Donald Trump acusa a las 'celebrities' de azuzar la Marcha de las Mujeres

No ha empezado demasiado bien la presidencia de Donald Trump, quien al día siguiente de su toma de posesión tuvo que enfrentarse a la manifestación de protesta postelectoral más numerosa de la historia de Estados Unidos, un acontecimiento transoceánico que ha reunido a más de dos millones y medio de mujeres en más de 650 ciudades del mundo. Solo en Washington, las participantes de la Marcha de las Mujeres triplicaron a los asistentes a la jura del Presidente.

El Presidente Trump, mundialmente conocido por sus polémicas a través de Twitter, pudo controlar sus ganas de manifestarse al respecto hasta el domingo por la mañana, probablemente después de hacer caso a los consejeros que le pedían contención. Finalmente tuiteó a la 1:47 lo siguiente: “He visto las protestas de ayer, pero tenía todo el rato la impresión de que acabábamos de celebrar elecciones. ¿Por qué no ha votado esa gente? Las 'celebrities' hacen mucho daño”.

Se refería a la participación de, numerosísimas, mujeres del mundo del espectáculo de todo rango de edad: Zendaya, Emma Watson, Scarlett Johansson, Julianne Moore, Madonna... No parece tener en cuenta en sus razonamientos el dato que concede el voto popular a Hillary Clinton, con el 48,2% del total: realmente existe una mayoría de estadounidenses que votaron a su oponente demócrata. Dos horas y media después, quizá aconsejado de nuevo de su proverbial tono despectivo y revanchista, añadió: “Las protestas pacíficas son un sello distintivo de nuestra democracia. Aunque no siempre estoy de acuerdo, reconozco los derechos de las personas a expresar sus opiniones”.

Aún así, las disensiones al respecto de lo que contaban los medios de comunicación y la “versión oficial” suya propia o de su equipo fueron constantes. Trump denunció informaciones que aseguraban que su inauguración había perdido audiencia en comparación con la de su predecesor, Barack Obama: aseguró que había logrado 11 millones más que Obama, pero en 2013, en su segunda jura. Sin embargo, la comparación debía hacerse con la primera inauguración de Obama, que llegó hasta 37,8 millones de personas, frente a los 31 millones que siguieron la de los Trump.

El Presidente también acusó a los medios de mentir y manipular fotos para hacer ver que mucha menos gente había asistido 'in situ' a su toma de posesión. Afirmó que “ los periodistas están entre los seres humanos más deshonestos de la tierra” y que entre un millón y millón y medio de personas habían acudido a verle, y no las apenas 160.000 que contaron expertos y medios.

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