Río 2016: Lydia Valentín, medalla de bronce, por fín sube a un podio olímpico

Campeona olímpica virtual. Esas son las tres palabras que, desde el pasado 27 de julio, se han asociado al nombre de Lidia Valentín (Ponferrada, León, 10 de febrero de 1985). El pasado mes de junio, Svetlana Podobedova fue desposeida de su título y, con ello, Lydia pasaba a ser medalla de bronce virtual, ya que finalizó cuarta en aquella cita.

A finales de julio, las medallas de plata, Natalya Zabolotnaya, y bronce Iryna Kulesha, también eran acusadas de dopaje y la española sigue esperando a la decisión de quien competa para ser la campeona olímpica en la categoría de menos de 75 kilos.

Desde ese momento, Valentín ha sido muy dura en los medios de comunicación, mitad por la frustación de que le quitaran el privilegio de verse en lo más alto en Londres, mitad por condenar la "suciedad que existe en mi deporte". De sus compañeras ha llegado a decir que "van hasta arriba".

Al margen de esta medalla, Lydia lo que quiere es subirse a un podio y llevarse un metal 'in situ' y por fín ha conseguido subirse a un podio olímpico con medalla de bronce al levantar 116kg en arrancada y 141 en dos tiempos, para un total de 257. Y para ello ha estado trabajando desde entonces, llegando a Río como triple campeona de Europa y con la moral y el físico a punto para sorprender al mundo.

Hace unos dias confesaba que conseguir una medalla era complicado, pero estos casos de dopaje y las consiguientes descalificaciones de sus oponentes, le allanan el camino. En aquella conversación con AFP se lamentaba: "Es un deporte que está manchado por el dopaje, y sobre todo a países como España y otros muchos nos restan medallas".

Y por si a alguien le quedaba la menor duda, se adelanta: "Personalmente compito de forma limpia, de forma legal, respetando en todo momento los valores del deporte y creo que todos deberían hacer los mismo porque si no, juegan con ventaja y eso no es justo".

"Antes que deportista soy mujer y me gusta maquillarme". Esta declaración la realizó en 2013 en una entrevista concedida a '20 minutos', pero la idea la ha repetido una y otra vez cada vez que, sin abandonar el buen rollo que despide, ha atendido a la prensa.

Porque Valentín, que ostenta el récord de España -124 kilos en arrancada y 150 en dos tiempos- no sale a competir sin haberse maquillado de manera conveniente. Esto le sirve, además de para sentirse a gusto con ella misma mientras levanta peso, para dulcificar ese gesto serio que, en ocasiones, le han llegado a decir parece de enfado.

"¿De verdad parezco enfadada? Yo utilizo mi agresividad para concentrarme y levantar bien. No puedes dar lo mejor de ti misma si no estás concentrada. Una vez que he competido, todo es feliz en mi vida", respondía en unas declaraciones a 'Marca' tras una de las rondas en Londres 2012.

Valentín triunfa en un mundo, el de la halterofilia, que es visto como eminentemente masculino. Su carácter de 'fashion victim' y el aspeto cuidado que muestra cada vez que se pone delante de sus pesas es el mejor contrapunto para demostrar que este este es un mundo en el que la feminidad también tiene su sitio.