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Oído en el metro: "Te digo que era La Juani". "¡Qué va a ser, si esta chica era superguapa!". "Es que La Juani era superguapa". "¡Qué dices, pero si era una choni!". "Pues alguna actriz famosa es". "Yo me veo todas las series y te digo que no". "Pues a mí me suena mucho". "Pues será de otra cosa..". La anécdota tiene unos cuantos años pero es real. Si te cruzas con Verónica Echegui por la calle, puede que algo en tu cerebro haga clic, pero tus neuronas se vuelvan locas intentando ubicarla.
"Me pasa mucho -se ríe la actriz-, noto que a veces la gente me mira, les sueno de algo pero no me sitúan. Así que puedo tener una vida bastante anónima". Es la cuadratura del círculo de la vida de una actriz: encadenar un papel con otro y aun así, sortear los estragos de la fama. Si alguna vez temió que aquel primer papel tan potente en Yo soy la Juani (la película de Bigas Luna de 2006), pudiera encasillarla, ella despejó todas las dudas, adoptando otras decenas de caras radicalmente diferentes dentro y fuera de España, Hollywood incluido.
El 5 de noviembre estrena su última película, No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, y el personaje de Sara una chica poco atractiva, patosa e insegura cuyo mundo parece empeñado en ponerse en su contra se sumará así a ese caleidoscopio de "verónicas" que nos ha regalado Echegui en más de 20 títulos.
Mujerhoy: Se diría que lo suyo es buen karma... ¿cree en él? Verónica Echegui: En el concepto así tal cual, no, pero sí en las correspondencias entre lo que uno proyecta y hace con lo que uno recibe, en eso sí que creo firmemente.
Mujerhoy: Sara, su personaje, anda siempre pendiente de las señales que le envía el universo para tomar sus decisiones, ¿y usted? Verónica Echegui: Creo que lo que importa no es recibirlas, sino interpretarlas. Y alguna vez me ha pasado, sí. La más clara, por ejemplo, cuando decidí ser actriz. Mi familia, se oponía, pero me presenté a escondidas a las pruebas de la Resad [la Real Escuela de Arte Dramático]. Nos presentamos 3.000 personas y solo escogían a 30, así que pensé que esa sería la señal definitiva de mi camino. Cuando salieron las listas, me pasé muchísimo rato comprobando los nombres hasta que la conserje me dijo: "A ver, hija, ¿tú cómo te llamas?". "Verónica Fernández Echegaray". "Pues aquí estás, te han cogido. ¡Hala, ya te puedes ir!". Para mí fue una gran señal. Fue el punto de giro de mi vida.
Mujerhoy: Tras sufrir en muchas películas, exhibe por fin su faceta más cómica. ¿Cómo se ha sentido? Verónica Echegui: Fantástica, me lo he pasado bomba porque soy muy payasa, no tengo sentido del ridículo. Además, si tengo un personaje para jugar con él, hago cualquier barbaridad.
Mujerhoy: Una chica, dos chicos, dudas amorosas... ¿Cree en los cuentos de hadas? Verónica Echegui: No. Creo que las historias de princesas son irreales, una falacia muy dañina. Que creamos que el amor es una especie de estado onírico que nunca se acaba y que hay parejas perfectas, es absurdo. Hace que las personas sufran mucho cuando "fracasan". Para mí, cuando una relación no funciona, no es ningún fracaso.
Mujerhoy: ¿No cree en el príncipe azul? Verónica Echegui: Para nada. A mí las comedias románticas me gustan, pero esto de contribuir a la historia del príncipe y la princesa me fastidia mucho. Si tienes esas expectativas de encontrar a alguien que encaje en el perfil idealizado, estás condenado a sufrir.
Verónica Echegui - Actor
Mujerhoy: Usted se enamora en la ficción del personaje que interpreta Álex García, su novio en la vida real. ¿Es raro? Verónica Echegui: No, raro no, es genial. Es jugar al enamoramiento, a las mariposas, a ser otros, a conocer nuevas facetas de él que explora en su personaje... A descubrir un nuevo nosotros. Es muy bonito.
Mujerhoy: Sara es bastante patito feo... ¿Alguna vez lo fue usted? Verónica Echegui: Sí, me he sentido y me siento así a veces todavía. Porque no es que una sea un patito feo; es que, si te sientes como tal, lo eres y si no, no. Todos hemos conocido a alguien cuyo carisma, no su belleza, es lo que te atrae. En el caso de Sara, le falta un poco más de confianza en sí misma, y yo también me he sentido así. Yo era muy tímida y, en el primer colegio que estuve, a veces hacía cosas raras y los niños me marginaban. Una vez una profesora nos sacó al pasillo por los pelos y me pegó. Se lo dije a mi madre y me cambió de colegio. Y cuando entré en el nuevo pensé: no hagas nada raro, no destaques por nada, compórtate como los demás niños y así tendrás amigos. Fíjate qué terrible obligarte a encajar para sentirte aceptada y parte de un grupo. Por eso me gusta mucho Sara, porque duda, pero no creo que tenga grandes problemas de autoestima siendo tan diferente o rara, siempre se ha mantenido fiel a sí misma. Es valiente. Aunque se muera de miedo, siempre acaba sobreponiéndose y apuntándose a todo.
Mujerhoy: ¿A usted el miedo la estimula o le corta las alas? Verónica Echegui: A veces de entrada me paraliza, pero creo que, desde que recuerdo, siempre he actuado más contrafóbicamente: si algo me da miedo, allá voy. Me lanzo.
Mujerhoy: ¿Se ha arrepentido alguna vez de las decisiones tomadas? Verónica Echegui: Sí, claro, y precisamente por eso he aprendido. Peco más de intentarlo, aunque no salga bien, que de arrepentirme de no haberlo hecho. Es mejor creo, aunque también es verdad que a veces te las comes dobladas por ser un poco kamikaze.
Mujerhoy: En la película se plantea una rivalidad entre dos hermanas. Sara, prudente, y la que interpreta Alba Galocha, más alocada. ¿En qué extremo se sitúa? Verónica Echegui: En ambos: soy muy caótica y vivo perfectamente sin planificarme, pero luego, de repente, tengo una temporada en la que me vuelvo muy estructurada y me pongo a organizarlo todo. Organizo y desmonto, planeo y paso de planes.
Mujerhoy: Estando en el instituto, su personaje se enamora del cantante de un grupo musical. ¿Quiénes eran sus ídolos adolescentes? Verónica Echegui: También había cierto caos en eso. Yo era fan de Ethan Hawke, Vanessa Paradis y Natalie Portman, tenía posters de ellos en la habitación. Pero también de las Spice Girls, de Extremoduro, Scape... así que imagínate la mezcla.
Mujerhoy: ¿Está en paz con su propia fama? Verónica Echegui: Sí, depende mucho de qué popularidad tengas. A mí no me paran por la calle, no me persiguen, no me gritan. Supongo que porque no estoy en la tele, que es lo que te pone en la diana de la popularidad.
Mujerhoy: ¿Tiene una idea clara sobre lo que es el éxito y el fracaso? Verónica Echegui: Es relativo. Un aparente fracaso puede llevarte a un lugar que te llena mucho más. Son conceptos que se pueden repasar cuando uno ha vivido un montón y puede mirar atrás y decir qué vida más exitosa he tenido, qué bien me encuentro, qué satisfecha y qué tranquila me voy a morir. Ese para mí sería el gran éxito: tener una muerte digna y sentir tranquilidad y felicidad por lo que has vivido.
Mujerhoy: La película refleja también la situación de los jóvenes que emigran o que intentan labrarse un futuro con negocios propios... Verónica Echegui: Sí, y me da pena que no se haya desarrollado más ese aspecto, porque en el libro se habla más de la crisis, de cómo Sara intenta sacar adelante un negocio cuando todo va fatal. Mantener un negocio cuesta dios y ayuda, y más en este país, tal y como está la situación con los autónomos. Los pequeños negocios de barrio están prácticamente destinados a arruinarse y es una lástima.
Mujerhoy: Usted también ha hecho la maleta y está trabajando mucho fuera. ¿Ha sido algo planeado? Verónica Echegui: Hace mucho comprendí que, en esta profesión, es complicado planear nada. Pero intención tenía, desde luego. Me encanta viajar, conocer gente, aunque puede ser agotador estar todo el día yendo y viniendo. Tengo claro que este es mi lugar en el mundo.
Verónica Echegui - Actriz
Mujerhoy: ¿Trabajar en otros idiomas no le asusta? Verónica Echegui: No, se me dan bien. Este año he aprendido italiano, me fui a hacer una película a Italia, Lasciati andare, con Toni Servillo, el protagonista de La gran belleza. Era una comedia de los dos y yo no tenía ni idea de italiano, pero en cinco meses me metí y ahora lo hablo y pude incluso improvisar.
Mujerhoy: Se instaló en Londres para rodar la serie Fortitude. ¿Sigue allí? Verónica Echegui: No. Este año he estado yendo y viniendo a Inglaterra para grabar la segunda temporada, pero el año pasado me quedé allí seis meses del tirón.
Mujerhoy: ¿Y qué tal? Verónica Echegui: Muy bien, maravilloso. El centro es muy caótico y estresante, pero en cuanto coges el metro y te vas a cualquier barrio, descubres una vida supertranquila, como en un pueblo. Allí sí que consigues tu tribu, es un gusto vivir.
Mujerhoy: ¿Es diferente rodar fuera? Verónica Echegui: Lo que más me llama la atención es que los productores siempre anteponen lo creativo al dinero. Aquí suele haber poco tiempo y muy poco presupuesto, y es como una carrera a contrarreloj.
Mujerhoy: ¿Tiemblan las piernas cuando uno se embarca en esos grandes proyectos? Verónica Echegui: Cuando llegué a la primera lectura de guión de Fortitude, esperaba que estuviéramos los actores, el director, los productores... pero había ciento y pico personas en una sala enorme. Me asusté, pero me pareció muy interesante que desde el primer día estuviera todo el equipo integrado, colaborando, porque todos los departamentos son creativos, todos beben de todos. Los actores tienen más importancia de lo que he sentido aquí.
Mujerhoy: Ha trabajado con Stanley Tucci, Bruce Willis, Sigourney Weaver... ¿Cómo es rodar con ellos? Verónica Echegui: Una maravilla. Cada día de trabajo con ellos es una clase magistral.