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"Bien, Marianne, hemos llegado a este tiempo en que somos tan viejos que nuestros cuerpos se caen a pedazos; pienso que te seguiré muy pronto. Que sepas que estoy tan cerca de ti que, si extiendes tu mano, creo que podrás tocar la mía. Ya sabes que siempre te he amado por tu belleza y tu sabiduría pero no necesito extenderme sobre eso ya que tú lo sabes todo. Solo quiero desearte un buen viaje. Adiós, vieja amiga. Todo el amor, te veré por el camino".
Ihlen fue la inspiración para una de las canciones más populares de Cohen, 'So Long, Marianne', pero también la imponente rubia que aparecía fotografiada en la contraportada del disco “Songs from a Room” (1969), apenas tapada por una toalla blanca, mecanografiando algo en su casa de la isla griega de Hydra. Allí se conocieron en marzo de 1960, cuando el cantante decidió buscar inspiración en aquel epicentro de la creación hippy de la época. Ella estaba casada con Axel Jensen, un novelista noruego, padre de su primer hijo. El romance no duró mucho más allá de la maternidad: justo cuando ella volvía de Oslo de dar a luz, él le comunicó que se iba con una pintora americana. Justo en ese instante, Leonard Cohen entró en su vida. “Aunque le quise desde el primer momento en que le vi, lo nuestro era tan bello que se desenvolvió a cámara lenta, como en una película”. Él la acompañaba a la playa cada día, donde le leía poesía a Marianne y a su bebé. Apenas tenían el dinero que él conseguía cantando por las tabernas. Cuando ella tuvo que desplazarse a Oslo para firmar el divorcio, él condujo 2.000 kilómetros desde Atenas antes de volver a su Montreal natal: su primer libro de poemas iba a ser publicado y podía conseguir dinero. Al llegar, le envió un telegrama: “Tengo un piso. Sólo me falta mi mujer y su bebé”.
Durante los años siguientes, aunque él mantuvo relaciones con muchas otras mujeres, seguía dedicándole sus poemas. Fue en esta etapa cuando él pasó de poeta a cantautor. Debido a su carrera, Leonard pasaba la mayor parte del tiempo en el Chelsea Hotel de Nueva York, mientras ella prefería Hydra. En 1972, más de una década después de conocerse, se separaron. La última novia de Cohen, Suzanna Eldrod, dio a luz un niño, Adam. Poco después, esta viajó a Hydra para preguntarle a Marianne cuando dejaría la casa. Aunque el cantante le ofreció comprarle otra, ella declinó y se marchó a Noruega, donde rehizo su vida y tuvo un niño. No volvieron a verse, aunque sí que estuvieron en contacto. La conexión no se rompió pese a los años y la distancia. Y, quizá pese a la muerte.