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Sonia Martínez, la reina de la ficción televisiva

Gracias a sus decisiones, millones de espectadores se enganchan cada semana a una serie hecha aquí. Hablamos con la responsable de muchos de los grandes éxitos de nuestra televisión sobre la fórmula para triunfar y las historias que nos van a cautivar este año

Actrices españolas junto a Sonia Martínez. / pedro walter

ana santos

"Mi carrera comenzó en Videomedia, haciendo programas. Hasta que me dieron la oportunidad de dirigir la producción de La otra familia, una serie de 40 capítulos para Telemadrid, y me enamoré de la ficción. Después vino mi primer gran reto, Hospital Central; viví en Telecinco la época de esplendor de las series, con Siete vidas o Al salir de clase; y desde hace 10 años estoy en Atresmedia. Imagino que me dedicaré a esto el resto de mi vida, no sé si podría hacer otra cosa". Sonia Martínez resume, sin atisbo de falsa modestia, cómo ha llegado a ser directora de ficción de Atresmedia, una de las personas más poderosas de nuestra televisión.

Bajo su mando, Antena 3 se ha erigido en la cadena de referencia de la ficción. De ella depende que millones de españoles se enganchen cada semana o le den la espalda. Es quien recibe felicitaciones por los éxitos y asume la responsabilidad de los fracasos sin apenas tiempo para digerirlos. Porque mientras muchos celebran que haya triunfado el amor entre Miguel Ángel Silvestre y Paula Echevarría en Velvet, ella maquina qué veremos en 2018. "Me he acostumbrado a que las series puedan funcionar o no, siempre desde la convicción de que lo hacemos lo mejor posible. Me quita más el sueño que hay mucha gente detrás de una serie y, cuando se acaba, tienen que buscarse la vida", reconoce.

La relación de los actores va más allá de la de los empleados con la jefa. "A muchos los conozco desde que eran niños. El otro día, Maxi Iglesias me reñía por fumar. ¡Como mis hijos!", cuenta riéndose. Una buena sintonía que se palpa en la sesión de fotos, con María Bouzas (El secreto de Puente Viejo), Manuela Velasco (Velvet), Andrea Duro (La catedral del Mar, pendiente de estreno), Itziar Miranda (Amar es para siempre), Andrea del Río y Lisi Linder (Mar de plástico).

Una visión femenina

Bouzas (La Coruña, 1962), que lleva seis años dando vida a la malísima Francisca Montenegro en El secreto de Puente Viejo -"Ahora entiendo por qué todas las actrices quieren interpretar a malvadas, es mucho más interesante", dice-, ensalza el trabajo de Sonia Martínez: "Tiene un criterio impresionante y me encanta la línea que está desarrollando, porque es una mujer y se nota. En Puente Viejo nosotras somos muy importantes y a veces los actores se quejan. Pues sí, ¿y qué?", afirma. Itziar Miranda (Zaragoza, 1978), Manolita en Amar es para siempre desde hace 13 años, se suma a los elogios mientras intenta calmar a su hija Julia, nacida hace unas semanas. "Si ahora me ofrecieran trabajar tanto tiempo en una serie diría que ni hablar, pero en Amar estaría toda la vida. Somos una familia. Ahora que las mujeres casi tenemos que pedir perdón por quedarnos embarazadas, he sido madre dos veces y me han facilitado muchísimo las cosas", argumenta.

Martínez es consciente de que su sombra es alargada. "Sí, creo que se nota que soy mujer. Aunque trato de ser objetiva en mis decisiones, hay momentos en que prevalece una visión femenina", afirma. También habla de sus aptitudes para triunfar en la ficción con naturalidad. "Siempre apelo al sentido común, que está infravalorado, y a la capacidad para manejar equipos, para liderarlos, que es fundamental. Llegado a un punto de conflicto, la cadena decide, pero es mejor consensuarlo todo desde el diálogo -reconoce-. También tengo intuición para ver si hay una idea de la que se puede tirar o para captar una tendencia y adaptarla a una serie. Pero el instinto no siempre funciona".

"¿El éxito? Una historia potente y personajes con los que el espectador se encariñe".

Porque la receta para que una serie triunfe no existe. Solo así se explica que Mad Men o Cuéntame fueran de despacho en despacho acumulando rechazos. "Lo fundamental es la idea; todo parte de una historia potente. Y de buenos personajes. Tienes que hacer que el espectador se encariñe con ellos y para eso hay que dotarlos de personalidad, de atributos, de movimientos... Hacerlos ricos para que los intérpretes puedan construirlos bien", comenta. ¿Y un actor con tirón es garantía de éxito? "Es un buen punto de partida, pero sin un argumento sólido no hay nada que hacer", afirma.

"Se han convertido en la literatura de este siglo. La gente sigue necesitando que le cuenten historias".

En 2015, el diccionario Collins escogió binge watch como palabra del año. La definieron como "ver gran número de programas televisivos, especialmente capítulos de una serie, uno tras otro". Los maratones han dejado de ser un placer culpable para convertirse en tema de conversación. Y quien no lo hace se queda fuera de juego. ¿Es un fenómeno que puede morir de éxito? "Es un poco exagerado, pero las series se han convertido en la literatura del siglo XXI. La gente lee menos pero necesita que le cuenten historias. Me da pena porque son compatibles, pero para los jóvenes ver series es un entretenimiento barato y un vehículo de evasión brutal", cuenta Sonia.

Tentaciones no faltan. Porque la oferta ha crecido de forma exponencial -por las plataformas digitales- y los espectadores se han sofisticado. Ya pocos quieren ver una historia "para toda la familia". "Se ha dado un paso al frente porque la competencia es brutal. Hoy, la ficción española arriesga mucho y cuida cosas antes secundarias, como las localizaciones o la fotografía", explica Andrea del Río (Zaragoza, 1991), que ha protagonizado Mar de plástico. "Hay menos tabús y somos más libres, pero deberíamos serlo todavía más", dice Andrea Duro (Madrid, 1991). Ella formó parte del boom de Física y química -"Aunque no lo recuerdo como una locura porque mis padres trataron de que lo viviera con normalidad"- y está inmersa en el rodaje de La catedral del mar.

Sonia Martínez en uno de los estidoos de Atresmedia. / pedro walter

"Antes hacíamos ficción desde lo cercano: familia, colegio, bar... Muchos temas y personajes para que todo el mundo se identificara. Pero el espectador ha evolucionado: el que tiene 60 años lleva 20 viendo series y exige más. Hemos aprendido mucho y, por suerte, en España funciona mejor la ficción nacional que la extranjera y eso hay que aprovecharlo", explica Sonia.

Incluso nos permitimos el lujo de exportar series, pero todas están de acuerdo a la hora de señalar lo peor: los bajos presupuestos. "Envidio esas series anglosajonas en las que los guionistas, si se encallan con una trama, pueden dedicarle tiempo hasta dar con una solución creativa. Aquí eso es impensable -afirma Manuela Velasco (Madrid, 1975), que ha participado en La chica de ayer o Velvet-. Estamos haciendo las cosas cada vez mejor, pero seguimos trabajando a contrarreloj, algo que te hace estar muy vivo pero que tiene riesgos". Una dificultad que lleva a muchos espectadores a ignorar la ficción nacional o a decir aquello de "esta serie no está mal, no parece española".

El reto de la fidelidad

Lisi Linder (Cádiz, 1984), una de las sorpresas de Mar de plástico por hacer creíble a la rusa Agneska, rechaza las comparaciones: "La ficción ha dado un vuelco espectacular y la gente debería entender que subir tanto el nivel a pesar de la crisis ha sido heroico", afirma. Apostar por las series no es una estrategia barata, pero tiene ventajas: aporta prestigio a la cadena, da la posibilidad de vender productos y fideliza a los espectadores. O al menos así era hasta hace poco. Porque esto de la ficción empieza a parecerse a Tinder: el público recibe tantos estímulos que se dispersa. Es el reto de Martínez a corto plazo. "La fidelidad está flaqueando. Hay que esperar mucho entre una temporada y la siguiente, y en ese intervalo aparecen otras novias. Para el espectador no deja de ser un estrés tener tantas citas y se engancha a unas pero deja otras", explica.

¿Qué series ven las que hacen series?

  • Sonia Martínez recuerda con emoción Los gozos y las sombras y Anillos de oro; María Bouzas se enganchó a Falcon Crest; Andrea del Río era fiel a Los hombres de Paco; Manuela Velasco, a Twin Peaks; y Andrea Duro a Física o química. Y de las actuales: Juego de tronos, "Black Mirror, Vis a vis, The Affair o House of Cards. Pero la número uno es Breaking Bad. "Ha sido la única vez que no podía parar -explica Sonia Martínez". No me llamaba la atención, pero me dejaron dos temporadas en DVD, me las vi en un fin de semana y fui corriendo a comprar la tercera. Pero normalmente veo un par de episodios y me agoto, y hay épocas en que necesito dejarlo porque, al final, lo que te alimenta es la vida".

Fotograma de 'Breaking Bad'. / d. r.

Captar a la audiencia masculina, menos aficionada a las series, y a los jóvenes, que no ven la tele de forma convencional, son sus otros objetivos. Para alcanzarlos, la cadena tiene en cartera Apaches (Alberto Ammann y Verónica Echegui) y La Catedral del Mar, y está preparando Fariña, sobre el narcotráfico en Galicia, y una de época, Tiempos de guerra. Pero el sueño de Sonia Martínez está cada día más cerca de dejar de serlo: un remake de Fortunata y Jacinta. "Revisitar un clásico no es fácil, pero está claro que me gustan los riesgos", sentencia.

Estilismo: Verónica Suárez. Asistente: Jorge Gilarranz. Andrea Duro: vestido Mimoki y colgante Helena Alolo. Manuela Velasco: jersey Moca Couture, vestido H&M y botines Uterqüe. Itziar Miranda: vestido Moca Couture y zapatos Gloria Ortiz. Sonia Martínez: look Marni y pendientes Adolfo Barnatán para San Eduardo Joyeros. María Bouzas: chaleco Mocca Couture, blusa y pantalón Marni, y zapatos Mascaró. Lissi Linder: mono Javier Simorra y anillos Adolfo Barnatán para San Eduardo Joyeros. Andrea del Río: chaqueta Mango, top Mimoki, pantalón Mocca Couture y zapatos El Corte Inglés.

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