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No para el análisis milimétrico al vídeo del nuevo single de Taylor Swift, 'Look What You Made Me Do' ('Mira lo que me has obligado a hacer'). Sin comerlo ni beberlo, el clip se ha convertido en un perfecto ejemplo de la mecánica del arte contemporáneo, en el que la pieza vale tanto como la lectura que el observador pueda hacer de ella. En otras palabras: los defectos, las teorías y las fallas pueden estar, acaso exclusivamente, en el ojo del que las ve.
Ya contamos que muchísimos fans han acusado a Swift de copiar la estética de Beyoncé en uno de los vídeos de 'Formation'. Otros han señalado que no es casualidad que la rubia cantante vaya a lanzar su disco el 10 de noviembre, justo el aniversario de la muerte de la madre de Kanye West. Tampoco que se haya servido de una serpiente para promocionar el single: Kim Kardashian la llamó víbora. Muchos fans han diseccionado varias posibles referencias a Katy Perry, otra de sus recientes 'enemigas'.
Sin embargo, la nueva teoría sobre las malvadas intenciones de Taylor Swift, evidentes en su vídeo, tiene que ver con su nueva archienemiga, Kim Kardashian. Por lo visto, ha trascendido que la bañera llena de diamantes y joyas en la que se baña Taylor no contaba con ninguna piedra real, pero aún así tal cantidad de bisutería estaba valorada en 10 millones de dólares, precisamente la misma cifra que le sustrajeron a la diva Kardashian durante el famoso incidente parisino. Por lo visto, sería la malévola manera de Swift de reírse del asalto. Qué locura de suposiciones, ¿no?
El motivo de la nueva polémica de Taylor Swift
El culebrón de Taylor Swift y Kim Kardashian continúa