Melania Trump, una primera dama fantasmal

La estampa era histórica: un Donald Trump repentinamente atemperado y aparentemente emocionado ocupaba el atril colocado en el Hotel Hilton de Nueva York, donde se concitaba Barron equipo de campaña y seguidores, para agradecer a sus votantes la confianza. Seguidamente, CCC, el hijo de diez años que tiene con Melania, trataba de disimular el sueño que le hacía entornar los ojos. Junto a él, tocándole de vez en cuando el hombro, su madre, la ya primera dama, deslumbraba con un mono hombro al aire de refulgente color blanco.

Se trata de la segunda vez que Melania utiliza este sintomático color: ya apareció con un vestido blanco con llamativas mangas durante la Convención Nacional Republicana, cuando pronunció el discurso parcialmente plagiado a Michelle Obama. En realidad, no sólo el discurso era un plagio. De alguna manera, la elección de un vestido blanco, también.

El blanco ha identificado a las votantes de Hillary Clinton durante toda su campaña, como un homenaje que realizaban a las sufragistas que lograron el voto para las mujeres hace casi 150 años años. Tanto Hillary como Michelle han usado ese color en las citas más importantes del partido, como una manera de conseguir el “Sí, quiero” de las votantes.

Pero no es sólo por ese blanco por lo que su presencia se asemejaba a la de un bello fantasma esta madrugada. Acostumbrados a larguísimos agradecimientos, declaraciones de amor y hasta tiernos besos en las declaraciones presidenciales hacia sus consortes, hoy Donald Trump se ha limitado a mencionarla como una más entre su nutrida parentela cuando le ha tocado dar las gracias a su familia “por aguantarle en estos días tan difíciles”.

Trump se limitó a “dar las gracias a Barron, Melania, Ivanka, Tiffany, Eric y Donald”, después de mencionar más detenidamente a sus padres y hermanos. La Primera Dama, metida en el grupo de los niños como una niña más, no pudo disimular cierto gesto serio cuando al fin la comitiva se dispuso a salir del escenario. ¿Qué papel le deparará el Presidente en los movidos meses que se avecinan? ¿Será la Primera Dama invisible?