Elena Poniatowska / Xavi Torres

actualidad

“Hoy es muy difícil encontrar a quien mitificar”

Con una inocencia irónica y la mirada transparente, la gran dama del periodismo y las letras mexicanas sigue a sus 84 años haciéndose y haciéndonos preguntas. Ahora vuelve con un libro sobre la primera mujer de Diego Rivera: la olvidada, pero indomable, Lupe Marín.

Con Elena Poniatowska es inevitable preguntarse si es una mujer ingenua o solo lo parece. Ella dice que sí. "A todo el mundo le creo". Y a sus 84 años suena tan dulce como si no tuviera miedo a casi nada. Le alabo su corte de pelo, su peinado, y, como si fuese cualquier mujer, se ilusiona: "Mi mamá siempre me decía que estaba mal peinada, así que es el mejor elogio que me puedes hacer en la vida. Además, aquí cerca lo único que tengo es la iglesia y no voy a ir al cura a que me ponga los rulos. El salón de belleza ya es algo que saqué completamente de mi vida".

Soy más mexicana que el mole

Elena Poniatowska

Con Poniatowska siempre cabe la duda de si lo que cultiva, en su mirada y en su voz, es en realidad una inocencia irónica o, sencillamente, la ignorancia necesaria para seguir haciéndose (y haciéndonos) preguntas. Arrastra las palabras con una sonrisa y habla como escribe: con una prosa poética cargada de mexicanismos. ( "Soy más mexicana que el mole", dice). En su afabilidad, parece una mujer incapaz de la ira. Seguramente porque tuvo, dice, una infancia feliz. Y eso nunca se pierde. Hija de aristócratas polacos y con el título de princesa, Elena conoció el exilio por culpa del nazismo y creció entre México y Estados Unidos para empezar en los años 50 una exitosa carrera periodística en la que, poco a poco, fue afinando su particular estilo: entre la crónica periodística, el testimonio oral, el lirismo y la denuncia.

Tras escribir sobre Elenora Carrington, publica en España 'Dos veces única' (Ed. Planeta), una novela sobre Lupe Marín, la primera y olvidada esposa de Diego Rivera, a la que retrata como una mujer salvaje y apasionada, anulada del recuerdo histórico por la icónica Frida Kahlo.

Elena ha conocido y sido amiga de grandes genios. García Márquez, Cortázar, Carlos Fuentes, Octavio Paz... Pero ella se queda siempre con Buñuel, al que sigue añorando y define como "un tipazo": "Durante una época estuvimos yendo juntos a la cárcel para ver a Álvaro Mutis. Él y su mujer me invitaban mucho a comer, pero era una casa muy fría, y un día yo encontré leña en una esquina y se la llevé en una cajuela. Desde entonces me llamaba 'la muchacha de la leña'".

En su discurso de aceptación del Premio Cervantes, en 2013, además de definirse como "una Sancho Panza" reconoció que Buñuel había sido su amor platónico. A Alcalá de Henares llegó vestida con un huipil mexicano rojo y una ristra de siete nietos. " Mi nieta Carmen le preguntó al rey Juan Carlos por qué no llevaba puesta su corona y él le respondió que la llevaba doblada en el bolsillo. Luego le dijo si era bonito ser rey y él contestestó que "a veces". Tuvieron una buena conversación".

  • MUJERHOY En 2013, fue la primera mujer de las cuatro premiadas, que era capaz de recoger el Cervantes de pie. ¿Cómo se siente ahora? ¿Qué tal está de salud? Elena Poniatowska Pues estoy llena de fierros, como la mujer maravilla, porque me pusieron un marcapasos hace poco. Me desmayo con facilidad y, si los desmayos son largos, puedo no despertar, así que espero que el fierro me haga de corazón. Y funcione.

  • MH ¿Qué tal se lleva con la vejez? Elena Poniatowska Tengo unas manchas en la piel que les dicen flores de panteón y son muy tristes. Siempre pienso: "Apenas tenga tiempo, voy a ver si me las pueden borrar"... pero se me olvida y, además, me llevo bien con la vejez. La única diferencia es que yo antes siempre bajaba las escaleras corriendo y montaba mucho en bicicleta. Hacía muchas cosas juveniles a las que ahora he tenido que renunciar. Lo único que sigo haciendo es caminar porque tengo un perro que se llama Shadow y dos gatos, Monsi y Vais (por mi viejo amigo Monsivais). Ellos son los que me sacan al mundo.

  • MH ¿Por dónde sale a caminar? Elena Poniatowska Vivo en un plaza maravillosa que se llama Chimalistac, al lado de una capilla del siglo XVIII y, si pudiera, me llevaría un catre para dormir en la iglesia. La plaza es bellísima. Aunque los vecinos son unos hígados que se toman muy en serio a sí mismos y pertenece al PAN, que es el partido de la reacción mexicana. En Chimalistac soy feliz porque es muy pueblerino y sorprende encontrar algo tan dulce en una ciudad tan dura como México D.F.

  • MH ¿Es una persona de fe? Elena Poniatowska Por respeto a mi madre, a Polonia y a mi pasado como 'girl scout', tendría que decir que sí, pero la verdad es que no practico nada de nada...

  • MH En México es difícil esquivar un cierto misticismo religioso que lo impregna todo... Elena Poniatowska En México lo que hay es una adoración total por la virgen de Guadalupe. Todos los ateos son guadalupanos. Y a mí me cae bien porque es morenita. Bueno, en realidad solo me cae medio bien...

  • MH A usted le gusta escribir sobre las mujeres que rompen moldes. Pero, ¿no es un poco demasiado razonable? Elena Poniatowska Sí. De hecho, yo hasta los 18 años estuve en un convento de monjas de Filadelfia, en los Estados Unidos, que por cierto se quemó. Así que tuve la típica formación de no digas, no hagas, no pienses, no vayas. Y eso te marca para toda la vida.

  • MH ¿Y cuál ha sido su última locura? Elena Poniatowska Bueno, yo creo que en México estoy del buen lado de la gente: el de la Jesusa Palancares [que fue una lavandera que participó en la Revolución mexicana sobre la que escribió una novela], el de las mujeres de la calle... con ellas siempre ando aprendiendo algo y su visión del mundo es una dádiva, mientras que a mi clase social ya me la sé de memoria.

  • MH En el libro que ahora publica en España, 'Dos veces única', cuenta la historia de Lupe Marín, la primera mujer de Diego Rivera. ¿Cómo se conocieron? Elena Poniatowska Ella le buscó porque era el hombre más famoso de México y él se volvió loco porque Lupe formaba parte de una tribu de mujeres altas, de ojos verdes, bellísimas, morenas, que parecían como yeguas o como tigres -muy animalescas ellas-. Tuvieron dos hijas en los cuatro años que estuvieron juntos, pero la convivencia con ellas fue insoportable. No fue una madre abnegada, pero a él sí le cuidó: le llevaba cada día la comida a los andamios donde andaba pintando los murales. Lupe fue una madre horrible, pero una gran abuela.

  • MH ¿Y cómo es usted como abuela? Elena Poniatowska Trato de ser los mejor posible, pero finalmente soy una mujer atada e inclinada sobre una máquina de escribir. Ahora, sobre una computadora. Tengo la cabeza más llena de letras que de niños. Quiero mucho a mis nietos, pero me interesan también todos los niños de México. Encima de la máquina de escribir lo que tengo es la foto de un niño de la calle que siempre me acompaña.

  • MH ¿En qué momento Frida Kahlo, Diego Rivera y todo su entorno dejaron de ser personas para convertirse en símbolos nacionales? Elena Poniatowska Yo creo que Frida Kahlo le ha ganado incluso a la Virgen de Guadalupe. Y para mí, eso significa que México hoy es muy inferior a su pasado. Yo me inicié en el periodismo justo cuando ella murió, en el 54. Pero aún me tocó vivir un poco los rescoldos de esa época: el México posrevolucionario, que estaba lleno de inteligencia y creatividad. Todo eso ya no existe. Hoy en día es muy difícil mistificar a alguien. Si miras a tu alrededor, ¿a quién puedes seguir?

  • MH En una escena de su novela, durante la boda de Frida y Diego, Lupe levanta la enagua de la novia y grita ante todos los invitados: "Miren, miren por qué par de piernas me cambió Diego Rivera". ¿Por que Frida Kahlo permitió que Lupe estuviera tan presente en su vida? ¿No tenía celos de ella? Elena Poniatowska Pues supongo que sí, pero se los aguantaba. Porque, además, Frida nunca supo cocinar, ni tenía la posibilidad de estar de pie picando y moliendo... Incluso durante un tiempo vivieron juntas las dos parejas: en un piso Diego Rivera y Frida; y en el otro, Lupe con su segundo marido, Jorge Cuesta, que fue un grandísimo poeta. Ella le seguía llevando la comida a Diego.

  • MH En su libro parece que Lupe era una persona odiosa y, a la vez, muy generosa. Elena Poniatowska Pero es que todos somos un poco así, somos blanco y negro a la vez. La lástima es que esa personalidad tan poderosa de ella fuera tragada por la de Frida, que ha quedado como la gran amante de Rivera, la creadora, la pintora, la sufriente, la que se vestía como una inmensa flor, llena de ramas, frijoles y trigo. A su lado, Lupe era, simplemente, la madre de sus hijos. Así que Lupe no quiso a Frida ni un poquito.

  • MH Pero en esa convivencia y en ese antagonismo, algo de admiración también debía de haber entre las dos mujeres de Diego, ¿no? Elena Poniatowska Probablemente. La que no quiere nada a Frida Kahlo es Lupe Rivera Marín, la hija de Diego, que todavía vive, y a la que consulté para la novela. Yo creo que ella sabe que su madre, con todo y sus defectos, fue una mujer apasionante sobre la que se pueden escribir grandes libros, mientras que sobre ella no se puede escribir nada de nada. En fin, ya sé que estas cosas no deben decirse. Pero ya lo dije. Esa es la historia de mi vida. Siempre pienso que no debería decir lo que ya dije.

  • MH Es autora de la crónica más conocida sobre la masacre estudiantil de 1968 en México, La noche de Tlatelolco, un libro que se estudia en todas las universidades de Periodismo. ¿Por qué eligió contar la historia a través de testimonios orales encadenados y no de una manera más convencional? Elena Poniatowska No lo elegí, es así que salió. En esos días hacía yo largas entrevistas, pero los testimonios eran muy largos y contaban más o menos lo mismo, así que escogí los pasajes que más me emocionaban a mí en lo personal, y así fue como armé el libro. Todos decían: "A las 5.19 un helicóptero sobrevoló la Plaza de las Tres Culturas y dejó caer tres bengalas. En ese momento se empezó la balacera [tiroteo] y la gente empezó a correr, pero la plaza era una ratonera". Así que fui haciendo un relato con todas esas voces, que iba progresando hasta el asesinato final, que es una masacre.

  • MH ¿Era consciente de que estaba haciendo algo innovador? Elena Poniatowska Nunca soy consciente de nada.

  • MH De hecho, al leer a Svetlana Aleksiévich, la último Premio Nobel, lo primero que pensé fue en usted. ¿Le gusta? Elena Poniatowska No. Me aburre. Pero me comparan mucho con ella. La leo, pero llega un momento que abandono porque me cansa, aunque claro que me identifico con su causa y me da alegría que Putin esté furioso con ella.

  • MH ¿Cree que el Nobel es un premio político? Elena Poniatowska Creo que es más bien geopolítico. Los jurados van cambiando de continente, quizá para premiar más al país que al escritor. Para Colombia, el premio de García Márquez fue esencial. Siempre pienso que ojalá le dieran el Nobel a algún país de América Latina, pero de los chiquitos.

  • MH Últimamente, en México ha habido una oleada de revisionismo con su libro 'La Noche de Tlatelolco', y ahora tiene detractores que cuestionan la veracidad de algunos testimonios. ¿Le ha dolido? ¿Les ha contestado? Elena Poniatowska Todo duele, pero al lado de los dolores también hay enormes compensaciones. Llevo recibiendo cartas de insultos desde hace más de 50 años. Estoy acostumbrada y lo entiendo. Es parte de la democracia.

  • MH Da mucha tristeza México desde lejos. La gente lo está pasando muy mal, y no solo por la realidad actual [ataques a los derechos humanos, guerra contra el narco, corrupción, desigualdad endémica...] sino por la falta de esperanza. ¿Cómo lo ve? Elena Poniatowska Es cierto que no hay esperanzas, pero ahora hay una capacidad de indignación que antes no se sentía. Y eso es importante. Ahora, con los 43 de Iguala [la desaparición forzada de 43 estudiantes de Magisterio en una zona rural] ha habido manifestaciones multitudinarias organizadas desde las redes sociales, que no han sido convocadas por ningún partido. El seguimiento que se les está dando a los 43, incluso desde universidades privadas, para niños ricos, es un cambio real.

  • MH Donde parece que no hay cambios es en lo institucional. Elena Poniatowska Es que sigue siendo la misma gente. La misma gata, pero revolcada.

  • MH ¿Y ahora qué planes tiene? Elena Poniatowska Una novela sobre Estanislao Poniatowski, que fue el último rey de Polonia. Y luego quiero hacer otra sobre el mariscal de Francia que estuvo al lado de Napoleón y se llamaba José Poniatowski. Un militar que se mató tirándose al río con su caballo, porque los polacos están tan locos que se aventaban contra los tanques rusos con sus caballos creyendo que los iban a derrotar. Eso es lo que quiero hacer con lo que me queda de tiempo: escribir.

  • MH Conoció a García Márquez a principios de los 60 bailando cumbia en una fiesta Carlos Fuentes Elena Poniatowska Fuimos grandes amigos, desde antes de que se hiciera famoso, y cuando me dieron el Premio Cervantes, apareció en mi puerta con un ramo de rosas amarillas. Me conmovió.

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