Día Internacional de la Mujer / fotolia

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No es un Día Internacional de la Mujer cualquiera

Hoy, de 12 a 12:30, muchas mujeres españolas pararán su actividad para conectarse con las miles de mujeres que en todo el mundo harán lo mismo

Dicen las expertas que, a pesar de las apariencias, vivimos un retroceso en los derechos y las posibilidades de vida de las mujeres. Como si el 'status quo' notara nuestras demandas y reaccionara “poniéndonos en nuestro sitio”. Lo cierto es que la pobreza y el paro afecta en mayor medida a las mujeres y parece que no hemos sabido transmitir a las niñas y adolescentes una expectativa igualitaria del amor: los estudios que advierten de los comportamientos de control y la violencia en sus relaciones primeras son alarmantes. Las muertes y agresiones de mujeres no cesan. Solo hay que repasar los hashtag de hoy, #DíadelaMujer, #DíaInternacionaldelaMujer u #8marzo, para comprobar lo mucho que nos falta para alcanzar la igualdad.

Y, sin embargo, existe una sensación de avance. Las redes lo han cambiado todo, porque nos permiten darnos cuenta de que no estamos solas y, efectivamente, no estarlo. Las cuestiones que nos preocupan a las mujeres son cada vez más visibles en los medios de comunicación, y no solo en este Día Internacional de la Mujer o de la Mujer Trabajadora. Por fin celebramos menos y reivindicamos más: se trata de conseguir derechos, no de aprovechar un cupón descuento de la marca de turno que convierte un día de manifestación en otro día para comprar. Hoy se habla de brecha salarial, de quién cuida a los mayores en casa, de quién se encarga de las tareas domésticas, de acoso, de no poder caminar tranquilamente por la calle...

Hoy, de 12 a 12:30, algunas mujeres, muchas mujeres españolas, pararán su actividad para conectarse con las miles de mujeres que en todo el mundo harán lo mismo.Y, por la tarde, muchas más se manifestarán para volver a demostrar que su intención no es celebrar, sino demandar, exigir derechos que probablemente no disfrutaremos totalmente nosotras, sino nuestras hijas o las hijas de nuestras hijas. Se trata de tender una cadena que recoja y salvaguarde lo que consiguieron las mujeres del pasado y tendérsela a las del futuro, las que están en el colegio o acaban de nacer. Como ayer recordaban varias mujeres en las redes, si podemos estudiar, si podemos votar, si podemos ser diputadas, científicas o militares, si podemos decidir cómo vivir nuestra propia vida, es porque muchas mujeres se manifestaron por nosotras, mucho antes de que hubiéramos nacido. Hagamos lo mismo.