actualidad
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Puede que a lo largo de nuestra vida laboral nos tomemos la brecha laboral y el desigual acceso al mercado de trabajo femenino como algo inevitable, algo sistémico contra lo que es muy difícil luchar. Probablemente estamos tan concentradas en resolver el hoy, que ni podemos pensar en el mañana. Sin embargo, el distinto estatus de las mujeres en el mercado laboral tiene consecuencias terribles a largo plazo, precisamente cuando más necesitamos la cobertura pública: en la jubilación. En ese momento, precisamente por haber desempeñado trabajos peor pagados y haber interrumpido la carrera profesional para cuidar, las mujeres nos encontramos con que nuestra pensión es menor, mucho menor. Hasta un 36,1 %.
Ha sido la Oficina del Parlamento Europeo la que ha alertado de este fenómeno, el de las pensionistas pobres, a través de un vídeo en el que varias mujeres relatan cómo se han visto abocadas a bajísimas pensiones con la que han de sostenerse. La diferencia salarial que existe en materia de pensiones entre hombres y mujeres llega a una 40,2% en el conjunto de la Unión Europea, con Chipre como el país que refiere la tasa más alta (un 48,8%) y Estonia como el más equilibrado en este sentido (un 3,7%).
Pero aún hay más malas noticias para nuestro país. Según el informe 'Igualdad entre hombres y mujeres en la Union Europea 2014-2015' que se presentará el próximo 14 de marzo, España es uno de los estados en los que más se ha ampliado la brecha en materia de pensiones, pasando de un 33% en 2008 a un 36,1% en 2014. Las estadísticas reflejan indudablemente el empobrecimiento de las mujeres trabajadoras durante la crisis: somos nosotras las que hemos sido expulsadas del mercado de trabajo en mayor medida y, además, las que recibimos los sueldos más bajos.