A nadie se le escapa ya que la presidencia de Donald Trump no va a ser, ni de lejos, como las demás. El presidente más contestado de la historia de los Estados Unidos no deja de tomar decisiones polémicas, aunque esta última rompe el pacto tácito que acuerda que el voto del electorado no sólo elige un presidente, sino una pareja presidencial.
La ficción del primer matrimonio de la nación llegó hasta la foto oficial del relevo entre los Obama y los Trump la pasada semana, pero no más allá. Se confirma hoy que ni Melania ni Barron vivirán en la Casa Blanca. No se mudarán a Washington, sino que se quedarán en Nueva York. En la inexpugnable Torre Trump.
"Melania está muy apegada a Barron y se han hecho aún más inseparables durante la campaña. La campaña ha sido muy difícil para el niño y ella está empeñada en que la presidencia le afecte lo mínimo posible", explican las fuentes acerca de la decisión. "Melania no quiere delegar en niñeras para criar a su hijo, al que lleva y recoge todos los días en su escuela".
Al parecer, Melania no quiere sacar a Barron, de diez años, de su colegio en Manhattan, un carísimo centro privado en el que se educa la élite neoyorquina por unos 40.000 dólares al año.
¿Se entiende que el Presidente Trump viva en la Casa Blanca mientras Melania se mantenga en semi-encierro en la Torre Trump? No mucho.
De hecho, su permanencia en Nueva York alargaría los cortes de tráfico e inconvenientes para los vecinos que el dispositivo de seguridad que debe proteger a la pareja está provocando. Tanto ha sido el shock nacional, que fuentes cercanas a la pareja tuvieron que matizar que la decisión no tendría porqué ser permanente.
Ayer por la tarde , el propio Presidente Trump admitió que él se muda ya y que Barron y Melania lo harán "muy pronto. Después de que él termine la escuela, en 2017".
20 de enero-18 de febrero
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