actualidad
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Arte y poder femenino siempre se han conjugado en España. Pionera desde los años 60 en el control del mercado por parte de dos generaciones de galeristas lideradas primero por Juana Mordó y luego por Juana de Aizpuru, pero también por Elvira González o Helga de Alvear, hoy la gestión cultural en nuestro país es uno de los sectores que ofrece más cotas de mando a las mujeres.
Inmaculada Corcho - Directora del Museo ABC de Dibujo e Ilustración
Sin embargo, frente a la polémica foto de la última reunión de la Comisión Mixta de los Museos Nacionales del Prado y Reina Sofía, en la que no participó ninguna mujer, están las directoras de museos de este reportaje, que demuestran que la realidad del arte en nuestro país es muy distinta a la de aquella foto.
Un ejemplo: un estudio de la Universidad de Barcelona, revelaba en 2011 que en Cataluña la feminización del la gestión cultura era imparable. Ellas eran el 62% de los profesionales del sector (en Catalauña), aunque persistía la diferencia en la retribución salarial. El problema de siempre.
Sin embargo, todas nuestras entrevistadas niegan haberse sentido discriminadas por su género. Y achacan su ascenso mayoritariamente a una cuestión generacional: ellas se educaron en democracia y tuvieron pleno acceso a los estudios y escalafones laborales que ambicionaban. Como comenta Belén Poole, directora del Centro de Arte de Alcobendas, "incluso cuando estudiaba éramos más mujeres que hombres. Tarde o temprano esto se tenía que traducir a la realidad".
Las directoras tienden puentes entre instituciones y buscan la colaboración. Posiblemente porque, en plena crisis, la solidaridad amplía la fuerza de todos. "Tienes que estar receptiva a lo que está pasando en el mundo del arte, incluso a los problemas", reconoce Montse Aguer, directora de los Museos Dalí de Gerona. En lo que coinciden es en que los modos del mando ejercido por mujeres son sintomáticamente distintos.
"Nuestra forma de dirigir cambia las cosas. No sé si para mejor o para peor, pero es un hecho diferencial. Fomentamos más la participación y el ambiente es mucho menos competitivo. También nos sentimos más cómodas e identificadas en los ámbitos culturales. El 60% del público que acude a los museos son mujeres", señala Elena Hernando, máxima responsable del Museo Lázaro Galdiano de Madrid. Para Cristina Fontaneda, del Patio Herreriano de Valladolid, "es primordial poseer capacidad de diálogo y comunicación. Trabajas con muchísimas sensibilidades que han de tenerse en cuenta".
Elena Hernando - Directora del Museo Lázaro Galdiano.
El diálogo y la implicación de los equipos prima para todas ellas, como reconoce Lourdes Moreno, del Museo Carmen Thyssen de Málaga, que añade que "aglutinar al equipo es la herramienta del director".
Y también que este trabajo aparentemente tan sugerente, el estar rodeada de arte y decidir acciones culturales en colaboración con intelectuales, tiene una trastienda. Como reconoce Inmaculada Corcho, del Museo ABC, "esta profesión parece glamourosa, elegante, intelectual... pero yo me paso el día enterrada bajo el papeleo. Te tiene que gustar y tienes que involucrarte. Echarle pasión y horas. No puedes dirigir algo en lo que no crees ni pasar de puntillas por los problemas".