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Fue todo en Hollywood en las décadas de los 80 y 90. Apabulla la cantidad de películas inolvidables que tiene en su haber: “Scarface”, “Las amistades peligrosas”, “Los fabulosos Baker Boys”, “La edad de la incencia”, “Frankie y Johnny”, ¡“Las brujas de Eastwick”! ... Y, sin embargo, al inicio del siglo, desapareció prácticamente del mapa. Imposible contratarla, imposible fotografiarla, imposible saber nada de ella, más allá de algún que otro pequeño proyecto casi 'indie'.
Ahora, tras cinco años de exilio decidido de las alfombras rojas, Michelle Pfeiffer reaparece en la portada de la revista 'Interview', donde cuenta qué es lo que se ha traído entre manos durante todos estos años qe fuera tan importante como para alejarla de la interpretación. En realidad, responde a las preguntas de Darren Aronofsky, el director que la devuelve a los grandes proyectos de Hollywood con 'Mother!', una película que incluye en su reparto a Penélope Cruz y Javier Bardem.
“Jamás perdí mi amor por la interpretación”, reconoce Pfeiffer. Sinceramente: soy una persona más equilibrada cuando estoy trabajando. Si en estos años he sido muy cuidadosa al elegir dónde rodaba y he tenido muy en cuenta cuánto tiempo debía estar fuera de casa ha sido para no separarme demasiado de mis hijos. Me volví tan exigente, que llegó un momento en que era imposible contratarme”.
Además de su tarea como madre, Michelle Pfeiffer reconoce otro factor que la hace rehuir la visibilidad en Hollywood: odia las entrevistas. “Creo que las odio porque tengo el miedo constante a que descubran que soy un fraude. Comencé a trabajar muy pronto, cuando aún no estaba realmente preparada. No pude estudiar interpretación: fue aprendiendo conforme trabajaba, enfrente de todo el mundo. Siempre he tenido este sentimiento de inseguridad. Creo que en cualquier momento la gente se va a dar cuenta de que, en realidad, no sé lo que estoy haciendo”.