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Llevaban años diciendo que estaba acabada. Que su carrera deportiva tocaba a su fin. Pero, a sus 37 años, Ruth Beitia (Santander, 1 de abril de 1979) está a punto de disputar sus cuartos Juegos Olímpicos y estará ante lo que parece su última oportunidad para colgarse una medalla en una cita de estas características.
"Mi anterior patrocinador de zapatillas decidió dejarme de lado por mi edad. Espero que se haya mordido las uñas, se haya tirado de los pelos y se haya sentido fatal", declaraba en una entrevista en 2013. Ahora, tres años después, puede lograr esa presea que se le resiste en la que será su última participación -o no, porque ya amagó con la retirada tras Londres 2012 alegando que quería ser madre, pero su entrenador desde hace cuarto de siglo, Ramón Torralbo, la hizo recapacitar-.
Llega en un momento inmejorable, porque, para desgracia de los agoreros que no creyeron en su capacidad de superación, el pasado 7 de julio se colgó su tercer oro europeo consecutivo tras saltar una altura de 1,98.
Ruth es, además de una de las veteranas de la expedición española que viajará a la capital brasileña, capitana del equipo nacional de atletismo y un personaje que ha protagonizado noticias por la carrera política que, desde hace unos años, desarrolla de manera paralela a la deportiva. De hecho, desde 2011, es la secretaria primera del Parlamento de Cantabria.
Beitia, que hizo historia en 2015 al convertirse en la primera atleta española en alzarse con el título de la Diamond League, cuenta en su palmarés con nueve campeonatos de España al aire libre y 14 más a cubierto. Y es la actual 'recordwoman' de nuestro país en ambos escenarios: su mejor salto en pista cubierta es de 2,01 metros y al aire libre de 2,02.
Pero, ¿quién es Ruth cuando se quita la ropa deportiva? ¿A quién idolatra? ¿En qué ocupa ese tiempo libre? Cuando hizo el parón en su carrera, ella misma ha explicado en más de una ocasión que se dedicó a realizar actividades que, en activo por los compromisos con los patrocinadores y la sombra de las lesiones, no podía realizar. Se calzó los patines, hizo escalada y hasta recuperó el hábito de montar en moto.
Más allá de todo eso, es mujer que está licenciada en Fisioterapia, confiesa que si hay una mujer a la que idolatra es su madre. Asegura que es la persona a la que quiere parecerse en esta vida, porque es pura bondad y cariño y que cocina un jargo al horno insuperable.
Le encanta 'Love actually', le enganchó 'Los pilares de la tierra' desde la página 1 y, para relajarse y tener un momento consigo misma tras el esfuerzo del entrenamiento, no hay nada para ella como escuchar a Manolo García.
A menudo recuerda al saltador que más le ha marcado, Javier Sotomayor, a quien conoció y de quien consiguió un autógrafo siendo niña, cuando ella daba sus primeros saltos y él visitó Santander. "Tú vas a ser una gran saltadora de altura", le dijo.
A estas alturas de la película, a punto de llegar al momento de los créditos, ¿a alguien le cabe la menor duda de que Sotomayor estaba en lo cierto?