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Namibia Flores: el club de la lucha

Una prohibición dictada en el año 59 sigue marginando de las competiciones oficiales a las boxeadoras cubanas como Namibia Flores, una mujer que está luchando por sus sueños a golpes. Literalmente.

Namibia Flores / Ofelia de Pablo y Javier Zurita

Ofelia de Pablo y Javier Zurita Madrid

A las puertas de la nueva cita con los Juegos Olímpicos de Río, el equipo cubano de boxeo masculino se presenta como uno de los grandes favoritos. Desde la 1959, Cuba ha ganado más medallas olímpicas en boxeo que ningún otro país en el mundo, pero ninguna mujer cubana podrá competir. ¿El motivo? En la Cuba castrista, el boxeo femenino de competición está prohibido. Pueden practicarlo, pero mejor solas y en la intimidad. Namibia Flores, peso mosca, lucha en solitario desde hace nueve años por lograr su sueño: pelear algún día por los colores de su país en unos Juegos.

Hay gente que va a la Iglesia, pero para mí el gimnasio es mi templo y mi vida.

Namibia Flores - Boxeadora

Son las seis de la tarde y los sacos crujen bajo los puños de los boxeadores de uno de los gimnasios más añejos de Cuba: el Rafael Trejo, situado en el Centro Habana. El cuero de los sacos está agrietado y la mayoría de los guantes ya no soportan más fogueo. El espejo ha perdido parte del pulido. Entre la multitud de jóvenes que entrenan está ella, Namibia, golpeando con fuerza y rabia las manos guanteadas de su entrenador.

Los compañeros del modesto gimnasio de Centro Habana, donde Namibia entrena, admiran su entereza. Su entrenador, Nardo Mestre, que se siente como su padre, afirma con orgullo que "si estuviera en otro país, estoy seguro de que Namibia sería campeona nacional y quizás una buena opción olímpica". Y sabe de lo que habla. Este veterano ha llevado a la cima a varias de las figuras más destacas del boxeo cubano en los últimos tiempos y hace años que se ocupa de su entrenamiento.

Cuando tenía 15 años Namibia se peleó con un chico más alto y más fuerte que ella. Le dio una paliza. / Ofelia de Pablo y Javier Zurita

"Hechas para la belleza"

Paradojas de la prohibición. En el año 2009, el entonces jefe de entrenadores de la selección cubana de boxeo, Pedro Roque, dijo públicamente: "Pienso que las mujeres cubanas están hechas para la belleza, no para recibir golpes en su rostro".

Pero tres años después, cuando abandonó Cuba y se estableció en Estados Unidos para hacerse cargo de la dirección técnica de los equipos olímpicos norteamericanos, no tuvo ningún reparo en entrenar también a las mujeres. "Esta política de exclusión se queja amargamente Namibia choca de lleno con la idea de la Revolución en la que los compañeros y compañeras deberíamos ser iguales". La boxeadora no entiende el porqué de esta discriminación: "Esta es toda mi vida".

Pienso que las mujeres cubanas están hechas para la belleza, no para recibir golpes en su rostro

Pedro Roque - Jefe de entrenadores de la selección cubana de boxeo (2009)

La directora del gimnasio se llama Lucía y en su despacho cuelgan decenas de fotos de boxeadores que salieron de este humilde centro y han ganado medallas olímpicas. "Las mujeres que quieren boxear también deberían poder elegir su camino y competir si así lo desean", afirma la directora. Ella tiene una fe ciega en el potencial de la boxeadora: "Es una campeona nata, pero aquí se tiene que conformar con golpear el saco cada día".

Namibia siempre ha sido una luchadora. "Mi madre me puso este nombre porque nací el 15 de febrero de 1975, justo el día en el que Namibia se independizó. Fue la última colonia africana que logró su libertad. Y quizás esa fecha ha marcado mi destino", afirma con una sonrisa. A la pregunta de por qué se quiso dedicar al boxeo le acompaña una historia que parece de película: "Con 15 años, tuve un altercado con un vecino. Volvía del colegio en Manzanillo, donde vivía, se metieron con mi hermano y yo le defendí. Gané la pelea a un chico mucho más alto y más fuerte que yo, y al terminar un amigo me dijo: "Te voy a llevar a un gimnasio que conozco para que descubras tu potencial". Así que ella le acompañó y comenzó a practicar taekwondo.

En los últimos 50 años, explica la deportista, las autoridades cubanas han promocionado diferentes disciplinas deportivas entre las mujeres, incluyendo el judo, el levantamiento de pesas, la lucha y el taekwondo, pero no han querido autorizar el boxeo femenino por considerar que este deporte es "inapropiado y dañino" para ellas. "Yo elegí taekwondo porque me dejaban competir y llegué a ganar varios campeonatos nacionales, pero cuando descubrí el boxeo para mí lo fue todo", reconoce.

Fidel acabó con el boxeo femenino: decía que era peligroso para las mujeres.

Namibia Flores - Boxeadora

En la vida de Namibia, nada ha sido fácil. Su padre se marchó a Estados Unidos cuando ella tenía cinco años y siempre ha tenido que valerse por sí misma: "Hubo un tiempo en el que me sentía en la oscuridad, tenía miedo de no tener con qué vestirme, creía que no iba a tener para comer, me parecía que nada era importante. Llegué a pensar que no quería vivir. Entonces encontré este gimnasio de boxeo y mi vida cambió completamente", dice señalando al desvencijado centro de entrenamiento.

Luego se licenció en Educación Física, pero con su sueldo no le llegaba para vivir y ahora cocina en un paladar [una casa de comidas] para llegar a fin de mes. Su vida cotidiana es una lucha, pero cuando se pone los guantes todos los problemas desaparecen: "La gente va a la iglesia y reza, para mí el gimnasio es mi templo".

Hoy no hay mucho para desayunar en la modesta casa que Namibia comparte con su hermano Gilberto en el barrio de Santos Suárez, al sur de La Habana. Sobre un hornillo de gas que hace las veces de cocina, improvisa un espartano desayuno con un huevo: "La proteína es buena para mi dieta de entrenamiento", afirma. En la casa no hay muebles, tan solo un sofá, y en la única percha de la casa cuelga su ropa de deporte.

Como cada día, la boxeadora se calza sus zapatillas y sale a correr por el Malecón. "Mi equipamiento se lo debo a amigos extranjeros que pasan por el gimnasio y me traen ropa, guantes y zapatillas...". Sale a la calle repleta de energía "hoy me tocan 20 kilómetros", dice y sus pasos enfilan hacia el paseo marítimo a toda velocidad. Este es uno de sus recorridos favoritos: "La brisa del mar me llena de alegría". Sus sueños viven concentrados para Namibia en esta línea de asfalto que, como una cinta infinita, se despliega cada día bajo sus pies.

A día de hoy sigue siendo el deporte que más años ha tardado en ser incluido en unos Juegos.

El boxeo femenino apareció por primera vez en unos Juegos Olímpicos en 1904 en San Luis (EE.UU.), como deporte de exhibición, pero no se convirtió en una disciplina oficial hasta hace cuatro años en los recientes Juegos Olímpicos de Londres. A día de hoy sigue siendo el deporte que más años ha tardado en ser incluido en unos Juegos.

En Cuba, a sus casi 100 años, la boxeadora retirada Felicia Mesa Zamá, conocida en sus tiempos como la Pantera Sagüera, recuerda la época en que el boxeo estaba permitido para las mujeres. Hace más de 50 años, la Pantera venció en el cuadrilátero a Eladia Thondike, la Diosa de Ébano; Gilda Melis o Silvia Hernández, antiguas boxeadoras cubanas de resonancias míticas.

Felicia Mesa era toda una sensación en el ring, pero cuando triunfó la Revolución tuvo que dejar de boxear y regresó a trabajar al campo. "Fidel acabó con el boxeo femenino señalaba la boxeadora a un diario local porque decía que era un peligro, que podía salir en el seno algo malo. Y tuve que dejarlo".

Rumores, deseos y un equipo

En los últimos años, la desinformación y los prejuicios están remitiendo y cada vez está más cerca de legalizarse. O, al menos, eso dicen todos, aunque todavía no haya nada oficial. Hace poco, a Namibia le llegó una cita para entrenarse en el Centro de Alto Rendimiento. El rumor de la formación de un posible equipo femenino de boxeo flota en la isla desde hace meses, pero nadie termina por confirmar nada.

Y cuando llegó al centro, Namibia se encontró con grupo de chicas que también querían entrenar, aunque vinieran del taekwondo. Parece que "los cambios en el boxeo se están ajustando a los cambios en la isla señalan varios de los entrenadores que se dan cita en el centro, pero hasta que no se firme sobre papel nada es definitivo. Por si acaso, desde aquí estamos intentado preparar un posible equipo". Aquí, Namibia se subió por primera vez al ring con otras chicas cubanas. Todas ellas se preguntan si esta vez las cosas cambiarán de verdad.

Aún no ha ocurrido nada con el boxeo de mujeres en Cuba, y yo ya estoy llegando a la edad límite permitida

Namibia Flores - Boxeadora

Namibia guarda como un tesoro los recortes de prensa de las boxeadoras que compitieron en Londres 2012. La inclusión de esta disciplina deportiva en la lista de competición de los Juegos Olímpicos suscitó un serio debate en el país. "Pero han pasado años desde ese día y aún no ha ocurrido nada con el boxeo de mujeres en Cuba, y yo ya estoy llegando a la edad límite permitida. Ya no hay tiempo para esta Olimpiada. Si al menos pudiera ir a la Serie Mundial...".

Los representantes de la Federación cubana insisten en que "se sigue estudiando" el posible cambio de legislación en el boxeo. Su lenguaje es hoy más flexible y los optimistas estiman que una puerta ha quedado abierta. El "efecto Namibia" está sobre la mesa. "Para mí, pelear como profesional sería cumplir una deuda conmigo misma, pero si no lo logro al menos quisiera entrenar a futuras boxeadoras". Cuando nos despedimos, esta tenaz mujer dirige sus pasos una vez más hacia el cuadrilátero, cruza la puerta del gimnasio y dice con orgullo: "Esta es hoy mi iglesia, mi templo, mi religión, en definitiva: mi vida".

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