Kendall Jenner, reina de la alfombra roja. /
Efectivamente: sin aviso de por medio, Kendall Jenner, la reina de Instagram , cerró su cuenta a cal y canto. Imposible ya seguir el día a día de la más top de las Kardashian, que deja a millones de seguidoras sin lideresa y a sus marcas de cabecera sin un canal en el que ser publicitados. Kendall sigue los pasos de su hermana Kim, ausente de las redes desde su asalto en París.
Se suceden las teorías al respecto de la razón de este portazo a la audiencia digital. Muchos apuntan a que el miedo se ha instalado en todo el clan, acostumbrado a compartir descontroladamente fotos en las que daban muchas pistas sobre su localización o agenda. Recordemos que el hurto parisino motivado por una sucesión de instantáneas donde Kim Kardashian informaba de dónde se alojaba y de las muchas joyas que había llevado para afrontar la Semana de la Moda. Otros prefieren pensar que se trata de un caso de simple cansancio y que, como ya le sucedió a Justin Bieber, es cuestión de tiempo que vuelva al redil digital.
No todas las prospectivas son, sin embargo, tan halagüeñas para Instagram. Para algunos, la baja de Kendall podría indicar un declive en la consideración de las redes sociales: después de un comprensible enamoramiento con sus posibilidades, puede que sus desventajas comiencen a pesar más que sus virtudes y que la más discreta de las Jenner termine haciendo caso a Karl Lagerfeld, enemigo declarado de la fiebre por compartir. ¿Acaso se han convertido las redes en un salvaje Oeste del que las 'celebs' más exclusivas preferirán salir? ¿Se convertirá la intimidad en el verdadero lujo?