Natalia Vodianova posando para la prensa / Gtres

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El ángel de hierro

Pasó de vender fruta en un mercado callejero en Rusia a ganar millones de euros en las pasarelas y a dedicar todos sus esfuerzos a la solidaridad. Por primera vez, relata en profundidad sus inquietudes a un medio español.

Es única. En muchos años de profesión no he conocido a otra modelo que, con 34 años recién cumplidos, haya tenido cuatro hijos (Lucas, 14; Neva, nueve; y Viktor, ocho, de su primer matrimonio; y Maxim, dos, con su actual pareja) y esté embarazada del quinto.

Supernova, como la llaman, espera su quinto hijo, es pareja de Bernard Arnault (uno de los herederos más ricos de Francia).

Natalia Vodianova no teme compatibilizar sus necesidades personales con las estrictas exigencias físicas de su profesión y, sin que le pase factura, lleva muchos años manteniéndose en el ranking de las 10 modelos mejor pagadas (siete millones en 2105, según la lista Forbes).

Mientras cuenta las semanas para ser de nuevo madre con Antoine Arnault (hijo de uno de los hombres más ricos de Francia, Bernard Arnault, presidente del gigante LVMH), esta primavera protagoniza campañas para Givenchy, Prada y Stella McCartney, diseña lencería para Etam y es la imagen del perfume Euphoria, de Calvin Klein, firma que la vio nacer en la moda.

"Ha sido un privilegio trabajar con una firma tan maravillosa y con la que empecé a colaborar hace, no sé, ¿15 años? No puedo más que estar agradecida a esta industria; y gracias a ella también puedo dedicarme en cuerpo y alma a tareas filantrópicas. Disfruto siendo algo más que la cara de este perfume extraordinario, porque también lanzo un mensaje a millones de personas, y eso me llena de satisfacción, muestra lo que hay detrás de un rostro que responde al nombre de Natalia Vodianova". Vodianova irradia luz y calma esta mañana lluviosa en Londres.

Natalia protagoniza algunas de las mejores campañas de moda y perfumes, diseña y ha recaudado 38 millones para su fundación humanitaria.

Viste camisa blanca y pantalón vaquero, apenas maquillaje y peinado despeinado. La suya es una belleza nostálgica, de adolescente algo asustada, frágil. Poco que ver con su personalidad. Es directa y buena conversadora. Es "Supernova" para Mario Testino y muchos amigos. "Un ángel", según Hillary Clinton. Es rotunda, tenaz, activa, valiente. Un ángel de hierro.

A los 11 años vendía fruta en un mercadillo callejero en Nizhniy Novgorod (Rusia), a los 17 se iba a París y a los 19 ganaba millones como modelo. A los 20 estaba casada con el aristócrata inglés Justin Portman y tenía su primer hijo (durante sus 10 años de matrimonio tuvieron otros dos). A los 22 creaba la Fundación Naked Heart para ayudar a niños rusos con minusvalías psíquicas y, una década después, ha recaudado más de 38 millones de euros para su causa.

Natalia Vodianova con Karlie Kloos, coanfitriona en la reciente fiesta benéfica de Naked Heart, en Londres. / Gtres

  • Mujerhoy: A los actos benéficos que organiza, como ahora en Londres, acuden 700 invitados, pero imagino que hace 11 años muy poca gente confiaba en usted y en su proyecto, la Fundación Naked Heart. Natalia Vodianova: Bueno, ¿quién no se apunta a una buena fiesta? Todo el mundo está dispuesto a pasarlo bien, pero no es el número de asistentes lo que nos da la medida del éxito. La clave está en todo lo que hacemos después, en el trabajo diario. Y hoy, pasados esos más de 11 años, podemos dar cuenta de resultados más tangibles que dan muestra del impacto de nuestra labor. Ahora los hechos hablan por sí solos.

  • Mujerhoy: Han construido más de 150 parques infantiles y ayudado a miles de familias, ¿cómo se siente cuando mira hacia atrás? Natalia Vodianova: Muy orgullosa, pero lo cierto es que hay tanto trabajo que nunca encuentro un momento para reflexionar y hacer balance, porque estamos constantemente enfrascados en lo más inmediato.

  • Mujerhoy: ¿Hacia dónde le gustaría llevar este proyecto? Natalia Vodianova: Nuestro trabajo tiene que ver ante todo con la concienciación. Queremos que la gente se haga cargo de la importancia de la inclusión y la aceptación de las personas con necesidades especiales, del papel crucial de la familia. Esto es fundamental para evitar que otro niño acabe siendo abandonado por sus padres, pues la mayor parte de estos casos se dan por falta de información y de apoyo.

He trabajado desde niiña y, cuando creces con eso el esfuerzo es necesidad.

Natalia Vodianova

  • Mujerhoy: Quizá también a la carencia de medios económicos... Natalia Vodianova: Bueno, incluso a quienes cuentan con medios les resulta muy difícil encontrar un especialista. Por otro lado, en Rusia se tiende a estigmatizar mucho la discapacidad, en especial la intelectual. Hay discriminación y todavía son legión los que ignoran que es posible la convivencia entre los discapacitados mentales y el resto de la sociedad. Se ha avanzado mucho en los cinco años que han pasado desde que la Fundación Naked Heart empezó a trabajar en este ámbito, pero es necesario un cambio que no puede emprender cada uno por su lado, sino que tiene que ser el fruto de un esfuerzo colectivo y simultáneo: por un lado, la gente tiene que empezar a mostrarse receptiva a este mensaje; por otro, el Estado debe asimilar y apoyar ese cambio; de hecho, debería ser el primer interesado en que esto ocurra.

  • Mujerhoy: ¿Y la sociedad rusa está madurando en este sentido? Natalia Vodianova: En los últimos años, hemos podido ver el efecto de nuestro trabajo de concienciación. Hemos diseñado campañas cargadas de optimismo que consiguen tocar el corazón de la gente. En nuestra naturaleza más profunda estamos llenos de bondad, de modo que cuando logramos sentir empatía hacia alguien que sufre, se despierta en nosotros la pulsión de ayudarle. Desde la fundación tenemos que ser capaces de lanzar un mensaje claro y rotundo y, al mismo tiempo, debemos dar cuenta de resultados concretos, de forma que podamos decir: "Mirad a este chico, antes no podía ni ir al colegio, a veces se mostraba incontrolable y hasta violento, y ahí lo tenéis ahora, sentado en su pupitre, estudiando y progresando". Cuando muestras estos resultados con adolescentes, entonces ganas en credibilidad.

  • Mujerhoy: Su sensibilidad hacia esta causa viene de su experiencia personal, su hermana Oksana nació con parálisis cerebral. Háblenos de ella. Natalia Vodianova: Tiene 25 años, vive con mi madre y acude a un centro de apoyo a las familias que la Fundación Naked Heart puso en marcha hace cinco años. Se muere de ganas de ir allí, un lugar donde tiene amigos y aprende habilidades básicas que le dan una cierta independencia: rutinas muy sencillas como lavarse los dientes, vestirse o calentar un plato en el microondas. Es un aprendizaje que los demás damos por descontado, pero que para ella representa un paso de gigante. A mi madre le sería imposible enseñarle todo eso a una hija ya adulta. Cuando creé la fundación, nunca pensé que acabaría siendo un apoyo incluso para mi propia familia.

Vodianova es imagen del perfume Euphoria, de Calvin Klein. / D.R.

  • Mujerhoy: Usted tenía entonces 22 años. Con esa edad casi todo el mundo piensa en divertirse, pero tenía en la cabeza una causa social vital. Natalia Vodianova: Para mí era algo normal. He trabajado siempre, durante toda mi vida, y cuando creces con eso, el esfuerzo se convierte en una costumbre e, incluso, en una necesidad. Cuando emprendí mi carrera de modelo, mi vida cambió por completo. El trabajo que tenía que hacer me parecía sencillísimo comparado con lo que había vivido. Y cuando has sufrido en tus carnes las dificultades y los apuros de otras personas que se han ido quedando en la cuneta, no puedes olvidarte de ellas como si la cosa no fuera contigo. Sería como arrancar una página de mi biografía, y no puedo hacer eso porque concibo la vida como un libro que debe ser escrito y leído de principio a fin: no se puede arrojar al fuego la mitad de páginas y luego fingir que acaba de salir de la imprenta.

  • Mujerhoy: Hay gente que alcanza el éxito y olvida su pasado. Natalia Vodianova: No, no estoy muy de acuerdo. Es imposible llevar una vida feliz o, al menos, verdadera y genuinamente feliz, si no eres sincera contigo misma. Al final, todo lo que trates de ocultar saldrá a la superficie. En un momento dado, me sentí dividida entre un pasado complicado y un presente acomodado en el que también me sentía extraña. Me decía: "Este no es mi mundo, esta no soy yo, esto no es lo que buscaba". Para construirme un futuro necesitaba entender por qué había tenido que pasar por todo aquello y cómo había llegado donde estaba, tenía que encontrar el espacio de confort, el equilibrio, el sentido último de mis vivencias. Es mi propia vida la que me da derecho a ofrecer mi voz a quienes sufren situaciones como las que yo también padecí.

  • Mujerhoy: Por supuesto. Natalia Vodianova: Y mi éxito actual me brinda la oportunidad de poder elegir lo que me interesa y desechar lo que no de esta increíble industria. No participo en nada en lo que no me vea identificada y llevo más de 11 años concibiendo el trabajo de una manera bastante saludable. Nunca me ha dado por pensar: "¡Vaya, con esto que voy a hacer me voy a ganar el cielo!". ¿Entiende? Una recoge lo que ha sembrado. Y hoy, sencillamente, soy otra persona, una mujer más concienciada con las cosas terribles que ocurren alrededor, como lo que pasó no hace tanto en mi país, en Beslán (Osetia del Norte), donde unos terroristas desencadenaron una masacre en una escuela.

Le hablo a mis hijos de las cosas escabrosas. No quiero que estén alejados de lo real.

Natalia Vodianova

  • Mujerhoy: ¿Cómo le afectó aquella matanza? Natalia Vodianova: Cuando vi a esos niños que habían logrado sobrevivir, pensé fue que yo también era una niña que había sobrevivido; me identifiqué de inmediato con aquellos que tendrían que arrastrar de por vida ese trauma. Un niño lo único que quiere es olvidarse cuanto antes del episodio en cuestión, sea como sea. Y debemos tener en cuenta que los pequeños son capaces de borrarlo todo de su cabeza. Para ellos, cinco minutos desarrollando una actividad terapéutica pueden ser esenciales.

  • Mujerhoy: ¿Qué tipo de educación da a sus hijos? Natalia Vodianova: Ni más ni menos trato de hacerles ver cómo es la vida real. Eso implica hablarles no solo de las cosas bonitas, sino de las que podríamos llamar escabrosas. Está claro que no siempre es fácil acertar, porque nunca sabes a ciencia cierta qué es lo que necesita un niño. Pero quiero que tomen conciencia del mundo, de los sufrimientos y de que siempre hay otros que lo están pasando mal; también niños pequeños, como ellos mismos, a los que les ha tocado vivir una vida muy diferente. Con el ejemplo se consigue mucho más que echando mano de palabras.

  • Mujerhoy: ¿Cómo lo hace? Natalia Vodianova: Trato de no dar nada por sentado ni tampoco de hacerles creer continuamente que son niños muy afortunados. Me refiero a que, aunque es evidente que lo son, su vida también tendrá que afrontar retos y desafíos. En definitiva, lo único que intento es educarlos como niños normales y corrientes. A veces es muy tentador soltarles algo del estilo: "Tú no tienes ni idea de lo que vale un peine". Sin embargo, puedes decir eso mismo de un modo diferente. Por ejemplo, no les gusta nada pasar la noche en un hotel. [Imitando a sus hijos]: "¡Mamá, no quiero esta almohada! ¡Quiero la mía!" Y es normal, en esos casos, zanjar la discusión con un: "Pues es lo que hay; lo tomas o lo dejas. Pero es mucho mejor abrazarlos y explicárselo con calma: Cariño, sé que no te gusta esa almohada, pero ¿qué quieres que haga yo? La tuya está en casa. Y tienes que entender que hay muchos niños que ni siquiera tienen cama y duermen en el suelo". Yo hablo mucho, muchísimo, con ellos.

  • Mujerhoy: Uno de ellos es ya todo un adolescente, ¿no? Natalia Vodianova: Sí, tiene 14 años. Es un adolescente de libro. Hay días en que le daría un par de bofetadas con mucho gusto. [Risas]. Está todo el día en plan lánguido [Imitándolo]: "Vaaale, lo que tú digas".

  • Mujerhoy: ¿Cómo se ve en el futuro? ¿Lo piensa? Natalia Vodianova: Sí, claro que pienso en el futuro. No me veo sin desempeñar de una forma u otra mi profesión, ni tampoco sin continuar con los proyectos de mi fundación. Me veo también como una abuelaza entregada a sus nietos. [Risas]. Por eso es también tan importante la labor solidaria en la que estoy comprometida, es la única forma de dejar un mundo mejor, un mundo en el que haya menos discriminación.