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La versión oficial durante las últimas semanas siempre ha asegurado que la Primera Familia se reuniría en su residencia oficial, la Casa Blanca, cuando Barron terminara el colegio. Ahora sabemos por fin que los Trump no consideran necesario vivir la experiencia presidencial juntos: cabe la posibilidad de que Melania no se traslade a Washington, sino que se quede en Nueva York. De esta manera, solo Ivanka Trump estaría dispuesta para ejercer las tareas de consorte del Presidente, una figura central y necesaria en las visitas de Estado y otras reuniones en las que la etiqueta diplomática es esencial.
Fuentes cercanas a la familia han asegurado a la revista “US Weekly” que Melania y Donald Trump han decidido reevaluar su decisión de reunirse en Washington una vez que Barron termine el colegio, abriendo la posibilidad de que incuso en vacaciones madre e hijo se queden en Nueva York. Todo parece indicar que se está allanando el camino hacia el anuncio definitivo de una separación que se alargue durante toda la legislatura. No tendremos la ocasión de examinar el estilo de Primera Dama de Melania y conoceremos las obras de beneficencia y campañas sociales que podría desarrollar: su figura queda así más que resguardada, aparcada.
Mientras tanto, Melania sigue lentamente, muy lentamente, los pasos que le corresponden a cualquier Primera Dama y ha contratado por fin a su jefa equipo: se trata de Lindsay Reynolds, una ex trabajadora de 'Vogue'. El anuncio, un poco precipitado, se produjo horas después de que CNN anunciara que Melania no había contratado aún a nadie para la oficina de la Primera Dama, cuando a estas alturas Michelle Obama ya tenía a toda su oficina completa y trabajando. “No tiene secretaria, director de comunicación o jefe e equipo”, comentaban en CNN. “Eso significa que las visitas turísticas a la Casa Blanca están paradas, porque no existe interlocutor oficial par todos los asuntos relativos a la propiedad”.
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