Julia Roberts en el Festival de Cannes / Gtres

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“Esta industria quiere malcriarme y puede destruirme si no tengo equilibrio en mi casa”

Solo abandona su rancho (y a su familia) cuando la ocasión lo merece. Por ejemplo, para trabajar con Jodie Foster... y para presentar la nueva fragancia de Lancôme.

Hollywood encumbra nuevas estrellas cada dos por tres. Algunas duran lo que el tirón de un estreno o el tiempo que sobrevive un chismorreo en las portadas; otras brillan durante años. Y solo unas pocas elegidas alcanzan la categoría de mito. A sus 48 años, Julia Roberts encaja perfectamente en esta última categoría. La actriz tiene un cargo vitalicio como novia de América, una historia de amor con la firma Lancôme (ahora está promocionando su nueva fragancia, La vie est belle lEau de Toilette Florale)... y la habilidad de hacernos contener la respiración siempre que hace acto de presencia.

Eso fue, exactamente, lo que sucedió hace unas semanas en la alfombra roja del Festival de Cannes. La actriz jugó la carta de la discreción, luciendo un elegante vestido negro, avivado, eso sí, por una gargantilla con una enorme esmeralda, al más puro estilo de las estrellas clásicas de Hollywood. El tiempo se detuvo en una especie de impasse colectivo hasta que Julia desplegó su inmensa sonrisa y la concurrencia alcanzó el clímax.

Cuando llegaron los niñosm me sentí feliz de pasar a la fase familiar.

Julia Roberts - Actriz

Es imposible permanecer ajeno a su hechizo. Muchos no lo reconocerán, porque no es precisamente una actriz de cine de culto y nunca ha logrado deshacerse del sambenito de Pretty Woman. De hecho, era la primera vez que presentaba película en Cannes. Y puede agradecérselo a Jodie Foster, que pensó en ella para Money Monster (estreno, 8 de julio) y le dio el papel de una productora de un programa de televisión sobre Wall Street que tiene que lidiar con el secuestro de su presentador estrella (George Clooney).

Un personaje femenino que, sin ser protagonista, tiene profundidad y se aleja de los tópicos: se desenvuelve sin complejos en el mundo de las finanzas, de la televisión y en situaciones de peligro, sin referencias a asuntos de familia o intereses amorosos y sin volverse hacia los hombres en busca de ayuda. Y este papel es el que ha permitido a Roberts, por fin, pisar la codiciada alfombra roja de Cannes.

Descalza, por cierto: ascendió los 24 escalones del Palais des Festivals luciendo su perfecta pedicura negra, zanjando la polémica suscitada el año pasado cuando a varias invitadas les fue prohibida la entrada por no llevar tacones. ¡A ver quién le da el alto a Julia Roberts!

La vie est belle lEau de Toilette Florale / D.R.

La imagen de la felicidad

Para muchos es su sonrisa la que evoca ese sentimiento, pero Julia Roberts transmite más que eso.

En la cumbre

La leyenda de la Roberts se ha forjado a lo largo de 30 años de profesión. La mayoría de sus películas forman parte de nuestra memoria cinematográfica (El informe Pelícano, La boda de mi mejor amigo, Novia a la fuga, Notting Hill, Closer, Erin Brockovich, Oceans eleven...), pero ninguna tanto como Pretty Woman. Fue su cuarta película y el punto de no retorno de su carrera hacia el estrellato.

Vivian Ward puede ser la prostituta menos convincente de la historia del cine, pero conquistó al público, arrasó en taquilla (25 años después aún dispara las audiencias televisivas en cada reposición) y la convirtió, a los 23 años, en una celebridad mundial.

¿Es buena actriz? El público está más allá de ese debate. Quieren verla a ella, su desgarbada forma de caminar sobre sus larguísimas piernas, su sonrisa radiante, su carcajada hipnótica. Su carisma, a prueba incluso de guiones insustanciales, hace ganar millones a la industria. Fue la primera actriz en cobrar 20 millones de dólares por película y, éxito tras éxito, ha acumulado una fortuna estimada en 275 millones.

Medito para estar segura de quién soy y cuál es mi lugar.

Julia Roberts - Actriz

Según el ranking de la revista People with Money, es la actriz mejor pagada del mundo. Solo entre abril de 2015 y abril de 2016 ganó 96 millones de dólares. Y eso que su trabajo nunca ha terminado de convencer a la crítica. Ni su Oscar (ni sus tres nominaciones) la han redimido de su entrega sin escrúpulos al producto más comercial.

Buscarle sustituta se ha convertido casi en un deporte nacional... e infructuoso. Han sido candidatas Katherine Heigl, Sandra Bullock, Jennifer Aniston, Reese Witherspoon... pero todas han tenido que hacerse a un lado cada vez que Julia decide abandonar su apreciada vida de persona normal y regresar a la gran pantalla.

Porque Julia Roberts lleva tiempo instalada en ese idílico estatus en el que solo se pone ante una cámara por placer, cuando quiere y cuando la oferta es lo bastante tentadora (en lo económico o en lo creativo) como para que le merezca la pena quitarse el peto vaquero y cambiar las chanclas por unos zapatos de tacón. Algo que solo hace muy de vez en cuando.

Su retiro empezó cuando se casó con el cámara Danny Moder en 2002, en una discretísima ceremonia celebrada a medianoche en su rancho de Nuevo México. "Cuando llegaron los niños, yo ya había logrado bastantes cosas y me sentía segura sobre la parte profesional de mi vida. Así que fui muy feliz pasando a la fase familiar", asegura la actriz.

Ser feliz requiere esfuerzo.

Julia Roberts - Actriz

Para ella, "ser feliz requiere esfuerzo. Se lo recuerdo continuamente a mis hijos y, diciéndoselo a ellos, también me lo recuerdo a mí misma. Me interesan todos esos libros y estudios sobre el cerebro y las diferentes cosas que pueden ayudarnos a cultivar la felicidad". Apartada del mundanal ruido, entre Malibú y su rancho de Nuevo Mexico, la actriz cultiva sus verduras y hortalizas, cuida a sus animales y se preocupa por intentar cocinar cada vez mejor.

En un hogar con tres niños (los mellizos Hazel y Finn, de 11 años, y el pequeño Henry, de nueve), que tardaron mucho tiempo en saber a qué se dedicaba su madre porque siempre estaba en casa, las conversaciones a la hora de la cena giran poco en torno al cine y mucho en torno en torno a Messi y Taylor Swift, los ídolos de los pequeños.

Alcanzar el equilibrio

Y es que cultivar la felicidad es, para Julia, cultivar la normalidad. "Soy la primera que se levanta por las mañanas y a esa hora temprana del día puedes tomarte un momento para meditar y agradecer lo que tienes. Para mí es realmente importante, porque trabajo en una industria que quiere malcriarme y puede destruirme, si no tengo el equilibrio en mi propia casa. Así que es importante empezar cada día sintiéndome consciente y segura de quién soy y cuál es mi lugar en el mundo".

Dicen los críticos que sus mejores interpretaciones llegaron cuando dejó de importarle resultar antipática al público. Y, en ese sentido, puede que una de sus escenas estrella sea aquella de la película Agosto, cargada de tensión, en la que le escupe a la cara a Meryl Streep, que encarna a su madre: "¡Cómete el puto pescado, hija de puta!".

Me sentí perdida, me subía por las paredes, no podía dormir... Echaba de menos a mi familia, simplemente

Julia Roberts - Actriz

Admite que le temblaban las piernas y que no quería que llegara el día de rodarla. Aparte de eso, ante la presencia de Streep, la mejor actriz viva del planeta, hizo lo mismo que todos los demás: "Simplemente me quedaba sentada en cualquier rincón y miraba con asombro, la observaba de cerca para ver que era un auténtico ser humano, una persona de carne y hueso, trabajando duro para ser tan grande. Fue un privilegio".

El de Agosto fue un rodaje duro, en Oklahoma ("estar allí es como estar en un horno, como trabajar dentro de un secador de pelo: calor, viento, polvo..."), rodando durante cuatro jornadas y recorriendo un largo camino para pasar un par de días con su familia antes de regresar al trabajo.

"No sé por qué, al principio pensé que sería emocionante viajar sola; pero no. Me sentí perdida, me subía por las paredes, no podía dormir... Echaba de menos a mi familia, simplemente. Ya no soy esa persona acostumbrada a recorrer mundo con una mochila. Si alguna vez fui así, que alguien me muestre una fotografía porque casi me cuesta creer que fuera verdad. Si en algo he cambiado, sin duda es en eso", reconoce.