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Gillian Anderson: "He manejado mal mi dolor emocional"

'Expediente X' la encumbró y la abrumó. 20 años después, triunfa de nuevo en televisión con 'La caza'

La actriz Gillian Anderson / d. r.

Beatriz González
Beatriz González

Tras más de una década entregada al teatro y al cine indie, Gillian Anderson ha vuelto a la televisión, el medio que la encumbró, con la seguridad de quien se sabe en el sitio adecuado en el momento perfecto: la serie que protagoniza, La caza (The Fall), triunfa en su tercera temporada, recién estrenada en España en AXN. Cuando llega a esta entrevista, radiante y sonriente, nos cuesta reconocer a la agente Dana Scully, el personaje de la serie Expediente X que le dio fama mundial en la década de los 90. Y no solo porque no quede ni rastro de aquella melena pelirroja que lucía. Gillian parece mucho más cómoda consigo misma, Irradia serenidad.

Las mujeres de fuerte personalidad y gesto adusto son su especialidad, por lo que no estamos acostumbrados a verla sonreír; sin embargo, es lo primero que hace al presentarse. "Me encantaría ser como Stella Gibson -dice, aludiendo a su personaje en La caza-, pero cuando intento ponerme sus blusas en mi vida real, no me quedan bien. ¡Es muy raro!". Y ríe.

La cerebral y astuta detective Stella Gibson es todo un icono feminista. Y La caza, un thriller sobre un asesino en serie que siembra el pánico en Belfast [Jamie Dornan, el protagonista de las dos entregas de 50 sombras de Grey] ha sido la serie más vista de la cadena BBC2 en la última década, un éxito que recae, en gran parte, en el personaje de Anderson. Ella cede parte del mérito a los encantos del género de misterio: "Nadie sabe realmente lo que pasa por la cabeza de otro, las decisiones que toma la gente por su pasado o cómo se manifiestan sus fobias y confianzas", dice.

Va vestida con un mono azul de tirantes, que deja ver un pequeño tatuaje en sánscrito en la muñeca derecha. Nunca dice qué significa; prefiere que su interlocutor intente descifrarlo. Le encantan los enigmas, algo que la catapultó a Expediente X y la llevó del anonimato a la fama, cuando tenía solo 25 años. Fue una época dorada. Sin embargo, tras 202 episodios y casi una década viéndoselas con ovnis, se plantó: era hora de huir de la agente Scully y no solo metafóricamente.

Se trasladó a Londres, donde sigue viviendo. ¿Qué queda de Scully en ella? "No lo sé -responde-. Para mí es muy importante distanciarme todo lo posible de papeles anteriores, que no se reconozca nada de ellos en un nuevo personaje. Y sí, Stella y Scully son inspectoras de policía, pero Scully es muy inocente en comparación. Es muy estrecha de miras, muy rígida". Muchos fans de Expediente X pensaron, en aquellos años, que Gillian se había retirado. Pero, tras unos años en segundo plano, volvió a la carga: cine, miniseries, teatro...

También se aventuró en la literatura, con la trilogía de ciencia ficción The EarthEnd -que escribe junto a Jeff Rovin- y con el inminente libro de autoayuda We: A manifesto for women everywhere, que pretende ayudar a mujeres con baja autoestima. "He luchado contra este problema casi toda mi vida y he desarrollado algunas técnicas que quizá puedan ayudar -dice-. No pretende ser una colección de recetas milagrosas. Jennifer Nadel, la coautora del libro, y yo explicamos lo mal que hemos manejado nuestro propio dolor emocional y lo que hemos aprendido de nuestros fallos".

Aquella difícil (y conquistada) paridad

Hace unos meses, Anderson denunció que Fox quería pagarle la mitad que a David Duchovny, su compañero de batallas, en la nueva miniserie de Expediente X. En los 90, ya había luchado (y triunfado) para lograr esa paridad en la serie original. "Creo que es importante que se diga y que se escuche. Me sorprendió, dado el trabajo que me llevó que nos pagaran lo mismo en el pasado", explicó la actriz, incidiendo en el "intolerable machismo" de Hollywood.

"Las mujeres pueden beber, tner sexo y disparar como cualquier hombre"

Por eso le atrajo tanto su personaje en La caza, que el director, Allan Cubitt, escribió pensando en ella. "Era el tipo de mujer que me gustaría ver con más frecuencia, el tipo de mujer que la sociedad necesita", dice la actriz, añadiendo que siente cierto grado de responsabilidad social a la hora de elegir sus personajes y que siempre se ha sentido atraída por papeles de mujeres fY por eso aceptó con humor -y con un tuit: "Soy Bond, Jane Bond. Gracias por vuestros votos"- que los seguidores de la saga 007 la eligieran como su preferida para encarnar al agente del MI6 en sus próximas entregas. "Las mujeres pueden disparar, beber y tener sexo como cualquier hombre; es hora de ir a ver eso en una película de Bond", asegura con firmeza. uertes.

De armas tomar

  • "Stella es buena en su trabajo porque sabe lo poderosa que es la seducción", dice la actriz de su personaje en La caza. Pero no es el único que mezcla de fortaleza y sensualidad. También lo hemos visto en sus otras series (Hannibal y Crisis), y sobre el escenario, en Un tranvía llamado deseo. Su próximo reto: American Gods, la serie basada en el libro de Neil Gaiman.

En el set de Expediente X conoció a su primer marido: el director de arte Clyde Klotz, con quien tuvo a su hija Piper. En Londres se volvió a casar y a separar, y fue madre dos veces más, algo que marca sus ritmos de trabajo. "Me organizo el trabajo en bloques. Ruedo unos días y la última noche vuelo de vuelta a casa para comenzar con la rutina del cole". Lo dice con intención de desmitificar el oficio. Y es que Anderson considera que ser actriz no es nada extraordinario.

Quizá Hollywood le ha enseñado a tomarse las cosas con calma. "A las nuevas generaciones de actores solo les daría un consejo: que sean perseverantes. Y que no se tomen las negativas como algo personal. A veces un rechazo puede ser un regalo", dice, enigmática. De nuevo, el encanto del misterio

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