Hoy hubiera cumplido 84 años, y seguramente le hubiera gustado saber que son muchas las artistas jóvenes que, de alguna manera, siguen su estela. Solange Knowles reconoció en su discurso de aceptación de un Grammy la semana pasada que aprendió de ella cómo la música puede ser vehículo de potentes mensajes políticos. Alicia Keys la recuerda inevitablemente cada vez que aparece con su piano sobre el escenario. Sin embargo, es Lauryn Hill la cantante que más y mejor recuerda a Simone, no solo por su talento, sino porque ambas comparten militancia política antiracista y la enfermedad que agitó la vida de Nina y condiciona la de Hill: desorden bipolar.
Durante toda su carrera, Nina Simone fue tachada de salvaje, errática y visceral, incluso se convirtió desgraciadamente en maltratadora de su hija (ella misma era maltratada por su marido, policía, que la tenía casi esclavizada), mientras se encargaba de mantener a flote la familia a base de alternar tranquilizantes y estimulantes. Su desequilibrio emocional encontró cierto escape en el movimiento por los derechos civiles, al que se entregó por completo. Incluso compuso su himno, 'To be young, gifted and black': Nina jamás pudo superar que no la admitieran en la prestigiosa escuela de música Curtis Institute por ser negra.
Su posición política, cada vez más radical, terminó empujándola al exilio: abandonó a su familia, a su país e incluso a la música y marchó primero a Liberia y, luego, a Suiza, París... Nadie podía explicarse que una cantante como ella manifestara comportamientos tan extremados. Ella, a pesar de sus esfuerzos por huir, no encontraba descanso a sus vaivenes mentales. No fue hasta los años 80 que le diagnosticaron bipolaridad, y gracias a la medicación pudo tomar por fin las riendas de su propia vida y de su carrera. Volvió a los escenarios brevemente y pudo recuperar cierta comunicación con su hija Lisa, quien impulsó el documental que en 2015 hizo justicia a su madre: el nominado a un Oscar, 'What happened, Miss Simone?'.
20 de enero-18 de febrero
Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más
¿Qué me deparan los astros?