Teresa Portela, otra de nuestras mujeres que aspira a medalla en Río. / Getty.

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Juegos Olímpicos Río 2016. Teresa Portela, la coleccionista de medallas

A la piragüista solo le queda una asinatura pendiente en su palmarés: colgarse un metal olímpico.

31 medallas (14 mundiales y 17 europeas). 15 años en la élite. Modalidad K1 200. Y una hija de dos años y medio. Esos son los números más importantes de la vida de Teresa Portela (Cangas de Morrazo, Pontevedra, 5 de mayo de 1982), una de las piragüistas que nos representó en los pasados Juegos en Londres y que acudirá a la cita de Río de Janeiro con la espinita del cuarto puesto cosechado en aquella ocasión. Sí, en su palmarés se nos había olvidado incluir ese diploma olímpico. Porque tan solo dos décimas de segundo le privaron de ser medallista olímpica...

Teresa disputará sus quintos juegos olímpicos y quiere esa medalla con todas sus fuerzas para que acompañe a los cuatro diplomas que cuelgan en un corcho en el clínica de fisioterapia que tiene junto a su marido. Estos pueden ser sus últimos Juegos y la gallega sabe que está ante una oportunidad de oro de poner una guinda perfecta al pastel de su carrera profesional. Para que se hagan una idea, solo tres mujeres en nuestro país han estado en cinco Juegos y sus nombres son nada menos que Arantxa Sánchez Vicario, María Peláez y María José Rienda.

No te tiene que retirar en DNI"

Sin embargo, Portela duda si habrá un sexto asalto... El pasado mes de mayo, en 'Superdeporte', lo dejó más que claro: "No te tiene que retirar el DNI". Una respuesta a la gallega ante la posibilidad de colgar la canoa una vez regrese de Río: el típico "ni sí ni no, sino todo lo contrario...".

Más allás del deporte

Su día a día es complicado. Más de lo que pudiéramos pensar. Algunas jornadas se pasa más tiempo en el coche que sobre la piragua. Niara, su hija de tres años, pasa las mañanas en la guardería y, muchas tardes, son sus padres -la magia y entrega de los abuelos sin los que muchos se las verían y desearían para compaginar su profesión con la crianza- los que la atienden.

Pero la casa de sus padre no es el único lugar hasta el que conduce, porque, cuando tiene un rato, echa una mano a su marido en el trabajo -donde su madre ejerce de recepcionista-.

Su esposo no es otro que David Mascato, dos veces olímpico que participó por última vez en la máxima cita para un deportista en Sydney 2000. Y ha reconocido en varias entrevistas que su condición de exdeportista de elite hace más fácil entender la vida que lleva Teri -así la llaman sus íntimos- entre la Ría de Pontevedra, el gimnasio y la clínica de fisioterapia. Esta la pisa, además de para recuperarse, para trabajar. Mascato y Portela montaron hace años una clínica en O'Grove (Pontevedra) y, ahora, ella echa una mano cuando puede.

Por si le faltara algo en su currículo, esta mujer, además, es licenciada en magisterio infantil y se encuentra estudiando un curso de osteopatía para ampliar sus conocimientos de cara al paciente por la Universidad Católica San Antonio de Murcia, su mecenas o patrocinador, como quiera llamarlo el lector.

Dicen los que entienden de esto del deporte que Portela es "una de las grandes del piragüismo español". Estamos absolutamente de acuerdo. Pero, con este humilde retrato que acabamos de ofrecerles, iríamos más allá: ella es una de esas supermujeres que nos representan en Río y de las que solo se ve, a grandes rasgos, esa puntita del iceberg que es su trabajo defendiendo a España.