Dice que, en una ocasión, un editor inglés le dijo que le encantaría publicar su obra... en cuanto la autora se decidiera entre periodismo y literatura. Y, justamente, eso era lo que esta veterana escritora colombiana no quería hacer. "No renuncio al placer de moverme en zonas intermedias", asegura.
Su nuevo libro es todo un canto a esa tierra de nadie, entre géneros y entre códigos morales. Los relatos de Pecado (Alfaguara) son ocho confesiones de personas que han hecho el viaje al lado oscuro... y que se han encontrado allí con un ambiguo compañero de penumbras: El jardín de las delicias, de El Bosco.
Mujerhoy: ¿Por qué eligió este cuadro como leitmotiv de sus relatos? Laura Restrepo: Quería tomar esa idea tan antigua y escurridiza que es el pecado y, en el tono más confesional posible, contar el paso de algunas personas por el mal. Me pareció que El jardín de las delicias era una guía maravillosa, por su complejidad, pero también por su ambigüedad, aunque supuestamente parta de un canon cristiano y ejemplarizante (¿te has fijado en ese infierno que parece una discoteca...?). Me preocupaba la relatividad, cómo se ha llegado a un momento en el que es difícil trazar la raya entre el bien y el mal.
Mujerhoy: Y eso tiene mucho que ver con una ética religiosa que se colapsa, sin que tengamos una ética cívica que la reemplace. Y ese relativismo moral, ¿es algo negativo o positivo? Laura Restrepo: Yo no valoro particularmente la moral tradicional, la veo tan rígida que tenía que romperse. Creo que portarse bien por una promesa en el más allá es una idea ajena al hombre actual y que eso se quiebre lo siento como una evolución necesaria. Me preocupa, sí, que no se construya otra ética. En Pecado quería sacar a la luz la dignidad connatural al ser humano, que, cuando se refunde el mapa del bien y del mal, permite navegar por aguas turbias. El código colectivo se pierde, pero la dignidad sirve de brújula.
Mujerhoy: ¿Están los relatos basados en hechos reales? Laura Restrepo: Sí, quería un nivel de intimidad en ese paso por el mal que exigía haber hablado con alguien que lo hubiera vivido. Olor a rosas invisibles, una historia de adulterio, me la contó un señor durante una demora en un aeropuerto. Es un momento muy propicio para contar, y los pecados, como los secretos, tienden a salir, porque te queman por dentro. Son relatos atroces, pero yo soy una convencida de que hay una bondad sustancial en el ser humano, y me interesaba ver cómo, en el paso más profundo por el mal, hay un destello de ingenuidad, de alegría, de liviandad. Cada pecado viene con su remordimiento, pero también con su alivio.
Laura Restrepo - Escritora
Mujerhoy: Sus libros se mueven entre la ficción y el periodismo. ¿Por qué? Laura Restrepo: Por el placer que me proporciona moverme en zonas intermedias. Un amigo poeta me dijo que yo hacía periodismo de los sueños. Y es que una investigación periodística, por exhaustiva que la hagas, siempre tiene lagunas. Y es como hacer un rompecabezas al que le falta una pieza: sabes cómo es porque las que están alrededor te dan los contornos, y la tentación de ponerla tú es enorme, pero como periodista no puedes. Como escritora, sí.
Mujerhoy: Ha elegido un cuadro muy religioso, aunque se criara ajena a esa fe. Laura Restrepo: Fíjate, mi madre murió hace tres años, justo antes de mi traslado a España [Vive en Barcelona]. Y heredé muchos cuadros religiosos, joyas coloniales del siglo XVI que estaban en las capillas de sus haciendas. Y ahora que montamos la masía, mi hijo no quería que los pusiéramos: "Esa cosa religiosa me apabulla", decía. Pero yo no me formé en un ambiente religioso y para mí no tienen esa connotación. Al contrario, veo el mito, la historia que tienen detrás, y siento fascinación por la cultura popular, por su creatividad. Leo la Biblia como fuente enorme de conocimiento y literatura. Pero también tengo la distancia de una persona para quien eso nunca fue normativo.
Mujerhoy: Asegura que el gran pecado de nuestros tiempos es la indiferencia. ¿Por qué? Laura Restrepo: En América latina hemos convivido siempre con tanta violencia y miseria que casi se te vuelven invisibles. Ahora Europa lo está viviendo, con esta crisis de los migrantes. Y ante eso ¿qué haces? O sientes que su dolor es el tuyo, o cierras los ojos y lo dejas pasar. La capacidad que tenemos de cerrar los ojos es infinita. Se necesita la foto de un niño muerto para conmovernos; una multitud no lo hace.
Mujerhoy: Usted no practica esa indiferencia. Ha llevado una vida de compromiso político: en Colombia, España, Argentina... Laura Restrepo: Mi hijo dice que es muy difícil crecer con una madre que fue adolescente hasta los 50 años, sí [Risas]. Nunca lo dejé de lado, pero a cambio lo arrastraba a todo tipo de delirios. Pero ahora, ante la dificultad de encontrar una ubicación política que me permita actuar, la literatura es un terreno que, de una forma más vaga y tentativa, pero menos dogmática, me permite seguir lidiando con esos problemas.
Mujerhoy: ¿Entonces, sigue comprometida a través de la literatura? Laura Restrepo: No, yo no le pondría ya ese nombre. Porque esa militancia tenía un problema grande, que era el dogmatismo: construías una especie de religión, muy asfixiante: "Esta es la cartilla, si no la crees, eres el enemigo". En literatura te mueves en terrenos bastantes más complejos, más pantanosos.
Mujerhoy: Aun así, debió de ser emocionante participar, como lo hizo usted, en las negociaciones con la guerrilla, en 1984... Laura Restrepo: Sí, lo fue. Fue la primera negociación en América latina. Fue muy dura y terminó en un baño de sangre, porque era tan grande la oposición a la paz que los que iban entregando las armas iban siendo asesinados. Pero, como todas las cosas de la historia, aunque te parezca que fue un fracaso, sigue ahí de forma subterránea y resurge años después, con otro intento de paz. Nada desaparece.
Laura Restrepo - Escritora
Mujerhoy: Y ahora, ¿tiene esperanzas de paz para Colombia? Laura Restrepo: Por un lado sí, porque las FARC son una guerrilla muy enconada, estalinista, y han firmado la paz. Pero son solo una de las fuerzas violentas del país, están también los paramilitares. Y luego, el Gobierno que está negociando esa paz es neoliberal, capitalismo a todo vapor, y cuando se van las FARC, que solo permitían minería bajo tierra, llegan las minas a cielo abierto y la contaminación en los ríos; y donde había pequeños productores agrícolas entran las multinacionales, con cultivos intensivos y destrucción de la naturaleza. Son fuerzas igualmente impositivas las que toman control. Me remito al latinajo que dice "Nec spes nec metu", sin esperanza pero sin miedo. Esperanza es una palabra que te distorsiona.
Mujerhoy: En sus relatos, como en su país, hay mucha violencia. Laura Restrepo: Sí, mira, ahora hay todo un fenómeno de muy buenos autores colombianos. Y en todos está presente esa violencia. ¿Y cómo no, si la hemos vivido tanto, si Colombia ha sido una especie de laboratorio de lo que el mundo puede llegar a ser si no se cambian los parámetros de la convivencia? Todo eso ha creado una generación de autores que tienen que lidiar con la violencia, como en una especie de exorcismo. Y es que, si Colombia es un país exuberante, bello, encantador, con gente cariñosa, ¿por qué diablos nos matamos? La literatura le da vueltas y vueltas a eso...
Mujerhoy: Resulta curioso que, con toda esa violencia en sus libros y en su país, le enfade tanto el fenómeno 50 sombras de Grey. Laura Restrepo: Claro, porque cuando la has vivido, sabes que la violencia no es un juego. Eso de "frente al tedio matrimonial, planteemos la emoción de la agresión a la mujer" es un mensaje muy torcido. La mujer se ha engrandecido porque se ha liberado de esa violencia, y que vuelva a dejarse golpear me parece aterrador. Y entiendo el lado liberalizador de costumbres que tiene: el marqués de Sade es una bomba atómica contra la moral tradicional. Pero esta otra cosa, frivolona, chiquita, que ve como una revelación esa violencia... me estremece. Y más por el gancho que tiene entre las adolescentes.
Mujerhoy: En sus libros, las mujeres también ejercen la violencia. Laura Restrepo: Yo soy feminista de toda la vida y pienso que la única revolución triunfante del siglo XX fue la de las mujeres. Por venir de esa revolución, tenemos responsabilidades en la construcción de la sociedad. Y a veces me parece que se ha ido la mano en idealizar esa condición femenina. Ser mujer no siempre es garantía. Hay mujerones fantásticos, con un coraje, una vocación de vida... Pero, en ocasiones, son ellas las que perpetúan los vicios, y las que los transmiten de generación en generación.
En 2016 se cumplen 500 años de la muerte del genial pintor flamenco que obsesionó a Felipe II (por eso, de hecho, una parte importante de su obra está en nuestro país). El Museo del Prado lo celebra con una retrospectiva histórica. La exposición del Centenario abrirá sus puertas en mayo, acompañada por un documental, El Bosco. Los sueños de la razón. Una conversación con El jardin de las delicias, en el que participa, precisamente la escritora Laura Restrepo.
20 de enero-18 de febrero
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