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"Es una mujer, pero lo que tiene dentro es un hombre, un auténtico halcón". Esta crítica se suele repetir cada vez que una mujer escala hasta el poder. Se lo achacan a Angela Merkel, a Hillary Clinton y, por supuesto, a Yuriko Koike, la primera mujer que ocupa el sillón de gobernadora de Tokio. En Japón, donde el 90% del Parlamento es masculino, sus aspiraciones no sentaron nada bien en las altas esferas.
Se ha hablado (mucho) de su maquillaje, de su ropa y de su vida privada. Ella, que aterrizó en el Parlamento en 1992, hizo oídos sordos y continuó su carrera hasta vencer el 31 de julio a los otros 20 candidatos. Galopó en solitario después de que su partido, el Partido Liberal Democrático (PLD), le diera la espalda y apoyara al ex ministro de Interior, Hiroya Masuda. La formación llegó a amenazar con la expulsión a quienes la apoyaran. El ataque con el que arrancamos este texto, por cierto, lo lanzó una mujer, Mizuho Fukushima, ex líder del PLD.
- "No me interesa si les gusto o no. En política, creo que es necesario caer mal", respondió Koike.
Yuriko Koike
La fama de dama de hierro le viene de un pasado como ministra de Defensa, en el que respaldó la intervención de EE.UU. en Irak y Afganistán. Sin embargo, 2,9 millones de tokiotas la votaron en julio, frente a los 1,8 que se decantaron por Masuda, al que muchos veían como más de lo mismo. Y lo mismo es, para los japoneses, la corrupción y la falta de transparencia que hicieron dimitir en junio al ex gobernador, Yoichi Masuzoe. Koike representa la vuelta al orden y el fin de la arbitrariedad con la que se estaban concediendo los contratos para los Juegos Olímpicos de 2020. Ya como gobernadora, ha advertido que "las cosas van a cambiar" y que construirá unos Juegos "más limpios".
Su pasado como periodista se percibe en su afán por la transparencia. En su web aboga porque los políticos practiquen "el arte de la comunicación y la convicción" y quiere que los tokiotas le expresen sus problemas por vías directas. Cuando en Río de Janeiro tomó en sus manos la bandera olímpica, arrancó la prueba de resistencia más importante de su vida. Cuatro años tiene por delante para reorganizar una ciudad de 13 millones de habitantes, que es, por sí sola, la duodécima economía del mundo. Koike va a por el oro.
Nació el 15 de julio de 1952.
En 1972 se marchó a El Cairo estudiar árabe y Sociología.
De vuelta en Japón, ejerció de intérprete de árabe y presentadora de televisión.
El 1990 recibió el premio ATP por su cobertura de la Guerra del Golfo.
En 1992 entró en el Parlamento.
Entre 2003 y 2006 fue ministra de Medio Ambiente.
En 2007 llevó la cartera de Defensa en el breve mandato de Shinzo Abe.
El 31 de julio de 2016 se convirtió en la primera mujer gobernadora de Tokio.