La imagen de Angela Merkel fue criticada durante muchos años. / d.r.

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El álbum íntimo de Angela Merkel

La vida secreta de Angela Merkel, una mujer a la que no hay que subestimar.

Angela tenía seis semanas cuando el pastor Horst Kasner y su esposa Herlind dejaron la RFA y cruzaron el telón de acero "porque tenían una misión". El conductor del camión de mudanzas les dijo que al Este solo iban "los comunistas o los idiotas". Su padre no era marxista, pero le gustaba lo difícil. Así que la familia se estableció en el seminario de Waldhof, a 100 kilómetros al norte de Berlín, un complejo de la Iglesia Luterana donde vivían cientos de discapacitados físicos y mentales, cultivando el huerto y aprendiendo oficios.

A Angela debió de serle muy útil esta experiencia para lidiar en el futuro con la discapacitada Europa: ciega hacia los refugiados, coja de desigualdad, delirante en identidad, y a punto de arrancarse un miembro por culpa del Brexit. De joven, cantó en el coro, estudió Física, ganó las olimpiadas de ruso, se casó dos veces. No tuvo hijos. Pero, paradójicamente, ha acabado ejerciendo su maternidad simbólica con hombres como Sarkozy, Putin o Tsipras, líderes de esta familia de sangre que es Europa. Probablemente, en las elecciones del 24 de septiembre Merkel volverá a ganar y seguirá sin ser interesante. Nunca subestimes a una mujer con una misión.