoria de esta periodista extremeña comenzó hace 20 años presentando noticias en TelePlasencia, la televisión de su ciudad natal. Poco después entró a formar parte de TVE como reportera de Deportes, y de allí saltó a los informativos de Telemadrid